La herramienta, cuyo prototipo se desarrolla en el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM), facilitará la labor de los médicos y será útil tanto para éstos, como para los pacientes.
De forma usual, los triglicéridos y el colesterol se detectan en pruebas de laboratorio mediante la extracción de una muestra; los resultados de esos análisis llevan cierto tiempo. Con la propuesta universitaria la detección se realiza en tiempo real, sin necesidad de extraer el fluido, explicó Moreno.
Los componentes de la sangre son, por un lado una fracción sólida, hematocrito que incluye eritrocitos, leucocitos y plaquetas, y otra fracción líquida, compuesta por agua, sales, proteínas y lípidos plasmáticos.
En su labor, los universitarios se han enfrentado a procesos propios de la sangre, como la coagulación (en esta situación intervienen interacciones eritrocito-eritrocito de larga duración). Pese a estas complicaciones, la finalidad es, mediante una sola medida, estimar la viscosidad asociada y así la concentración de colesterol.
Base de la investigación
En esta investigación participan, además de Leonardo Moreno, Octavio Manero (jefe del grupo), Antonio Sánchez Solís, Fausto Calderas, Luis Medina Torres y Guadalupe Sánchez Olivares, expertos en reología, ciencia que estudia los principios físicos que regulan el movimiento de los fluidos complejos.
“Este conocimiento se ha aplicado a polímeros fundidos y alimentos, entre otros. El grupo decidió aplicarlo en sangre humana, compuesta de células y una fracción líquida que contiene diferentes concentraciones de colesterol, triglicéridos y proteínas”, mencionó Moreno.
La cantidad que se tenga de esas biomoléculas afecta la viscosidad de la sangre, situación muy conocida, aunque nunca se ha cuantificado ni modelado de manera reológica.
Asimismo, dispusieron de 300 muestras que proporcionó el Instituto Nacional de Cardiología, junto con las caracterizaciones bioquímicas para relacionarlas con las reológicas.
A partir de ello empezaron a dilucidar el efecto que tiene el colesterol y los triglicéridos sobre la viscosidad de la sangre, para lo cual analizaron parámetros de estructuración. De esa forma, con sólo una medida de presión pretenden estimar esa propiedad del fluido.
La finalidad de la investigación, reiteró, es contar con un prototipo, una especie de reloj-pulsera que proporcione las mediciones.
Por cuestiones tecnológicas, electrónicas e instrumentales (que salen de su campo de conocimiento), los universitarios se valdrán de dispositivos con aplicaciones de computación ya existentes en el mercado, como relojes inteligentes con sensores médicos.
Fuente: Agencia Iberoamericana para la difusión de la ciencia y la tecnolog...