Ángel Medina. Escritor y articulista. Colaborador asiduo en “Telegrafista.com”(artículos y ensayos) Algunos títulos libros publicados: Historias clónicas: El retorno del Caudillo. El amante clonado. El cabreo nacional y Vaticano III.

1- Ángel, dinos cómo te iniciaste en la literatura

Fue hacia finales del pasado siglo. Entendí en aquel momento que ante los retos que planteaba la vida tenía algo que decir, surgiendo el deseo de la comunicación.

2.- ¿Y cuáles son los clásicos que más te han influenciado?

El asombro llevó a preguntarse el por qué de las cosas y de ahí surgió el pensamiento. De aquellos clásicos antiguos han heredado los más actuales la antorcha del saber. Para mí los clásicos hoy son los que tienen valores que aportar, diferenciándose la novela cultivada de la del mero entretenimiento.  La primera, aporta algo que se queda; la segunda simplemente produce momentos de evasión. Por eso, prefiero quedarme con la primera. ¿Cuáles son estos autores más o menos actuales, cuyos libros o relatos me aportan valores que me enriquecen y no desaparezcan una vez leídos? Citaré sólo algunos, pues serían una lista excesivamente amplia. Como enorme poeta, Unamuno.   Su mejor  obra, para mí es “El Cristo de Velázquez”, un tratado denso y profundo.  Como pensador  humanista citaría  “El sentimiento trágico de la vida”. En estas dos vertientes destaca más que como novelista. Otro autor que me ha  ayudado a formar criterios propios es el teólogo Hans Kung,  por unos reconocido y por otros rechazado.  También Giovanni  Papini, autor de obras tan pretensiosas como “El Juicio Final”, divertidas y a la vez ilustrativas como  “El libro negro” o “Gog”  e incluso experimentales como puede ser “Un hombre acabado”. Finalmente tengo también como referente al francés Gustave  Thibón, un filósofo-trascendental  capaz de abordar lo divino en lo humano y viceversa. Su libro “La mirada ciega ante la luz” habla de ello. En suma: pensadores.

3.-¿Para ti qué es literatura, cuáles son tus objetivos con ella?

 Para mí la literatura es   tener qué decir y saber plasmarlo. Por eso, procuro que lo que narro contenga un mensaje. Sin imponerlo, dejando que el lector vaya extrayendo sus conclusiones.

4.-Háblanos de tus novelas más recientes, sus temáticas y alcance

En cuanto a mis trabajos puedo decirte que abarcan desde la poesía al ensayo, centrándose en la narrativa. Tengo ensayos y relatos que pueden fácilmente encontrarse en esta inmensa tela de araña que es la red.  Sin ánimo de extenderme, puede teclearse para que aparezcan títulos como “El Juicio Universal”, “Carta a un existencialista”, “El Espejo”, “Las Postrimerías” o “Mono Sapiens”. 

 En lo que respecta a las novelas citaré algunas, en un abanico que va desde la crítica política en “El cabreo nacional” hasta la saga clónica que se inicia con “El retorno del Caudillo” y finaliza en “El amante clonado”. Es la historia de cómo la propia naturaleza devuelve el golpe cuando es agredida por el ser humano. La sinopsis de la novela es el amor ciego de una pareja que, al sufrir un accidente y quedar tetrapléjico convence a su esposa para que le dé muerte y vuelva a recuperarlo mediante la clonación. Hay una frase en la introducción que insinúa la trama al lector: “¿Qué mente, por calenturienta que fuese podría pensar que aquel bebé mofletudo, melifluo y sonrosado, que se estiraba dando pataditas a diestro y siniestro en el carrito mientras miraba con desparpajo inusitado todo lo que su campo visual le permitía ver, era a la vez “hijo” y también “esposo”? Y en el supuesto, sólo en el supuesto de que esa mente calenturienta  y extraordinaria lograse asimilarlo, ¿podría igualmente entender que la mujer joven que estaba junto a él y lo mecía, haciéndole balbucir sonidos ininteligibles, era por igual “esposa” y “madre”? 

