En uno de los mayores descubrimientos en la historia de la evolución de la reproducción sexual, el profesor Long ha encontrado que la fertilización interna fue iniciada por una antigua especie de peces, llamados placodermos, hace unos 385 millones de años en Escocia.
Los placodermos son los vertebrados con mandíbulas más primitivos, y los primeros antepasados vertebrados de los seres humanos.
El descubrimiento muestra que los fósiles masculinos del género Microbrachius dicki, que pertenecen al grupo antiarquios de los placodermos, desarrollaron extremidades genitales óseas en forma de L, llamadas pterigopodios, para transferir el esperma a las hembras; y las hembras desarrollaron pequeños pares de huesos para sujetar al órgano masculino para el apareamiento.
El Microbrachius dicki medía alrededor de 8 cm de largo y vivía en los antiguos hábitats lacustres de Escocia, así como en partes de Estonia y China.
El Prof. Long descubrió la capacidad de apareamiento de los antiguos peces cuando se topó con un único hueso fósil en las colecciones de la Universidad Tecnológica de Tallinn, Estonia, el año pasado.
Los fósiles, dijo, simbolizan el órgano sexual más primitivo conocido de los vertebrados que se haya encontrado, lo que demuestra la primera fertilización interna y cópula, como estrategia reproductiva, que se conoce en el registro fósil.
Microbrachius significa ‘brazo minúsculo’, pero durante siglos los científicos han estado desconcertados sobre su verdadera finalidad. Básicamente se trata de la primera rama del árbol evolutivo, donde comenzaron estas estrategias reproductivas, dijo el Prof. Long.
El descubrimiento pone de relieve la importancia de los placodermos en la evolución de los animales vertebrados, incluidos los humanos.
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Estudio: John A. Long, Elga Mark-Kurik, Zerina Johanson, Michael S. Y. Lee, Gavin C. Young, Zhu Min, Per E. Ahlberg, Michael Newman, Roger Jones, Jan den Blaauwen, Brian Choo, Kate Trinajstic. Copulation in antiarch placoderms and the origin of gnathostome internal fertilization. Nature(2014), doi:10.1038/nature13825
Fuente: Flinders University