La crisis europea no llegó a todos lados, porque para Tomassino la fortuna está de su lado. Su dueña era una mujer muy mayor (de 94 años) que al fallecer le dejó toda su fortuna al gato. Al no tener familia, ni hijos, el felino era su único compañero.
Esto ha convertido a Tomassino en uno de los gatos más ricos del mundo. Con respecto a la legislación italiana, esta no permite que un animal herede bienes de parte de humanos, por lo tanto se ha designado como tutora a la enfermera que trató a la anciana en sus últimos días.
A partir de ahora, el gato y su tutora vivirán juntos en una casa a las afueras de Roma. Además de los 10 millones de euros, Tomassino tambien heredó varias propiedades en Roma, Milán y unos terrenos en Calabria.