Sobre ese espacio volátil del alma

donde los miedos acallan hasta silencios

advienes rasgueando mi mirada

con jalones de seda y terciopelo

sanando úlceras sangrantes de batallas

en la sutileza fragante de tu beso

demoliendo vertientes y murallas

para acampar en la vendimia de mi pecho

que se mantuvo a la espera de tu llegada

aun cuando los calvarios se tornaban acérrimos.



Y hoy enarbolas de colores mi cielo

¡sobre ese espacio volátil…

No aspiro a liderar tus sentimientos

ni tampoco a ser el eje de tu mundo

¡solo quiero estar presente en nuestro tiempo

sentirme única y conjugarme en futuro

con el eco de tu boca cristalizando besos

allí donde las palabras escriben murmullos

con la brisa de tus carnes abrevando anhelos

allí donde el alma hospeda charcos turbios

para construir la morada de mi silencio

y también el aliento de tus arrullos

que permanecen impávidos en la estela del…

Nuestros labios se buscan en la estancia del deseo

encaprichados en fusiones de savias y anhelos,

¡desbordando clamores de pasiones cuerpo a cuerpo

en una tregua sin nombre, pero a corazón abierto,

sintiéndonos sobre el ahogo de nuestros aguaceros

asfixiándonos en la cadencia de antojos y jadeos

rescatándonos en el éxtasis colmado de empeños

y quizá feneciendo en el salitre tórrido de un sueño!



Nuestras bocas se gritan en un aullido sin…

Habrá un crepúsculo donde se crucen nuestras miradas

¡labios rociados de la savia del deseo

manos enlazadas en el destello del alba

pieles candentes bailando al son de un anhelo

bostezos que se diluyen en efigies despintadas

sonrisas compartidas bajo el fragor de un beso

instantes de lujuria y disipación de lontananzas

entre clamores de vigilia en el denuedo tórrido de dos cuerpos!



Habrá un hálito argénteo de esperanzas

¡cuando troten mis…

Acaríciame en las soledades de mis tiempos

cuando las borrascas remuevan promesas y destellos,

¡obséquiame con las viandas de tu cuerpo

entre la gélida escarcha que oprime a este pecho

castigado por batallas de amores yertos,

segmentado en la agonía de un corazón inquieto

por las sombras cosechadas entre sollozos y besos!



Ofréceme tu mano, ¡ardentía de mi desconsuelo!

y abrígame en las nieves de este incesante invierno.



Acaríciame, aún…

Escribió el poeta la noche de su destierro

cuando el amor se emancipó de la cadencia de sus versos,

¡gimió aflicciones creyéndose muerto

entre la penumbra vasta de la inquina del silencio

reduciendo quimeras a colapsos de un recuerdo

que ambicionaba el secuestro de su esencia entre oscuros inviernos

aullando sangrantes heridas de lobos hambrientos

en el recoveco mágico donde se forja el sentimiento!



Y bramó su furia sobre el frágil auspicio del…

¡Resbálate entre la miel de mi anhelo

que aclama tu savia enhebrando mi cuerpo,

enjúgate con el néctar del deseo

porque te espera mi boca colmada de besos,

inhala la brisa insaciable de mi puerto

que busca la marea ígnea de tu fuego

y vistamos esta noche de gozo y empeño

en la cadencia perpetua de dos pieles ardiendo!



¡Culminemos los antojos que antaño sucumbieron

a los caprichos inapelables del tiempo!



Tú, yo

y el…

Renaces desde la sombra de mis ojos

encarcelados en el duelo del recuerdo,

¡Brotan semillas sobre ramales de abrojos

ascendiendo las vertientes ulceradas de mi cuerpo

porque son pertinaces las heridas del otoño

cuando la hojarasca se implanta sobre el suelo

sin saber cómo arrancar la desidia de un antojo

fértil en quimeras, pero huérfano de dueño!



Y te transfiguras como antesala de un nuevo esbozo

para clausurar los litigios de mi sangre con…

No me digas que te he querido más o menos

pues el amor no se mide, es un sentimiento,

y siento que te he amado entregándome por entero

si bien todo se extingue, cuando no se tienta el momento.



Vuélveme los ojos, mas no me cobijes entre sollozos gélidos,

porque he de recordarte que aún hay semillas de mis besos

ondeando los poros dilatados de tus anhelos

y cimentando pasiones en la orilla de un bostezo.



