Glucosalarm, nombre del aparato, ha logrado reconocimientos internacionales, entre ellos como una de las 10 creaciones más destacadas entre innovadores menores de 35 años que entrega el MIT Tech Review; asimismo, ganó la competencia Global de Innovación por la Ciencia y la Tecnología en beneficio de la humanidad (GIST Tech-I por sus siglas en inglés), iniciativa impulsada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, donde compitió ante 900 desarrollos tecnológicos de todo el mundo.
Carlos Bernal, quien en colaboración con Nancy Guerra crearon el dispositivo, señala que uno de los valores que tomaron en cuenta para su diseño fue el dolor por el uso de agujas para el monitoreo de glucosa en sangre, razón por la cual los pacientes con diabetes no mantienen un control adecuado de su enfermedad.
“Pincharse un dedo varias veces al día puede propiciar entumecimiento y sensibilidad al roce de la ropa, e incluso la mano deja de ser útil por tres o cuatro días, no puedes meter los dedos en la bolsa”, reconoce el ingeniero en sistemas computacionales y maestro en ingeniería tecnológica de redes y comunicaciones por la Universidad de Houston (EU).
El desarrollo mexicano es un dispositivo que se coloca en el inodoro. “El paciente activa el sensor mediante su teléfono por bluetooth y cuando la persona va a orinar deposita unas gotas en el colector donde se mezcla con enzimas que reaccionan con la glucosa presente y producen un compuesto con color; el sensor mide la intensidad de dicho color, calcula la concentración de glucosa y manda los resultados al celular en cuestión de segundos (entre 15 a 40). Si el resultado es muy alto se envía una alerta a un familiar, el médico o incluso se marca el número de emergencia para que envíen una ambulancia.
“Por el teléfono lo puedes mandar al médico, a un familiar, al educador en diabetes o a quien colabore con el paciente para su tratamiento, de manera que estén al tanto del comportamiento día a día del paciente”, detalla el ingeniero Carlos Bernal.
Otro razonamiento por el que no se tiene un monitoreo constante es por costoso. “Un glucómetro cuesta 300 pesos, pero las tiras reactivas son caras, más las agujas y el portagujas, lo cual resulta en dinero que no todos tienen. Glucosalarm tendrá un costo aproximado de 120 a 140 dólares y las lecturas costarán menos de un centavo de dólar por medición”, refiere Carlos Bernal.
Actualmente, el dispositivo se encuentra en el tercer prototipo y ya se realizan pruebas con pacientes. Asimismo, tiene patente en México y Estados Unidos, y a decir de Carlos Bernal dos empresas de dispositivos médicos con presencia internacional se han mostrado interesados en fabricar industrialmente el desarrollo.
Glucosalarm espera ser lanzado al mercado en Estados Unidos y México a finales del 2016 e inicios del 2017, una vez que se obtengan las autorizaciones correspondientes por parte de la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Fuente: DICYT