“El artista debe disponer de mucho tiempo, tiempo libre, para no hacer nada, simplemente sentarse y dejar que las ideas sobrevengan.” Mark Rothko

Dice un dicho popular que “Ama el arte. De todas las mentiras es la menos falaz”. El arte es. El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil. El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido. Yo, artista.

Sé que hago cosas que la gente no necesita tener pero, por alguna razón, pienso que sería una buena idea darles. Entonces, ¿por qué la gente piensa que lo artistas son especiales? Es sólo otro trabajo. Lo dijo Warhol.

Creo que no veo las cosas como son en realidad; aunque, quizás, si lo hiciera, dejaría de ser artista. Claro que, no es necesario creer en lo que digo como artista, sino en lo que hago. A todos -y por supuesto me incluyo- nos resulta muy difícil decir lo que uno quiere decir, cuando lo que uno quiere decir es doloroso. La cosa más difícil del mundo es revelarse uno mismo, expresar lo que uno debe expresar... Como artista, siento que debemos intentar muchas cosas, pero sobre todo debemos atrevernos a fallar. Se que tengo que dejar que salga el artista juvenil que aun llevo dentro para que lo intente, se equivoque y vuelva a intentar. La confianza nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas. En la naturaleza toda pérdida tiene un significado. Lo mismo para nosotros. Bien usado, un fracaso puede ser el abono que nutra el éxito de la siguiente estación creativa. La maduración y la cosecha son procesos a largo plazo y no una receta rápida. Todo esto no es una cosa, sino un camino.

Con la edad, creo que se lo que hago, pero para que merezca la pena debo saltar esa barrera y hacer lo que no se (atención: no hay jubilación para un artista; el arte es una forma de vida y como tal no tiene fin). Ya se sabe que a la persona que se permite cometer errores, se la llama creativa... y a las que sabemos con que errores quedarnos, se nos llama artistas. Quizás sea cierto que no se puede ser artista si no se ha perdido algo: soledad o miseria o pasión. Doloroso y grande es el destino (aunque digan que el arte de la vida es el arte de evitar el dolor). Pero creo en este trabajo como una rebelión contra el destino. Sí, muchas veces somos criaturas impulsadas por demonios. Aún así, tenemos que enfrentarnos a lo desconocido con un talante positivo y meterle el diente sin miedo, a pesar de que sea un combate con las sombras perdido de antemano. Algo surge de la des-razón y tenemos el arte para no morir de la verdad, algo que va más allá de su tiempo y lleva parte del futuro.

Uno debe tener el valor de ser malo, estar dispuesto a arriesgar todo para realmente expresarlo todo, saber hasta donde podemos caminar demasiado lejos. Vivir es no estar seguro, no saber nada acerca del próximo momento. En el momento en que sabes comienzas a morir un poco. El artista nunca sabe por completo: adivina. Tal vez nos equivocamos, pero vamos dando salto tras salto en la oscuridad. Tenemos que hacer algo muy preciso en este mundo: clarificar las cosas. Enviar luz al corazón de la gente. Hacer que se revelen secretos que nosotros/los otros puedan percibir. Como ingenieros del alma humana tenemos la obligación de hacer soñar o no seremos artistas.

Nuestra esfera de influencia es el mundo [estar siempre con aquellos que padecen la historia, no con los que la hacen]. Tenemos que motivarnos por algo y desarrollarlo (aunque tengamos que mostrar cosas que a otras personas les aterraría expresar) y es ahí cuando podemos expresar y hacer sentir algo a los demás. No debemos engañarnos a nosotros mismos. En el mar de autoengaños debemos aferrarnos a mínimas islas para no ahogarnos. Pero cuando digo esto, advierto, no creo que como opinan algunos que la consideración de un artista depende de la intensidad de sus quejas (a las que luego se califican de denuncias) y que no son más que lamentaciones.
Si alguien nos rasguña descubrirá en nosotros a un niño (bueno, un poco mezcla de niño, hombre y mujer) y, como los niños, vemos la vida tal como es. Muchas veces vemos lo que ya no existe o lo que todavía no ha existido en la realidad. Es como un juego, pero hay que jugar con la seriedad de un niño que juega.