Fue ayer cuando saciamos el hambre de…

Desgastados estos labios de tanto amarte

hoy desnudo mi piel a la orilla de tu recuerdo

porque si bien este corazón no quiere olvidarte

hay costras sangrantes en los brazos que nos durmieron.



Quisiera ser gaviota de uno y mil mares

para naufragar en las aguas tórridas de tus deseos,

¡quisiera ser el viento que recorre tus lares

y perforar con mi esencia todos tus besos

quisiera ser la espuma de tu cuerpo navegante

embriángadote con la esencia…

Navíos transeúntes de mis soledades

que surcáis los arrroyos de recuerdos

¡volcad sobre este pecho la llave   

que me redima del elixir de sus besos

pues vivo sin él y por él muero,

pues soy cautiva anónima de la voz de su silencio

aguantando tempestades en pleno desierto

y arideces insípidas con el roce de otro cuerpo!



Navegad los crepúsculos de mis inviernos

eternizados en la escarcha de una mirada sobre el tiempo

obturada tras la…

Hambrienta de tu esencia y tu deseo

¡busco los manjares que germinan de ambos cuerpos

acoplados cadenciosamente entre miel y anhelo

mientras los pálpitos se confunden con un incipiente sentimiento,

mientras que las miradas son cómplices de la enredadera de piel y besos!



Llámame como amante si me pierdo entre tus aguaceros

¡dame de tus gozos los gemidos y de tu savia el aliento

sacude en mi vientre las zozobras de amores yertos

y déjame escarbando…

Besándote

aún cuando mis labios degusten el gélido invierno,

¡besándote entre los llantos de amores viejos         

que desmembran los fulgores de tus ojos morenos,

besándote en la zalema de la sonrisa y en el augurio del lamento

extrayendo de tu boca el bálsamo vital de mi aliento,

besándote en las noches oscuras preñadas de miedos

descuajando de tu saliva el resguardo del consuelo,

besándote con el paladar de un novato sueño

para hacerte condena…

Transita por el torrente de pasiones yertas

un aroma cálido con sabor a primavera

unas sonrisas incipientes bajo el sostén de una quimera    

unos versos candenciosos tras un suspiro que quema

en los broqueles de tu alma, extintos de tristezas.



Y sabes que eres vida en la diafanidad de tu existencia,

¡que respiras extractos de miel y punciones de abejas

porque eres el centro de todo lo que te rodea,

porque ahora es el instante que culmina tu…

Quizá peregrine una noche tu regreso

desde las oquedades achacosas del desamparo,

¡solo seré de tus gritos un eco       

cuando gimas la nostalgia candente de mis brazos

porque tú elegiste la frialdad del despego,

porque soy gaviota de un único paso

en esas orillas agostadas del recuerdo

donde navegan zalemas y agravios!



Quizá por una vez se doblegue mi ego

suplicando de tu tormenta la luz de un relámpago,

¡pero soy aurora radiante de…

¡Embelésame con el dulzor de tu aliento

en cada vertiente remojada de anhelos,

conviértete en el amante secuaz de mi lecho      

cuando la noche ulule soledades en su silencio,

transítame entibiado y con el corazón abierto

mientras nieva en los párpados de otro invierno

y deslízate por la humareda de hiel y fuego

en la cadencia armoniosa de tu piel y mi cuerpo!



E infringe la normativa ingrata del tiempo

si acaso eres contorno de tan solo un…

Amarte desde el silencio

es acariciar tu alma con la música de mis dedos,

¡Es despertar pasiones ondeando tu sueño    

en los mares que surcan las profundidades de dos cuerpos

mientras que el mundo gira alrededor nuestro

sepultando gozos en callejones de besos desiertos

y despilfarrando zalemas por el asilo del desaliento!



Es por ello que te amo desde el silencio

para tantear las orillas preñadas de sentimientos,

¡Para que nunca desfallezca de…

Derrite la escarcha perdurable

en estos labios desdeñados por el recuerdo.

¡Dame los ardores de tu boca y de tu carne  

para que emerjan animados pálpitos en mi pecho

escorado hacia un amor sin equipaje

que sondeó el embeleso de este cuerpo

para luego entablar su éxodo en un viaje

agostando jazmines en un jardín desierto!



Y proclámame ondina de tu puerto navegante

¡que soy saliva ajada del surco de un simple beso!



Soledad grisácea en…