Eduardo Rene Casanova Ealo  es un escritor de origen cubano, residente en el sur de la Florida. Ha recibido una I Mención Concurso de Cuentos Ernest Hemingway, y el Premio de Poesía Calendario, 1998, con su libro ‘Navegación Impasible’, publicado en Cuba y en España.  Autor también del poemario ‘AL OTRO LADO DEL MUNDO’, poemas desde el exilio, y de la novela  EL POLVO ROJO DE LA MEMORIA.

1 – Eduardo, ¿cómo te iniciaste en la literatura, ¿qué te atrajo en ella?

Una hepatitis viral a la edad de 12 años. Y te lo confieso sin temor a que me confundas con Carlos Camilo, el personaje de mi novela El Polvo Rojo de la Memoria, quien siempre esta exagerando un poco las historias. Pero en realidad fue una hepatitis, la que me condujo a la literatura. Yo debía guardar reposo para curarme esa enfermedad y cuando se marchaba mi madre dejándome solo en aquella humilde casita que teníamos cerca del parque de Quemado de Güines, mi pueblo natal, y cuyo patio daba al antiguo local de biblioteca del pueblo, que estuvo abandonada un buen tiempo por el mal estado de la edificación, entonces yo violando las reglas del médico, me escurría por el patio, entraba por una de esas ventanas medio rotas y tomaba cuanto libro quería. Por supuesto siempre los devolvía, porque le tenia mas miedo a mi abuelo Antonio que a la policía. 

Con el tiempo uno va recibiendo influencias. Una de ellas fue un maestro de literatura en el pre de Motembo, cuyo nombre ahora no recuerdo, quien me inculcó el amor a los cuentos, a las narraciones cortas, por supuesto a través de los cuentos de Hemingway y Cortázar, etc.

Después en Trinidad, mientras trabajaba en los Museos, nos reuníamos un grupo de pintores, trovadores y poetas amateurs para leernos los textos, corear una canción y así fue creciendo esa voluntad de escribir para otros. 

Pero esos primeros balbuceos no fueron significativos. Creo me faltaban unos cuantos buenos golpes de la vida, parrafeando a Fajad Jamis. Si es cierto que un grupo de poemas Cartas del Hijo de Teresa, presentados a un concurso de la revista verde olivo, nada menos la revista de las fuerzas armadas de Cuba, obtuvo por aquellos años el primer premio, era un poemario sobre la guerra de Angola, escrito, pensando en mi hermano, enviado como soldadito de plomo a pelear allá, y quien regreso un día como a su tiempo se regresó Melquiades al caserío de Macondo, enfermo y consumido por las fiebres y los espantos de la guerra. En honor a la verdad esa fue la primera vez que vi mi nombre escrito en letra de imprenta en una publicación y además la primera vez que pude disfrutar de un premio no sustancial, pero al menos algo, que sin dudas abre la puerta al valor de la palabra.

Pero sin dudas los golpes más grandes vendrían después. Ya me había mudado para Guanajay, y por aquellos días se enferma de cáncer la que era entonces mi esposa. El libro Navegación Impasible que mas tarde resulto premio calendario, nació en esa época junto con primer cuento.  

2 – Recibiste una I Mención en el Concurso de Cuentos Ernest Hemingway.  ¿Nos puedes hablar algo del libro?

No fue un libro de cuentos, aunque si fue un cuento super larguísimo, al que titulé El último juicio de Carlos Camilo, personaje que vuelvo a retomar en mi novela El Polvo Rojo de la memoria. Carlos Camilo (el del cuento) es un joven que tiene la oportunidad de estudiar en Rusia, y cuando regresa en pleno periodo de la perestroika, se da cuenta de que lo que había estudiado no le sirve para nada, para la sobrevivencia que se instauró de la noche a la mañana en la isla. La única opción que el encuentra es montarse en una balsa para salir huyendo de Cuba. Y en la travesía comienza a reflexionar todas las pequeñas y grandes cosas que le pasaron en su vida y que precisamente lo motivaron a salir ilegalmente del país. Todo narrado en primera persona y con un nivel de pesimismo horrible, como si fuese una crónica, de un evento que estaba sucediendo en tiempo real, pues corría el año 1994 y la gente se lanzaba a la costa para escapar del infierno. Realmente aun no se como es que ese cuento obtuvo primera mención.  De lo que estoy seguro es que no lo publicaron en ningún revista.

3— También otro libro tuyo ‘Navegación Impasible’, recibió el ‘Premio de Poesía Calendario, 1998’, publicado en Cuba y en Españaa, ¿nos cuentas sobre este premio?

Navegación Impasible es un acto de exorcismo. Fueron poemas que nacieron cuando mi esposa estaba padeciendo la enfermedad que le causó su muerte. Además, la situación nacional era horrible. La atmosfera de desaliento y pesimismo esta presente en cada verso, aunque algunos poemas son pedacitos de esperanza, no por defecto sino por naturaleza y convicciones personales. El libro resultó premiado y más tarde publicado por la Editorial Abril, y por una de esas cosas que solo ocurren en Cuba, por aquellos días previos al fallo de concurso, conocí a un editor español quien se ofreció a publicarlo además y en España. El poemario salió de la imprenta casi al mismo tiempo en Cuba y España, pero yo no pude asistir a ningún lanzamiento o evento, pues ya desde hacía meses había emigrado para los Estados Unidos.  

