La influencia de los animales sobre la ciencia es extraordinaria, como se puede constatar en todas las etapas del proceso científico. La primera etapa es la de observación y análisis: el comportamiento de los animales y su capacidad para adaptarse a su entorno han sido fuentes de inspiración para los investigadores europeos durante siglos. Últimamente, esta inspiración se ha traducido, por ejemplo, en un proyecto que estudia los mecanismos de unos patrones en movimiento que confunden a los depredadores o en una expedición para observar la respuesta de los corales al cambio climático. Otras veces, el análisis de productos derivados de los animales, como el estiércol porcino, también puede ser fundamental para lograr avances en sectores tan variados como el energético y el de los fertilizantes.
Además, la similitud biológica entre los humanos y los animales es el motivo por el que estos últimos han sido fundamentales para probar la eficacia de medicamentos nuevos y potencialmente revolucionarios. Esta última contribución queda ilustrada esta semana a través de un proyecto para desarrollar un nuevo tratamiento para la ceguera de los bebés que sería imposible sin ensayos sobre modelos animales, y un esfuerzo de colaboración para la investigación de la esclerosis múltiple en el pez cebra.
Estos beneficios y otros, como nuestra dependencia de ciertos animales, tales como los polinizadores, para alimentar a una creciente población mundial a la vez que se evita dañar el medio ambiente, sobran para explicar por qué la industria, los científicos y los gobiernos están dispuestos a invertir tiempo, dinero y energía en mejorar las condiciones y la productividad de los animales. Amparadas en el Séptimo Programa Marco (7PM), entre estas iniciativas destacan un proyecto para aliviar el sufrimiento de los animales en los laboratorios, un análisis genético del pienso para abordar cuestiones relacionadas con la calidad de los alimentos y el establecimiento de una red para coordinar la investigación sobre epidemiología veterinaria.
Todos estos esfuerzos de investigación son clave para el avance de la ciencia, la consecución de una sociedad más consciente y ecológica y la sostenibilidad a largo plazo de nuestros estilos de vida. Es seguro que, con el lanzamiento por toda Europa de proyectos relevantes amparados en Horizonte 2020, los animales seguirán siendo una prioridad para la investigación financiada con fondos europeos en los próximos años.
Fuente: CORDIS