No hay belleza sobre la tierra como un cuerpo hermoso y desnudo. Sin importar si se trata de un cuerpo masculino o femenino, el desafío de plasmar ese supremo deleite, se ha mantenido inalterable. El arte, una y otra vez, lo ha tomado como inspiración.

El cine y la danza, la escultura y el teatro, todos han dejado la huella del arte en el desnudo. Y por supuesto, la pintura, y siglos más tarde, la fotografía.

La Antigüedad clásica llevó el desnudo masculino a las esculturas, pues griegos y romanos participaron del culto al cuerpo. Durante los Juegos Olímpicos, atletas desnudos hacían las delicias de los asistentes y se convertían en héroes de los pueblos que representaban.

El Medioevo fue la gran noche de la humanidad, pero El Renacimiento significó la vuelta al ser humana como centro, y al placer del cuerpo.

EL DAVID DE MIGUEL ÁNGEL

Uno de los ejemplos supremos del arte renacentista fue el David de Miguel Ángel Buonarroti.

“En julio de 1496 Miguel Ángel se traslada a Roma por primera vez donde el Papa Julio II le encarga la famosa Pietà del Vaticano. De regreso a Florencia, la Opera del Duomo le encarga el "David" que realiza de 1501 a 1504. Es una escultura de bulto redondo, tallada en mármol y con una altura de 4,10 metros que representa el cuerpo desnudo de un varón en la adolescencia con todos los músculos de su cuerpo aparentemente tensionados.

“Miguel Ángel logró una gran perfección anatómica, vigor, vitalidad y belleza fusionando la armonía y la belleza clásica con la expresión, el significado y el sentimiento. Para ello sobredimensiona la cabeza, la gira un poco (evita la frontalidad) y da una mirada expectante y segura, concentra el vigor en la robustez de su mano también sobredimensionada (abultada; el gigantismo es típico de Miguel Ángel), presentado el cuerpo una disposición en zig-zag. La obra ha pasado a la posteridad como patrón estético de anatomía y canon de belleza.

“En el David de Miguel Ángel, el héroe se encuentra en el momento justo antes de blandir la honda y atacar al gigante Goliat, al contrario que el de Donatello, que lo representa después de haber dado el certero golpe a Goliat, acabando con él”.

LA FOTOGRAFÍA

La aparición de la fotografía, en 1826, fue generando poco a poco el interés por el desnudo, primero el femenino, y mucho más tarde, el masculino. Muchachos adolescentes empezaron a aparecer desnudos ya desde finales del siglo diecinueve.

“La fotografía de desnudo masculino tiende a presentar al hombre en poses atléticas, pasos de ballet o sólo trozos del cuerpo… con luz muy contrastada. También son famosas las fotos de hombres musculosos con bebés en los brazos para contrastar la fuerza viril y la desnudez e inocencia del niño.

“También se tiende entre muchos artistas a la estilización del desnudo, manchando con color o con luz ciertas zonas para resaltar sólo algún aspecto del modelo”.

Uno de los pioneros en la imagen del eros masculino fue el barón alemán Wilhelm von Gloeden (1856-1931).

“En Taormina, ciudad siciliana en la que se ubicó, produjo una gran cantidad de fotografías que son estudiadas como un importante hito dentro del arte homoerótico. Además, se convertiría en uno de los pioneros de la fotografía al aire libre”.

“En su obra se incluyen paisajes (principalmente vistas de Taormina), escenas de género, retratos de inspiración folclórica y muchachos desnudos, en un entorno arcádico realizado con una gran sensibilidad artística.

“A partir del año 1890 empezaría a fotografiar jóvenes (incluido niños) desnudos. En el año 1914 Von Gloeden llegó a realizar, aproximadamente, 7000 fotografías”

Fue idolatrado y odiado, y la crítica actual lo ha elevado a la categoría de culto.

PIERRE ET GILLES

Una línea propia establecieron Pierre et Gilles con sus llamativas y coloristas piezas. Según un artículo de Eugenia de la Torriente: “Pierre ilumina y hace la foto. Una vez revelada, Gilles pinta minuciosamente una única copia hasta conseguir un aura de irrealidad. Luego construye un marco de fantasía a medida que no sólo rubrica la creación, sino que enfatiza su valor de obra única. Simplificando, Pierre hace la foto y Gilles la pinta”.

Para Dan Cameron, comisario de su exposición itinerante en 2000, "son auténticos reformistas, en el sentido que encuentran insoportable imaginar dejar el mundo en el mismo estado de fealdad en el que lo encontraron".

Su primera serie a dúo, Grimaces (muecas), data de 1977. "Somos artesanos. Nuestra creación, en todos sus niveles y momentos, es un trabajo manual. Los decorados los construimos nosotros, los marcos están hechos a mano y el retoque se hace pincelada a pincelada", explica Pierre. "Un artista sólo se expresa cuando controla todo el proceso", zanja Gilles.

Durante los años ochenta, sus complejas e hiperbólicas fotopinturas dinamitaron las fronteras del arte comercial al que habían sido inicialmente confinadas. De las portadas de discos, los anuncios y las revistas, saltaron a las galerías. Muchos famosos posaron para ellos.

Marta Gili, directora de la Galería parisina Jeu de Paume, declaró a EL PAÍS que: "Con la construcción de coloridas y sofisticadas imágenes, representan el idealismo, a la vez optimista y nostálgico, de quienes nunca pierden la esperanza en las bondades del ser humano".