Permíteme hacer referencia a la última publicación, cuyo título es “Vaticano III”. Es la historia de un Papa procedente de un mundo lejano y sojuzgado, que tras experimentar una visión se cree enviado a una misión ante el mundo que podría ser la semilla de la liberación para los pobres, y ante la oposición de la Curia decide convocar un Concilio, anunciando un giro que produce el temor entre los poderes que dominan la tierra.

Creo que para mejor ilustrar en pocas palabras a los oyentes podría leer un extracto de uno de los capítulos.

El grupo de los purpurados se encontraba reunido a instancia del Secretario de Estado, el Cardenal Vitelino. Tan pronto le anunciaron la llamada conmutó la comunicación para que todos pudieran oírla, advirtiéndoles que guardasen el más absoluto silencio. 

-Buenos días, Eminencia. Le habla el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América.

-  Me alegro de escucharle. ¿Cómo está usted?

- Sería mentir si le dijese que bien. ¿Y usted?

Por el tono, creyó reconocer cierto sarcasmo. Sus palabras, aunque corteses resultaban distantes.

• Antes de comenzar, debo transmitirle que mi llamada no obedece a algo unilateral. Mi gobierno ha mantenido conversaciones con nuestros aliados más importantes y, por tanto, lo que podamos tratar ha sido consensuado.

Llevándose el índice a los labios, Vitelino esparció su mirada sobre sus compañeros de mesa invitándoles a mantener la mudez, reparando todos en la gravedad del asunto.

Se produjo un silencio inquietante, tras el cual, dijo:

• Estamos informados del alcance del Concilio. De lo que ha sucedido, cómo se ha desarrollado y sobre todo de las conclusiones que se pretenden dar a conocer al clausurarse.
• -¿Puedo preguntarle cómo…?- mostró su sorpresa el purpurado.
• Sabe que no voy a responder a esa pregunta. Pero, déjeme decirle una cosa: la decisión puede afectarnos a todos. No puedo pasar por alto advertirles que el Presidente me ha autorizado a conminarles- enfatizó esta última palabra- que no estamos dispuestos a aceptarlo pasivamente.
• ¡Señor Secretario!-balbució al escuchar la amenaza.
• ¿Es que Roma desea retornar a las catacumbas?- apareció en él la cólera.
• ¡No!- acertó a contestarle con un breve monosílabo.
• Le ruego que no me malinterprete si le recuerdo una cosa: nadie pone en duda que a ustedes les avala su autoridad moral… ¡pero a nosotros nos sostiene el dinero, la influencia y el poder!

Vitelino guardaba un silencio sepulcral, pero su mirada expresaba la preocupación de todos.

• Si no dan marcha atrás- continuó desbrozando su planteamiento- el concierto mundial existente podría romperse y se plantearía un juego táctico, de manera que si la primera de las fichas se desmoronase, arrastraría a las demás.
• ¿A dónde quiere ir a parar?

A pesar de ser un viejo zorro de las artes diplomáticas, Vitelino no acababa de entenderlo.

