Está bien, indignémonos con la estupidez de los publicistas de la marca de cosméticos MAC, por su funesta ideota de promover maquillaje con el trasfondo macabro y nefasto, de las mujeres que han muerto, víctimas de la violencia, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
No sólo hay que condenar la carencia de dignidad en esa recreación de lo que es en los hechos una calamidad social que ninguna autoridad pudo o ha podido resolver con suficiencia, sino la promoción de la mujer como un objeto de úsese y tírese, si ya desde el proceso de “embellecimiento” se le está etiquetando como una muerta en ciernes, pobre trabajadora de una maquila en un pueblo fantasma.
Es una burla, sí, que alguna persona considere creativo el uso de una desgracia social, de cualquier desgracia social.
Cuando se intenta escribir sobre los asuntos de género que afectan a las mujeres en nuestro país o en el mundo, hay temas que siempre “saltan” de manera natural a la discusión pública cuando alguien comete un error garrafal y además, lo exhibe como logro; esos momentos casi nos obligan a abordarlos, so pena de parecer insensibles o miopes a los procesos sociales.
Sin embargo, sobre lo que no abundaremos nunca suficiente, aunque también tiene que ver con los estereotipos que ubican a la mujer como un ser inferior, por supuesto, al hombre, es con el manejo de ésta en los anuncios televisivos. Y en este caso, no se denigra a un grupo en desgracia, sino al género entero.
No se lee con frecuencia que se alcen las voces escandalizadas de periodistas y mujeres miltantes, contra el uso denigrante de las mujeres en los anuncios convencionales de multitud de productos, en los que las mujeres:
1). Tienen como roles fundamentales, los ligados a las tareas domésticas, estigmatizadas así falsamente como importantes, pero que abonan para pensar que es el género al que le toca limpiar la casa, lavar la ropa (Más) y los baños (Harpic), alimentar a los hijos, maridos y abuelos (sopas Maruchan: mujer moderna, pero alimentadora de base; alimento Guten; galletas Marías: a la hija la dejó el novio, y la madre la consuela: proveedora de cariño = galletas Marías; sin mamá en casa, y sus galletas Marías, los niños estarían perdidos, igual que los hombres, en temas evasivos como el futbol, etc.); educar a los niños, llevarlos al colegio, cuidarlos, ir por el dinero enviado por un marido proveedor, después de pasear despreocupada por la plaza del pueblo (Elektra), etc.
2). Son tontas pero se les quiere comoquiera: Tecate. Toda la campaña del Mundial, en que los hombres las dejan con mentirijillas blancas para irse a ver los juegos sin interrupciones, y regresar después, orondos, por el trofeo relegado para conquistarlo con flores, peluches y gracejadas.
3). Las mujeres son un estorbo que los hombres “toleran”. Tecate. Las mujeres aceptan que se casen con ellas por lástima (mujer obesa conocida en la adolescencia), o a distancia (hombre jugando dominó con los amigos, y dando el sí a la novia por teléfono, mientras ella, burra claro, celebra en la fiesta sin el novio).
4). Son seres inferiores, objetos sexuales que pueden esperar a su hombre indefinidamente para satisfacerlo y existir (desodorante Axe, en el que varones ven el futbol, termina el partido y entonces, el protagonista va a la recámara y desdobla su sofá cama al que están adheridas, como muñecas inflables, un par de nenas. Las mujeres, por supuesto, se muestran encantadas de la llegada del galán); condones y brebajes m, en los que uno de los slogans dice: para las mujeres que quieren sentir más. ¡! Hasta donde sé, las mujeres pueden con facilidad sentir más que los hombres y ser multiorgásmicas, siempre y cuando las habilidades amatorias propias y las de la pareja den para ello.
5). Son gregarias como género, pero para puras frivolidades. Les encanta chismear, maquillarse (Olay, Pond´s), gastar el dinero sin reflexionar mucho (Pulga Río), ir de compras (Liverpool), pasear con las amigas, preocuparse por su figura (Metabol tonics) pero a la vez golosear (queso crema Philadeplhia).
6). Se han unido, por solidaridad afectiva, a actividades que son de la preferencia masculina (Yo amo el futbol), y con ello se han ganado ser queridas y “respetadas” por sus parejas.
7). Cuando son mujeres fuertes, son calculadoras, agresivas, tipo Katleen Turner, que tienen que cuidarse de no oler mal, para, claro, seducir a los hombres.
8). Tienen menos presiones que los hombres, sufren menos que ellos. En general las víctimas del estrés son hombres, sobrecargados de trabajo por la obligación de ser proveedores permanentes mientras las mujeres están en casa; cuando ellas son las estresadas, están neuróticas (Dalay).
10). Las mujeres en general, como antaño las brujas, son seres que quieren arrebatar a los hombres su libertad, y alejarlos de sus pares masculinos, pero son seres inevitables porque guardan “el misterio de la vida” al ser madres (.
Los hombres no siempre salen bien librados en la publicidad, ya que a menudo son tildados de distraídos, infantiles, necesitados de protección, descuidados pero en el fondo buenos esposos y padres. Con fijarse un poco, en todos los adjetivos que describo el mensaje real es que los hombres necesitan de las mujeres, que sigan siendo fuertes, que los comprendan, que los cuiden, los alimenten, los vistan, compartan con ellos sus triunfos, y a la vez sigan como columnas, sosteniendo la casa en silencio amoroso.
En los comerciales de signo positivo, los hombres son gerentes, toman decisiones, son triunfadores en los deportes (Nike) el mundo de los negocios (Shot B), manejan vehículos poderosos (Ford, Chevrolet), beben cerveza pero sólo para socializar (cerveza Victoria), son elegantes y diplomáticos (Ferrero Rocher, whisky Chivas Regal), dan soluciones (Tempra Forte, un hombre trajeado en un avión, se sienta al lado de un niño que llora y al que la madre “no controla”; vacía una caja de tabletas y se la da al niño para que se consuele, el niño sonríe; Speed stick, el hombre recupera cosas “banales” para las mujeres, todas adornos, accesorios, caprichos).
Los ejemplos pueden seguir y seguir. La cuestión es ¿por qué toda esta manipulación nos deja tan tranquilos a todos, cuando sólo sirve para fortalecer estereotipos vencidos y denigrantes, que no le hacen ningún favor a las mujeres ni a los hombres, pues en este panorama, todos somos débiles, fatuos y dependientes, como si nadie, en la raza humana, tuviera idea de lo que hace en el mundo…?
Publicado el 2 de agosto de 2010 en mi blog de Milenio.com:
http://www.milenio.com/node/500131