"Ahora las redacciones se parecen más a una farmacia de Suecia que a una redacción de periodistas como yo las conocí, llenas de humo y de bohemia", dice Mario Vargas Llosa, quien comenzó de adolescente en el periodismo

Se acaban de publicar tres volúmenes que recogen 50 años de escritura en los periódicos

Toda una "autobiografía intelectual y política", en opinión del propio escritor, que hoy presentó esta monumental obra, y "toda una lección de historia en 50 años", para Antonio Munné, el editor de los tres volúmenes, publicados por Círculo de Lectores con motivo de la celebración de los 50 años del nacimiento de esta emblemática editorial.

El premio Nobel, acompañado por Munné, ha dado otra lección de periodismo durante la presentación de estos libros, más de 4.500 páginas de las cuales más de dos tercios nunca habían sido editadas en libro y que, con el título de "Piedra de toque", reúnen todas sus colaboraciones desde 1962 hasta 2012.

"Cuando comencé era un periodismo de prehistoria periodística, era actividad romántica y bohemia, se llevaba mala vida hasta altas horas de la madrugada -ha precisado el autor-. Para mí el periodismo ha sido fundamental, el alimento de toda mi obra literaria", ha explicado.

"Muchas cosas de mi escritura -continúa- se las debo a todo lo que he vivido con el periodismo, por ejemplo 'Conversación en La Catedral' no la hubiera podido escribir sin el periodismo. El periódico es una fuente extraordinaria de temas", ha precisado el escritor.

"Pero la transformación ha sido extraordinaria -ha argumentado el autor- Cuando comencé, el periodismo estaba muy unido a la literatura, también en España los grandes escritores escribían en los periódicos, y el máximo exponente era Ortega y Gasset, pero también Azorín, Unamuno, Pérez de Ayala, quienes ofrecían su trabajo al gran público de forma clara. Pero hoy ha cambiado mucho por la tecnología y se ha convertido en una profesión liberal"

Respecto a la crisis por la que está pasando el periodismo, Vargas Llosa considera que el periodismo es fundamental para mantener el espíritu crítico de la sociedad. "No hay mejor manera de medir el grado de libertad de un país que constatar su prensa".

Y una de las herramientas que más han ayudado a conseguir esta libertad, según Vargas Llosa, ha sido la revolución tecnológica, pero "paradójicamente" al mismo tiempo ha creado una oportunidad para el "embauque", porque también en internet se cometen muchas tropelías, y el escritor ha puesto de ejemplo artículos que han sido firmados por él sin que él los hubiera escrito.

Un primer tomo en el que Vargas Llosa habla de Camús o César Vallejo, y sus piezas periodísticas muestran a un escritor con ideas de izquierda, hablan de la revolución cubana o de la descolonización de Argel, y dejan ver la evolución del autor y su ruptura con esas ideas.

Unos artículos en los que también está su minuciosa radiografía sobre los países de América Latina, sobre Oriente Medio, sus piezas sobre personajes, como su admirada Margaret Thatcher o sus ideas sociales -que nada tienen que ver con su perfil de conservador liberal- acerca del matrimonio homosexual, el aborto o la legalización de la droga.

Colaboraciones en periódicos y revistas que escribe desde hace años para el diario "El País" bajo el epígrafe de "Piedra de Toque", que obedece a la idea de esa "piedra de toque" -que le fascinó desde niño- que, según el diccionario, sirve para medir el valor de los metales, "una piedra que nunca vi -dice-, que todavía no sé si es real o fantástica".

La presencia de Vargas Llosa siempre provoca mucho interés y ante la avalancha de periodistas el autor ha tenido que hablar de la actualidad y, cómo no, de la dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid.

"Le voy a dedicar mi artículo de esta semana de 'Piedra de toque'. Le tengo gran admiración, es uno de los personajes españoles más atractivos. Es una política de convicción", ha añadido el premio Nobel, al tiempo que ha explicado que no le cabía en la cabeza "que haya una mayoría independentista en Cataluña".

"Hasta que no lo vea no lo creo. El nacionalismo es una ideología anacrónica y lo que sí creo que hay es un descontento general, no una idea secesionista", ha concluido el autor de "La fiesta del chivo".