Conversando con Jesús Cruz Flores

Jesús Cruz Flores, de Guadalajara, México, es un periodista cultural trabajando en el Diario Milenio, de Jalisco. Dramaturgo, Poeta, Ensayista y Académico universitario.

1— Jesús, háblanos primero de tus actividades dentro del periodismo cultural.

El periodismo cultural fue un camino casi inmediato en mi desarrollo desde mis tiempos de estudiante en Ciencias de la Comunicación.

 Surgió ante la propuesta de algunos profesores de la licenciatura que insistieron en que hicieramos prácticas en algunos medios de comunicación impresos. 

Tal es el caso de la Revista Punto de Mira. En la cual colaboramos en una sección que se llamaba los Universitarios. Yo antes, sin embargo,  había colaborado con el Periódico estudiantil de la Escuela Preparatoria Vocacional de la Universidad de Guadalajara. 

Te estoy hablando en el año de 1990-91 del pasado Siglo XX. Para el año de 1992 ya estaba estudiando Ciencias de la Comunicación en la Universidad Veracruz de Guadalajara. 

 Pero también había dos factores que propiciaron mi interés por el periodismo cultural. Desde la infancia yo había concebido un plan de desarrollo en la música. Razón por lo cual en la secundaria formé parte de estudiantinas y pasé por diversos talleres de música. 

Tanto estatales como talleres privados. Estudié la Bateria, clases de canto, del cual nunca logré destacar.  Y cuando ingresé a la facultad me inicié en el teatro. Primero como apoyo técnico y posteriormente como actor. Era teatro universitario. Pero fue una buena base. 

Sobre todo que en esos tiempos la formación escénica era mediante talleres y por enseñanza directa de actors y directores. Aunque ya se comenzaban a gestar lo que a la postre serían las facultades de artes escénicas en Jalisco. 

Así las cosas me fui enrolando en diversos proyectos de periodismo cultural llegando a colaborar, e incluso gestionar, en diversos medios impresos de comunicación. Siendo mi primera étapa en revistas que tenían secciones o tenían vocación hacia los fines culturales y artísticos como los cuadernos de teatranza.  Colaborando con los nacientes medios virtuales como lateatral, y siendo, ya egresado de la licenciatura, con medios como la Lanetro.com del cual yo era reportero de la ciudad de Guadalajara. 

Esto como Free Lance del medio de origen español con expasión en México. Cubriendo notas sobre artes en general, restaurantes y lo que se me solicitará. Colaborando con cuanto medio se me concediera. La intención de ello era que buscaba la especialización en un área que en su momento no era tan reconocida en la sociedad Jalisciense. 

El periodismo cultural. Lo otro era la necesidad de dejar constancia de los aconteceres en el estado de Jalisco y la nación. 

Entre los medios en que colaboré entre los 90tas y los años de inicio en el siglo XXI se cuentan los nombres de Revista Evidencias, la Yubai, la Villette, el Diario Expedientes a Fondo, El Semanario El Siglo (Chile), Cabildo Abierto (Perú), Gato Blanco y el Angel Azul (Argentina) entre otros más. Pasando a ser parte también de noticieros en radio en cadenas como Radiorama de Occidente, Radiofórmula Guadalajara, y colaborando en C7 Radiodifusora del Estado de Jalisco en programas literarios. 

Recibiendo en el 2017 dos reconocimientos por trayectoria el del club de Periodistas Primera Plana por 25 años de trayectoria y el Premio Nacional de Periodismo “Miguel Flores Magón”  

2— ¿Cómo fue que empezastes a acercar a este mundo cultural? 

La palabra cultura era preocupación que traía desde muy temprana edad. Solía mencionarla mucho cuendo era tan solo un niño de escasos siete  u ocho años. Era un niño muy tímido, algo retraido, con problemas del lenguaje oral. De dicción sobre todo. Pero que cubría mis carencias fonéticas de díficil pronunciación con sinónimos y demás argucías del lenguaje. 

