A partir de mediados de los años ochenta emergieron en Israel una serie de escritores jóvenes que revolucionaron la literatura israelí.

Eran unos autores influidos por García Márquez, Faulkner, Raymond Carver y por los autores de la Generación X. Entre ellos, Etgar Keret que acaba de publicar 'Un hombre sin cabeza' (Ediciones Siruela), un libro de relatos que retrata la realidad israelí y del mundo a través de una visión personal y provocadora.

La escritura relampagueante de Keret se comenzó a gestar durante su paso por el ejército israelí. "Durante mi servicio militar, usaba monosílabos en mis respuestas, no podía comunicarme con nadie.Encontré en la escritura un valor confesional, como un católico que se exime de sus pecados ante un cura", afirma.

En Israel, es obligatorio que todos los jóvenes al cumplir 18 años presten servicio militar. Los hombres realizan un servicio militar de 3 años y las mujeres, un servicio de 21 meses. Una vez terminada la 'mili', pueden cursar estudios universitarios. Al finalizar ese auténtico "calvario", definido así por el propio Keret, recibió una beca para estudiar matemáticas.

Nunca fue un buen estudiante y admite que no asistía con cierta asiduidad a clase.  "Llegó un momento en que me amenazaron con retirarme la beca. Para salvar mi beca tuve que escribir una carta, en ella adjunté un cuento narrando mi situación". Una de las más gratas sorpresas para Keret sucedió un día corriente al descolgar el teléfono y oír la voz profunda del catedrático. "Me llamó para decirme que le había entusiasmado mi cuento y me pidió que le enviase más". 

Poco después, consiguió la publicación de estos cuentos en una pequeña editorial.En 1992, nace el primer libro de Etgar Keret titulado 'Tuberías', un primer volumen que fue recibido en el mercado literario con indiferencia en el momento de su lanzamiento.

Considerado uno de los mayores exponentes de la narrativa posmoderna en hebreo, algunos rasgos que definen su estilo literario es su empleo del lenguaje ordinario para abarcar historias donde aspectos de la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo grotesco y lo infantil forman un universo radical y reflexivo. Los sectores más literarios más acérrimos han criticado con vehemencia al escritor por el lenguaje subversivo y provocador de sus obras. 

Este polifacético autor combina con solvencia las facetas de escritor, director de cine y guionista. Cinéfilo empedernido, admite que le gusta más el cine que la literatura. 

Liberal de izquierdas confeso, ensalza la política antiterrorista del presidente estadounidense Barack Obama que tras la muerte de Bin Laden decidió no mostrar fotografías del cuerpo a los medios de comunicación. "No hace falta mostrar la cara ensangrentada a la prensa, si lo hubiese hecho, se convertiría en el fondo de pantalla de todos los americanos adolescentes".

El eminente escritor 'angloindio' e icono intelectual contemporáneo Salman Rushdie, que recientemente ha acusado a Pakistán de apoyar el terrorismo, le define como "un escritor brillante, completamente distinto de cualquier otro que yo conozca. Es la voz de la nueva generación".