Tres o cuatro años después cuando pude visitar a la familia, me encontré con 30 ejemplares en la tienda de la Editorial Letras Cubanas y logré adquirirlos todos, fue una especia de reencuentro con un familiar al que por esas cosas de la vida no vemos en largo tiempo.

Debo recordar que recientemente y para sorpresa mía, fuimos incluidos en la antología veinte años de los premios calendario, donde aparecen algunos de los poemas de ese libro junto con otros poetas que ya no viven en la isla, creo que es un pequeño peldaño en la escalera que necesitamos muchos escritores exiliados y que no pueden promocionar o editar sus libros en Cuba, por las tensiones existentes entre los creadores y las autoridades políticas. 

4— Cuál es tu opinión de la actual poesía hispanoamericana y su abundancia?

La última vez que miré las estadísticas, somos 500 millones de personas que hablamos español en el mundo. Somos la tercera lengua mas hablada en la tierra, solo detrás del ingles y el chino. Esa cifra se refleja por supuesto en la poesía. Somos muchos los que escribimos poesía, dándole continuidad a ese género, a ese boom que se inicio con el siglo de oro, el modernismo, la vanguardia y los poetas del siglo XX.

Creo, sin temor a equivocarme que la mayor riqueza de nuestra poesía radica en la pluralidad de las voces y registros, en la profusión de estilos y el entramado de influencias que transcienden la literatura, la música y las artes plásticas.

Otra factor importante a tener en cuenta, es la situación económica de nuestros países. Las demandas económicas del Sur, aunque podemos incluir también, a la madre patria, serán mayores. Y la poesía es uno de los múltiples rostros de un fenómeno muy profundo, la crisis de paradigmas, o crisis de la civilización. 

Ezra Pound decía que el poeta es antena de la raza. Y no se equivocaba. La poesía que se escribe en nuestro tiempo es un espejo de las tensiones, la incertidumbre, la depresión y la angustia que se vive en el espacio social. 

Es por ello que en casi todos los libros de poesía que se escriben hoy se pueden ver dos valores fundamentales…el yo y la búsqueda de la emoción. El Yo forma parte de la necesidad de volver a la lírica, a volver a decir, a ofrecer respuestas, interpretaciones del mundo, al mismo tiempo que cuestionamos, aportamos sentido. Aun cuando corremos el peligro de reinventar el mundo sin la certeza de que vayamos a triunfar.

Me siento muy orgulloso de ese movimiento, con el que trato de acercarme en mis poemas (Al Otro lado del mundo, libro de poemas en Amazon) 

Como nota importante debo decir, que, en esta primera etapa del siglo XXI, las poetisas han alzado su voz. Forman parte de una elite que se empinan y toman los temas con una belleza que seduce, arrastra al lector, impone y motiva las formas. Y ese fenómeno, que aplaudo, va a revolucionar a la poesía, y a la literatura en general.

5— ¿Qué planes literarios tienes para el futuro?  

Planes…muchísimos, tiempo es el que falta. En este año acabo de publicar dos libros a través del sistema de auto publicación de Amazon, motivado por el concurso del mismo nombre, uno es una noveleta, de apenas 125 páginas, El Polvo Rojo de la Memoria, en la que Carlos Camilo vuelve a hacer de las suyas, pero con otro nivel del lenguaje, por supuesto. Ya no es el recién graduado que acaba de regresar de Rusia, y se ve obligado a lanzarse al mar para escapar de la isla. Ahora es un hombre maduro, lleno de esperanzas en el futuro, pero con la finalidad de escribir sobre su pasado.

El otro libro es un poemario, que fue creciendo y creciendo, en la medida que el mundo iba cambiando en cuestión de semanas. Y tiene por titulo Al Otro lado del Mundo, son poemas escritos en Miami. Aquí en el patio de mi casa, donde suelo escribir siempre, alejado del ruido de los autos, y fumando mis tabacos, rodeado de mis dos perras y gatos y donde la única que interrumpe mi ejercicio, es mi cotorra Tita, a la que al parecer no le gustan mis silencios. 

Estoy terminando otro poemario, un libro que comencé a escribir, al mismo tiempo que estaba en el proceso final de la novela El Polvo Rojo… Ese poemario ya esta bastante adelantado y lleva por titulo La Puerta de las Cosas Muertas, me siento complacido como está naciendo ese poemario.

Me gustaría darle cuerpo a una idea, que revoletea en mi cabeza, hace tiempo, escribir una novela negra, en el entorno de Miami. A veces en los sueños se me aparece su personaje principal, un detective cubano americano, que le gusta la pesca en la corriente del golfo y vive adolorido por el estado de su ciudad materna, donde aprendió no solo el amor por este país, sino el amor a sus raíces cubanas. Es un personaje escurridizo que me habla poco en los sueños, al parecer porque aun no me he ganado su confianza, él sabe que yo soy un recién llegado. Y aunque tenemos muchas cosas en común, no es tarea fácil romper su hermetismo.