 En conclusion también era un ratón de biblioteca.  Razón por lo cual en la primaria me llamaban el “Dicci” por aquello del “Diccionario”.  Siendo el inicio de mi vocación como escritor.  Iniciando   con la poesía. Lo demás fue como que con el paso del tiempo fui observado con calma por diversos maestros de las letras y artes y retroalimentando con ellos.  

Para el año 2003 inicié mi segunda licenciatura. Desarrollo Cultural que fue llevada en su inicio como un Proyecto del Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes de México y por la Universidad Autonóma de Nayarit. Consolidando esa vocación por la cultura.

— ¿Qué te atraía?

Basicamente no te podría decir con exactitude que me atraía hacia la cultura. Eso que es tan importante para el desarrollo de los pueblos pero tan segregada. Tal vez fue eso la segregación de la cultura. Y la necesidad,  de su diffusion, de su desarrollo y promoción. De la revision de sus fines, estructuras, funciones. Pero sobre todo el apoyar, de una manera idealista, a su supervivencia.

3— Y dentro de tus actividades teatrales, ¿Nos puedes hablar de ellas, qué ves en el teatro?

El teatro diría un buen amigo y hermano, por cierto Premio Jalisco, Jesús Hernández. Es camino y vida. 

 Y como todo camino por bien hecho, que sea concebido,  tiene sus curvas peligrosas, y a veces las líneas de uan autopista convergen con varios senderos. Yo hicé teatro en tiempos de universitario y persistí por algo más de tiempo. Como actor. Pero opté por el camino de la reflexión escénica y el de la dramaturgia. 

Llegué a dirigir obras de teatro. Pero fue por corto tiempo. Siendo desde hace catorce años que estoy fuera de la dirección escénica y de la actuación. No dejando de escribir obras de teatro, pero no he sido muy proclive a buscar su montaje. Teniéndo pesé a ello algunos triunfos que han sido de quienes le han apostado al montaje de mis textos. 

Entre ellos el director y actor de teatro, el panameño, Abdiel Tapia Espinal, y en México Alejandria de Luna (Alejandra Gonzalez Zepeda), Gabriel Gutierrez Mújica, y Gabriel Barcenas. Quienes se han arriesgado por mi teatro y lo han llevado a escena.  

Di clases de análisis de texto dramático en la academia de una actriz de television, de cuyo nombre no quiero acordarme, y he dado en el pasado algunos de actuación a niveles  básicos. Pase en su momento por la investigación y por la Asociación Mexicana de Investigación Teatral. Pero mi cercanía con el teatro, actualmente, es a través de mi columna Balurdo en Diario Milenio y por lo que escribo de dramaturgia.     

4— Y también te desempeñas dentro del plano docente.  Cómo te sientes dentro del mundo de la docencia?

La docencia como diría mi buen amigo, el escritor chileno,   Amante Eledín Parrraguez es de donde se alimenta al cuerpo. Aunque también en los últimos años ha sido una base de lanzamiento. 

Sobre todo por las Ediciones logradas con el apoyo de la Universidad de Guadalajara y el STAUDEG. También la docencia es un punto de retroalimentación y de permanecer activos mentalmente.    

5— Y para el futuro ¿cuáles son tus planes, tus nuevos proyectos?

Basicamente, estoy viendo los aspectos creativos como necesidades básicas. Pero tengo que arrancarle tiempo al tiempo sobrante. La docencia es absorbente. Pero Basicamente diría retomar proyectos de difusión del arte y la literatura. Panóptica que es un Proyecto que llevamos mi esposa, la poeta, Blanca Bátiz. 

Yo creo que es nuestro plan de rescate más inmediato. Volver a dar conferencias y charlas que tengo rato en el olvido esa parte que retroalimentan mucho. Tal vez volver a la indagación con miras a la investigación. Y algo fundamental sacar del cajón las obras dramáticas, narrativas y poéticas y ver que sean difundidas en soporte, ya sea impreso o digital.