Voy a dejaros ser voyeurs, queridos lectores

introduciéndoos en la biblioteca de Ismailov

su única compañía es la letra impresa

sólo encuentra consuelo en sus textos…

pero pervertido por lecturas perversas

el viejo verde se muestra libidinoso con sus libros

mira con lascivia los voluptuosos volúmenes

grita obscenidades a las obras de los estantes

tiene erecciones al contemplar sus colecciones

es un bibliófalo: la literatura se la pone dura

su lujuria crece ante las ediciones de lujo

e incluso siente pasión por los pastiches

todas esas novelas son sus novias

manosea los manuscritos, toquetea tochos como pechos

magrea los culos de los autores marginados

besa los best-sellers, da ósculos a los opúsculos

paladea sus palabras, forcejea con sus forros

arranca portadas como si fueran vestidos

frota lúbricamente las publicaciones contra su pubis

y al final toma los gruesos tomos, penetra las letras

perverso con los versos, posee la poesía

apareándose con múltiples pareados

y hace de la prosa una prostituta de lujo

se folla los folletines, pervierte los pergaminos

relame relatos, se trajina tratados

hace el amor con los romances medievales

chupa los cuentos de la tradición oral

viola las biografías de sus ídolos

practica el bestialismo con los bestiarios

grita y gime con los grimorios

mama mamotretos con avidez

lame las láminas de los libros ilustrados

abraza como un pulpo las revistas pulp

ama con pasión las obras de los amanuenses

echa polvos con libros polvorientos

hace felaciones a las ficciones

comete estupro con diversos estudios

se vuelve un íncubo de los incunables

practica parafilias con libros raros

micciona sobre los diccionarios

se monta tríos con todo tipo de trilogías

hasta acabar harto de elfos y vampiros

unta de chocolate los libros de cocina

antes de devorarlos con apetito

se pasa todos esos títulos por los testículos

se frota el escroto con sus escritos

jode la literatura sobre su litera, metiéndosela entera

sátiro burlón, empala sátiras a placer

las cubiertas que cubre son de obras como ubres

travieso, se traviste con dudosas traducciones

obedece sumiso las guías turísticas

practica el bondage con diversos legajos

lejos de ser un analfabeto, le gusta el sexo anal

pone pomada a los poemarios

antes de sodomizar sonetos

y encula gruesas enciclopedias hasta reventarlas

desflora florilegios, fuerza diarios de doncellas

se hace pajas con sus páginas

deseando que fueran vaginas

yace con los clásicos en la postura del misionero

el Kamasutra se lo lleva a la cama

para enseñarle nuevas acrobacias

Safo deja de ser lesbiana en su sofá

practica el griego profundo con el putón de Platón

vestido de látex, le da latigazos al latín

y desvirga con un dildo a Dido

(esa reina ninfómana de Virgilio)

la Odisea es su Gran Odalisca

y el Don Juan de Zorrilla su zorra

pasa mil y una noches salvajes con Scherezade

yace con los caballeros de Arturo en una cama redonda

le come la boca a Boccaccio

y se pasa por la piedra a Petrarca

se masturba con las memorias de Casanova

tiene una aventura con la obra de Dumas

y Madame Bovary le hace un francés

usa el apéndice nasal de Cyrano de Bergerac

como consolador de sus fantasías lunáticas

humilla al Marqués de Sade

y azota con una fusta a Sacher-Masoch

de Lord Byron aprende las delicias del incesto

y Poe le muestra los oscuros encantos de la necrofilia

jode frente a un espejo con la Herodías de Mallarmé

y se une a la fiesta la viciosa de Salomé

se embriaga con el pérfido perfume

de las flores artificiales de Baudelaire

(¿pero cómo desflorar lo que ya está corrompido?)

se lo monta a pelo con el A contrapelo de Huysmans

hace intercambios de parejas con Jekyll y Hyde

copula con malas copias de Drácula

le come el coño a Colette

pone a gatas a Agatha Christie

obsesionado con Sexpeare

se acuesta con la Dama Oscura de sus sonetos

insaciable, come tragedias, traga comedias

poseído por su delirio bibliófilo

se cree Don Cipote de la Mancha

y monta las novelas de caballerías

dejando volar su fantasía

practica la zoofilia con monografías

y con bucólicas baladas (¿no oís los balidos?)

se monta orgías sacrílegas con las elegías

y bacanales con las pastorales

se muestra licencioso con la ciencia ficción

pero evita a Verne, no sea que pille una venérea

practica todo tipo de posturas con Rayuela

convierte a Mario Vargas Llosa en María Bragas Rosas

y sus visitadoras le quitan los pantalones

chinga con el I Ching, corrompe el Corán

practica necrofilia con el Libro de los Muertos

con la Biblia peca de todas las formas posibles

abusa de la Virgen en los evangelios

rasga el himen de los himnos religiosos

le hace un dedo al Índice de Libros Prohibidos

y manolas a los manuales de la Inquisición

babeando sobre esta biblioteca de Babel

(su ramera de Babilonia particular)

se muestra fetichista con las notas a pie de página *

y se tira hasta las tiras cómicas

compone una epopeya gloriosa con su polla

con su vigorosa verga se venga

de la lengua que tiene miedo de usarla

de la literatura pseudo-intelectual

que mutila el clítoris del idioma

haciendo del sexo algo innoble o ridículo

finalmente, alcanza el éxtasis divino

con la obra de Santa Teresa

y en un derroche de leche

su esperma se derrama espeso sobre la Espasa

se corre en abundancia sobre el correo de Lovecraft

y llena de semen los semanarios

y el bibliófilo, saciado y feliz

descansa agotado sobre un lecho de papel

y especula sobre la verdadera naturaleza

de la tinta que sale de la estilográfica

fecundando estas líneas con estilo

(no sé si me he dejado algo en el tintero

mojaré de nuevo la pluma…)

 

* Me encantan las notas a pie de página.