"VÉRTIGO", / Alfred Hitchcock  (1958)

Considero el filme Vértigo, de Alfred Hitchcock, como una pieza maestra del cine de suspenso. Tiene un destacado puesto dentro de las cien mejores películas del siglo XX.
En esta obra se presenta lo siniestro, es decir aquello que habiendo de permanecer secreto, ha sido revelado: El límite a partir de lo cual ya la estética de la belleza se pierde. En toda obra de arte debe estar lo siniestro como una posibilidad escondida, bajo la forma de la ausencia, y cuando se devela su presencia, ocurre el desenlace de la obra.
Hitchcock creó lo que él mismo denominó la teoría del Mac Guffin, que consiste en las razones que mueven la trama del film y que carece de toda importancia, porque lo que interesa al espectador es el desarrollo de la peripecia expuesta, con el tejido de las relaciones humanas de la historia, destacadas de manera preponderante con las imágenes. El motivo queda relegado.
El argumento del film Vértigo es un pretexto para proponer una teoría acerca de la obsesión por la muerte, originada por la misma muerte del personaje que se duplica en la consciencia del protagonista de la trama.
Lo que parece sencillo en su exposición lineal, va haciéndose complejo desde el inicio, para tomar después, mediante el cromatismo de las escenas, diversas emociones que se expresan lateralmente.
Hasta la mitad de la película, el episodio narrado lleva un camino en línea recta, para después torcer su rumbo e iniciar de nuevo otra cara de la misma tragedia narrada. Historia de persecución psicológica y entrega amorosa que concluye en la muerte. El personaje masculino (James Stewart, representando a Scottie) se enamora de la mujer a quien debe perseguir por un mandato de su amigo Elster. La búsqueda de la mujer conduce al amor y, luego, a la muerte trágica de Madelaine (Kim Novak). La depresión aborda al enamorado perseguidor y debe ser recluido en una clínica.
Al salir, recorre los lugares por donde buscaba a Madelaine, y ella aparece en otra mujer que se le asemeja. El personaje Scotie busca a una mujer que ha muerto, busca la muerte. El cineasta expuso su intención al decir que su personaje quería hacer el amor con una persona muerta.
Al suponer que Madelaine ha muerto (porque ha presenciado el suicidio desde el campanario de una Misión religiosa), y luego de hallar a Judie, que es la misma Madelaine que Scotie suponía muerta, busca de nuevo el amor y repite los mismos actos que habían ocasionado el falso suicidio de la mujer a la que perseguía.
Se repite la tragedia con los mismos personajes.
Todo se desarrolla en la ciudad de san Francisco, en un ambiente tenso y con la música de Bernard Hermann, en la que apreciamos la influencia de Wagner en Tristán e Isolda, y Tchaikovsky en el movimiento adagio final de su sexta sinfonía: Patética. En el curso de la trama se presentan temas de música española, a medida que el perseguidor llega a los lugares de la supuesta procedencia española de la mujer Madelaine.
Hay que recordar que California perteneció a España antes de pasar a ser un Estado de USA. El tejido visual está contrastado por la música y nos conduce a un desenlace inesperado, pero que se presenta al espectador mucho antes del final.
Es una bella y siniestra película, con arte en su confección y actores de alta calidad. Todavía puede hallarse en video.