Lissette Ambrosio Rivas

 Miembro del Consejo Editorial de

'Creatividad Internacional'

Entrevista con Armando G. Muñoz

Nací poco más de cuatrocientos días antes que la historia de Cuba y América cambiara, viví por casi cuarenta y nueve años el experimentó socialista cubano, no guardo los recuerdos de antes, pero tengo muy claros cada momento vivido en el proceso revolucionario, todos los experimentos con la juventud, la separación y la ruptura de las familias, la negación de la religión, el miedo a que los padres, hermanos, esposas, amigos, fueran parte del aparato represivo. Hoy al fin soy libre, vivo en New Jersey, muy cerca de New York lejos del calor de la isla me congelo cada invierno cuando no calienta el sol, pero soy libre y hablar, decir, escribir no es un pecado.

¿Cuéntanos un poco acerca de “Greta Garbo, la mujer que más amé”?

“Greta Garbo, la mujer que más amé” es una novela erótica, es un homenaje a la gran diva que fue y continua siendo Greta Garbo, pero sobre todo es un homenaje a Mercedes De Acosta, la escritora, poetisa, dramaturga y productora de Hollywood, una mujer que vivió adelantada a su época, supo llevar con suma dignidad su lesbianismo haciendo de ello un arma de lucha contra los prejuicios de la época donde le tocó vivir.

¿Qué te inspiró para escribirla?

Fue casual, estudiaba en una escuela de inglés y el profesor nos puso una tarea sobre Greta, buscando información descubrí a Mercedes De Acosta, quedé atrapado con ella y su historia, me fue imposible no escribir sobre la relación entre ambas, sus amores y tormentos, la fuerza de Greta hizo mella en Mercedes, la cual se sintió fascinada desde su primer encuentro en Constantinopla, cuando aún Greta no era la estrella que sería después.

¿Cuál es el mensaje,  que deseas transmitir a tus lectores?

No teman, el amor ha sido siempre la fuerza motriz de las personas, los grandes amores existen desde que el hombre surgió, la historia está llena de ellos, para las personas que aman a seres de su mismo sexo, no se escondan, vivan y sean felices, la vida es una sola y nada los debe limitar, no permitan que nadie les robe su felicidad, el amor nos hace seres mejores e inmensamente grandes.

¿Cuáles han sido  tus lecturas preferidas?

No creo tenga una lectura favorita, siempre he leído mucho y de todo, desde algunos clásicos, confieso que no todos, hasta los peores libros de la etapa soviética, revistas, periódicos, etc.  Hubo épocas en Cuba que nada nos llegaba a las manos y leí muchas de las historias de los escritores bolcheviques, leer era un refugio, un consuelo para el tedio y el ostracismo que vivíamos en la isla, puedo asegurar que de no haber leído nunca hubiera escrito una línea y hoy no sería quien soy.

¿Tu rutina diaria tiene alguna relación con tus hábitos literarios?

Si, continúo leyendo mucho, quizás no con la intensidad que lo hacía antes, pero aún leo, también pienso soy más selecto en lo que leo, las posibilidades que nos da el internet nos permite leer libros que estaban muy lejos de nuestro alcance y ahora con un clic están en nuestras manos, la red es una herramienta increíble y no debemos desaprovecharla.

¿En este momento, cuáles son los libros que estás leyendo o piensas leer?

Estoy leyendo “Paradiso”  del maestro cubano José Lezama Lima, más que leerlo lo estoy haciendo mío, es una lectura increíble, para mi debía ser un título de estudio en muchas escuelas, sobre todo en Cuba donde Lezama vivió encerrado en una jaula, sumido en el olvido y la marginación y es desconocido por el público de la isla, también he descubierto la poesía de Gastón Baquero, otro cubano desconocido en la isla y un grande de la literatura universal. 

¿Qué planes literarios tienes para el futuro?

Ahora estoy organizando un poemario que lleva por título “Al viento de New York”, un recorrido por mi poesía, en el encontrará el lector poemas al amor, poemas sociales y poemas al dolor del hombre, es un plan ambicioso. 

Además escribo una novela llamada “Cuando sangran los recuerdos” tiene más de 160 páginas, es la historia de un cubano nacido en el año 1950, quien vive la entrada de Fidel y sus huestes en La Habana, en su juventud es parte del macabro experimento socialista implantado en la isla. Este joven narra sus vivencias en el Servicio Militar Obligatorio (SMO), las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), las persecuciones y el acoso a la juventud cubana sólo por creer en Dios, por gustarle la música americana o pensar diferente, las torturas, las muertes, el sufrimiento de la generación perdida.    En 1980 logra escapar en el éxodo de los balseros llegando a Miami el 20 de mayo, el mismo día que Cuba debería celebrar un aniversario más del nacimiento de la república cubana.

En el exilio vive las vicisitudes del recién llegado, asalta gasolineras, se une al tráfico de drogas, en New Jersey es parte del “Consorcio”, el clan mafioso creado por José Miguel Battle, “el padrino de la mafia cubana”, sus trabajos para la Central de inteligencia americana (CIA) llevando armas a los contras en Nicaragua, plan conocido por Irán-contras, apoyado por el presidente Regan en su intento de acabar con el comunismo en Centro America, su entrevista con Edén Pastora en Nicaragua y su presencia en Panamá el día que los Estados Unidos invaden el istmo para derrocar la tiranía implantada por Noriega apoyado por Fidel y sustentado por los capos del narcotráfico colombianos. Ésta novela me ha llevado tiempo, quizás por la cantidad de información que he tenido que leer e investigar o quizás por ser un tema que como dice el título, duele y sangra al ser recordado.