MAPLETHORPE

Uno de los más célebres fotógrafos del desnudo es Robert Mapplethorpe (Nueva York, 4 de noviembre de 1946 – Boston, 9 de marzo de 1989).

Célebre por sus imágenes en blanco y negro de gran formato, se convirtió en especialista en desnudos y flores. La connotación erótica de alguno de sus trabajos generaron más de una polémica durante su carrera.A mediados de los setenta comenzó a tomar fotografías de un amplio círculo de amigos y conocidos, incluidos artistas, compositores y actores. Algunas de estas fotos fueron impactantes por su contenido, pero exquisitas en su dominio técnico.
En la década de 1980 se refina su estética, realizando fotografías de desnudos de aspecto escultural, tanto de hombres como de mujeres, delicados bodegones de flores, y retratos de artistas y celebridades con un énfasis en la belleza formal clásica.

Mapplethorpe declaraba a ARTnews a finales de 1988: "Yo busco lo inesperado. Busco cosas que nunca he visto antes...”

Mapplethorpe produjo una obra consistente que se esforzaba por el equilibrio y la perfección, lo que le colocó entre los principales artistas del siglo XX. Una muestra de su arte ha sido exhibido en Cuba.

PAUL CADMUS y RICHARD AVEDON

Otro artista famoso por sus dibujos y pinturas del eros masculino fue Paul Cadmus (Nueva York, 17 de diciembre de 1904- Weston, Connecticut, el 12 de diciembre de 1999).

"Su obra combina elementos de erotismo y crítica social que produce un estilo llamado a menudo realismo pictórico. En 1934 pintó The Fleet's In!, esta pintura, en la que aparecen marineros, mujeres y un homosexual, fue objeto de cotroversia pública y fue retirada de la Galería Corcoran. Este hecho ayudó a lanzar su carrera”.

“Trabajó como ilustrador comercial, pero su pareja, el artista Jared French, le convenció para que se dedicase por completo a la pintura. Vivió con Jon Anderson, su compañero, durante 35 años, el cual fue la inspiración de muchos de sus trabajos. Murió en su casa justo cinco días antes de su 95 aniversario”.

Otro de los grandes fotógrafos del siglo es el también norteamericano Richard Avedon (Nueva York, 15 de mayo de 1923 — San Antonio, Texas, 1 de octubre de 2004).

Tal vez fue el más famoso fotógrafo de moda de la historia (Harper's Bazaar, Vogue, Life y Look) También fotografió el movimiento por los derechos civiles en el sur de los Estados Unidos y los pueblos del Oeste norteamericano. Entre sus imágenes famosas destacan las realizadas a personajes como Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe,

Sus retratos son de una impresionante profundidad sicológica. Prefería a personalidades famosas o desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco.

“Su método era sencillo pero efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y cansadas sesiones de hasta cuatro horas. Así desnudo, el retratado e indefenso era capaz de mostrar su personalidad más sincera”.

(El afamado bailarín Rudolf Nureyev visto por Avedon, en su característico e inmaculado fondo blanco. París, 1961)

Tal es el caso de la imagen del bailarín ruso Rudolf Nureyev. La perfección es tal que nadie reparó en el desnudo íntegro, sino en la capacidad del artista para captar el equilibrio. Retrató un ser humano y no un cuerpo. Captó un reposo casi milagroso.

Tomó el instante del equilibrio de un espíritu indomable. Se trataba, no olvidarlo de todo un reto: moldear a la luz uno de los grandes bailarines de la historia de la danza, fuera del escenario.

Este es uno de esos ejemplos que diferencia un desnudo artístico de un desnudo pornográfico. El uno busca la sutileza, las definiciones, la sicología y el carácter. Es un canto estético, sin gota de lascivia. El otro sólo busca la excitación sexual del receptor.

TOM DE FINLANDIA

No podremos dejar de mencionar en este breve recuento a Touko Laaksonen (Kaarina, Finlandia, 8 de mayo de 1920- Helsinki el 7 de noviembre de 1991).

Conocido universalmente como Tom de Finlandia, es uno de los artistas gráficos de mayor influencia del siglo veinte, y se decantó por las artes gráficas homoeróticas. Su técnica de dibujo detallada ha hecho que le describan como un maestro con el lápiz.

Tom presenta “un cuidadoso estudio de la forma humana masculina: volumen y forma tanto en los personajes como en su entorno que dan un toque de realismo con el manejo de diversos planos y puntos de fuga”.

“Sus dibujos son en su mayoría trabajos a tinta en blanco y negro donde se representan a hermosos y musculados varones en escenas homoeróticas. Sus personajes frecuentemente van ataviados con vaqueros, ropas de cuero o distintas clases de uniformes, con un aspecto y estilo fácilmente identificables”.

No hay que olvidar que esas propuestas se realizan en un período “a medio camino entre el reconocimiento de los derechos de los gays y la marginación”.

(El diseño de vestuario, la industria de la moda, el perfume y el ocio han convertido a Tom de Finlandia en un ídolo, a partir de su estética agresiva, erótica y desafiante).

No hay belleza sobre la tierra como un cuerpo hermoso y desnudo. Cuando un artista lo toca, se transforma en un culto.

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