MANAGUA — La tristeza de Renato Franco Peñalba no tenía fin cuando una mañana se levantó y descubrió que su perrita "Cookie" agonizaba en el patio, con una flecha que le atravesaba el cuerpo. La mascota fue operada, pero no sobrevivió a la intervención.
"Nuestra perrita tenía nueve años, no era de las que andaba en la calle. La atacaron en el patio de mi casa sin razón alguna y la mataron. Una flecha atravesó su cuerpo de lado a lado", relató a la AP Peñalba, quien publicó la foto de Cookie en las redes sociales denunciando el hecho como una crueldad.
Fue así que se enteró que él no era el único que vivía ese drama.
"Me empezaron a llegar mensajes de varias personas que les había pasado lo mismo con sus perros, que vivían cerca de mi casa y fue cuando decidimos que era necesario denunciarlo ante la policía. Ahora estamos a la espera de los resultados de las investigaciones", dijo Peñalba.
Resulta que Cookie fue una de al menos siete víctimas de ataques similares, en los que un perro muere atravesado por una flecha. Los insólitos incidentes, que tienen perpleja a la comunidad, han ocurrido todos en un barrio pudiente de Managua y parecen ser obra de gente de medios.
La policía de Nicaragua confirmó que los autores de estas matanzas utilizan una ballesta de cacería, cuyas flechas Custom Carbon no se venden en ningún comercio del país, por lo que estiman que son gente de alto poder adquisitivo que las compró en el exterior.
"Se trata de una flecha lanzada desde ballesta que no la puede comprar cualquier nicaragüense, sino alguien de altos recursos económicos", dijo Peñalba, un consultor de negocios, de 30 años, nieto de un renombrado pintor nicaragüense, Franco Peñalba.
"Son armas caras, no las compra cualquiera", coincidió Wilber Arteaga, quien vive a 10 minutos de la casa de Peñalba en la misma zona y cuya mascota también pereció en las mismas circunstancias.
"Fue la semana pasada, como a las once de la noche. Yo me estaba quedando dormido, escuché que el perro lloró, me levanté, pero se metió debajo de la camioneta y no le puse mucha mente", recordó al hablar con el diario La Prensa.
"Al día siguiente mi cuñada lo miró debajo de la camioneta con la flecha atravesada de lado a lado y cuando nos avisó, ya estaba muerto", añadió.
Los perros han sido atacados en los patios de sus casas en la zona sur de la capital considerada de gente pudiente y ha causado indignación. Todos los medios hablan del tema y en las redes sociales ha surgido reclamos de que se llegue al fondo de este asunto.
"¡Asesinos!", postearon algunos contactos en el muro de Peñalba en Facebook.
El veterinario Enrique Rimbaud, presidente de la Fundación Amarte, que trabaja en la protección de los animales, dijo que por los menos siete perros han muerto en las mismas circunstancias y en la misma zona de la capital.
"Lo más grave de esto, es que está más que comprobado que quienes comienzan atacando y asesinando animales no se quedan ahí. Hoy tiran flechas contra perros... mañana pueden hacerlo contra niños o adultos", advirtió Rimbaud.
La policía ha abierto un expediente para investigar estos casos, que tienen en ascuas a los residentes de la zona.
"Es posible que el culpable no tenga el cuidado de matar solo animales; mañana puede ser una persona", dijo el jefe de la Dirección de Auxilio Judicial del Distrito Tres, comisionado Róger Paguagua Torres.
Hasta ahora lo único que tiene a mano la autoridad policial son las flechas que atravesaron los cuerpos de varios canes, la mayoría de la misma marca, y versiones de testigos que dicen que los perros fueron atacados durante la noche, por varias personas que se movilizan en una una camioneta cerrada color gris.
Peñalba descartó que se trate de un asunto de resentimiento de personas de escasos recursos contra ciudadanos de clase media, pues las armas son de alto costo.
Arteaga dijo que días después de lo ocurrido con su perro, hubo otros casos. "Al frente de mi casa hay un puesto de vigilantes y también les mataron a su perro con una flecha y el lunes pasado le hicieron lo mismo a la mascota de una vecina que vive como a medio kilómetro de mi casa", relató.
Este tipo de acciones es considerado como "crueldad" por la Ley para la Protección y el Bienestar de los Animales Domésticos y Silvestres Domesticados. De ser capturados, los responsables perderían sus ballestas y podrían ser obligados a pagar multas por el equivalente hasta 3,000 días de sus salarios.
El sociólogo Roberto Altamirano asegura que los ataques a animales pueden ser un preludio de cosas más graves.
"No son uno ni dos los casos de asesinos en serie que empezaron matando animales y que luego optaron por seres humanos", dijo Altamirano a la AP. "Esto debe pararse ya"
Publicado en 'El Nuevo Herald'