El arte es una aventura que nos lleva a un mundo desconocido, el corazón de la sangre... ¿por qué no hacer que la gente vea el mundo tal como lo vemos nosotros? Debemos tener algo que decir, porque nuestro deber no es dominar la forma sino adecuarla a un contenido. Hay ocasiones en las que la captación de la idea dominante se debilita y entonces nos movemos inconscientemente, hasta que el pensamiento se hace fuerte otra vez. El trabajo real de un artista consiste en construir una experiencia coherente con la percepción (gusto, diversión y alucinación), mientras nos movemos cambiando constantemente el desarrollo. Y esto no tiene nada que ver con el gusto. El arte no existe para que se le pruebe. La libertad es tan indispensable como el talento y la inteligencia [hay quien dice que el arte es una especie de innata unidad que se apodera de un ser humano y lo convierte en su instrumento y que el artista no es una persona dotada de libre albedrío que busca su propio beneficio, sino un arte que permite hacer realidad su propósito a través de él].

En la experimentación está la base del trabajo. Hay que comunicar una experiencia intensamente individual a través de medios que pertenecen al mundo común y público (en mi caso la fotografía, el vídeo, la escritura...: Creo en la yuxtaposición de las artes). Y sucede obra tras obra, ¿Cómo no repetirse a uno mismo y morir estéticamente? Así, el pequeño descontento que siente cada artista cuando termina un trabajo es, a su vez, el germen del nuevo trabajo.

Claro que los medios audiovisuales no son algo verdadero. Son una ilusión de la realidad con la cual creamos nuestro propio mundo privado. Solo pueden representar el presente. Una vez fijada la imagen, todo se convierte en pasado, aunque también ayuden a las personas a ver. Se trata de una manera de mirar, no de la mirada misma. Y mis imágenes están relacionadas con la vida contemporánea, con el pulso de hoy en día. ¿Influencias? Vienen de todas partes, pero los disparos salen principalmente por instinto, de toda una vida de acumulación de influencias: la experiencia, los conocimientos, de ver y escuchar (el aprendizaje mas largo de todas las artes es aprender a ver). Hay poco tiempo para la reflexionar cuando tomas una imagen. En el ojo de mi mente, visualizo un detalle. La vista y la sensación aparecerán en una impresión. Si me excita, seguramente es una buena ocasión que dará como resultado una buena imagen. Es un sentido intuitivo, una capacidad que, quizás, viene de mucha práctica. [Los maestros dicen que, simplemente, una buena fotografía se obtiene sabiendo dónde pararse]. Todo radica en la realidad que se percibe.

El desafío es ver las cosas como son (un retrato, una calle de ciudad, o una pelota). En una palabra, hay que tratar de ser objetivos. No me refiero a la objetividad de una máquina, sino a la de un ser humano sensible con su misterioso y personal criterio. El segundo reto es el de imponer el orden en las cosas que vemos, para proporcionar el contexto visual y el marco intelectual. Aún así, el elemento más importante en una imagen no puede ser fácilmente definido. Una fotografía no es una pintura, un poema, una sinfonía, una danza. Es (o debe) ser un documento significativo, una declaración penetrante. En cualquier caso, estoy convencido de que cualquier intento fotográfico para mostrar al hombre completamente es una tontería. Sólo podemos mostrar, lo mejor que podamos, lo que el hombre revela exteriormente. El hombre interior rara vez se revela.

Me gusta formar parte del grupo de personas que hacemos nuestro trabajo por placer. Claro que muchos días pienso que si tuviera la capacidad de ser cualquier cosa menos lo que soy, lo sería. No es divertido ser un artista: es una tortura... Pero bueno, aún así, me parece que los artistas pensamos con las palabras (las ideas se las dejamos a los filósofos), lo nuestro consiste en hacer las leyes, no en seguir las leyes ya existentes. Pero tenemos que ser humildes: esencialmente solo somos un canal. La obra (aunque tenga que superar todos los inconvenientes psicológicos, anímicos, materiales, económicos, y tal vez de suerte) no puede ser mejor que nosotros mismos.

Pero enfín, la palabra de un artista siempre debe ser tomada con cautela. Porque como se suele decir, el arte de vivir es el arte de aprender a creer en las mentiras [el arte es una mentira que nos permite decir la verdad] y el requisito definitivo para la grandeza de un artista, un perseguidor de la belleza, es su propia muerte.