• Se lo diré con claridad, Eminencia. Si la Iglesia alterase su esencia en base a la declaración  para transformarse en no se sabe qué, al “moverse” se soliviantaría una masa que supera más de mil trescientos millones de almas, y en consecuencia otras fuerzas ocuparían ese espacio, modificándose el mundo democrático que conocemos. Parte  de los creyentes podrían ser captados por el nuevo comunismo  y Rusia ansía volver a ser la cabeza de gigante que fue. Otra parte de los escindidos por los resultados del Concilio sería absorbida por el Islam, cuyo ojo, como el de un cíclope, miraría hacia Israel. ¿Y qué cree usted que podría suceder en tal supuesto? ¡Goliat trataría de exterminar a David, pero éste, se defendería con su arsenal nuclear!  El conflicto, una vez iniciado, se extendería como un reguero de pólvora.
• ¡Es espantoso!- brotó con espontaneidad el lamento de su garganta, en tanto miraba a sus compañeros con incredulidad.
• Luego- prosiguió sin darle tiempo a reaccionar- tras forjar Rusia un nuevo imperio y extenderse el Islam, finalmente, el peligro vendría de Asia. Los chinos son como hormigas laboriosas y aprovecharían la situación de  Occidente para penetrar definitivamente y adueñarse de los Mercados. Según nuestros informes elaboran una alianza con Japón, que les apoyaría con su tecnología punta. Permítame concluir: todo esto significaría el fin de la sociedad que conocemos, pasando en poco tiempo a repartirse la economía los dos países comunistas: la nueva Rusia y la China imperialista. En cuanto a la religión, la media luna se enseñorearía por todo el orbe y el cristianismo quedaría reducido a una religión menor.
• ¡Un cuadro verdaderamente desolador!- fue incapaz de reprimirse.
• ¡Ciertamente, señor Cardenal! Ustedes tienen el tarro de Pandora en sus manos y ése es el riesgo si se deciden a abrirlo. En nombre de nuestros socios y también del Presidente le pido que convenza a Su Santidad para que no haga la declaración. No es misión mía decirles qué, ni tampoco cómo habrán de hacerlo, pero confío en que encontrarán el camino… ¡aunque el precio haya de ser muy alto! Ambos somos políticos, Eminencia. Usted sabrá encontrar la solución.

5.-Qué me dices de la literatura actual ¿Tienes algunos escritores preferidos hoy en día?

 Bueno,  ya he hablado de mis preferencias. La literatura actual  es proclive a una cantidad de “productos” de consumo” y tiende a la distracción. En mi opinión tendría que hacerse algo por recuperar  el espíritu de algunos clásicos  más o menos contemporáneos en el estilo puro de la novela. Por ejemplo, aquella descriptiva que traza Azorín en su obra “La voluntad” o “La barraca”, de Blasco Ibáñez.

6.-Y en perspectiva para el futuro, en qué libros estás trabajando y  cuáles  son los  géneros?

La perspectiva para el futuro es continuar escribiendo y tratando de insinuar en cada libro algo que  pueda prender en el lector para que  lo madure por sí mismo. Por eso, aunque procuro  dotar a mis novelas de ingredientes que las hagan atractivas y atrapen al lector con  la acción y la intriga, trato de que en ellas haya un  “leitmotiv” que proponga algo. Un mensaje.  Una reflexión. En este momento estoy trabajando en la corrección de una obra ya concluida que se titula “Las máscaras de la vida” donde aparecen una serie de personajes que ocultan bajo esa máscara el pasado que todos llevamos dentro y nos esforzamos por ocultar. El hombre se esfuerza en ser pura apariencia y es necesario desnudarlo para contemplar su dimensión real.  Los principales son un sacerdote, una comunista, un inmigrante, el demonio y la muerte.  Para más adelante ya estoy preparando un libro que se titula “Réquiem por dos mariposas”. Pero de eso ya tendremos tiempo de hablar.

7.-  Finalmente, ¿dónde puede encontrarse  el libro “Vaticano III”?

En España en Librerías. Pero, dado que el mundo es hoy día algo global, cualquier lector de cualquier parte del mundo puede encontrarla en Amazon. Para ello basta con escribir en el buscador  “Vaticano III, Ángel Medina, Amazon Kindle”

• Permíteme, antes de concluir, poder expresaros mi agradecimiento por la entrevista realizada, tanto a Creatividad  Internacional como a su realizador Ismael Lorenzo. Y como colofón, facilitar, si me lo permitís, la URL donde podrán encontrar mis trabajos.

http://novelapoesiayensayoangelmedina.blogspot.com