Busqué en horizontes soleados

un vestigio de tu cuerpo,

¡Quedé tendida sobre las palmas de tus manos

avezado y copioso saqueador de besos

y sé que allí prosigo amando

entre apetencias tórridas del recuerdo!



Busco en amaneceres límpidos e inmaculados

y tampoco hallo la savia de mi anhelo.



¿Dónde quedó aquel tiempo

cuando se confundían mis ansias con tus dedos?

¿Quién desvirgó las resacas de mi puerto

entre conjunciones…

Que nadie te calle.

Puedo ser tu voz

pero solo por un instante,

obsequiarte con estos versos

que son el eco de tu sangre

porque eres mujer, amante y madre...

¡Útero de vida y manantial de paladares,

luchadora empedernida entre la furia de vendavales

que te sacuden pétreos e implacables

ante la rudeza implantada por acervos culturales!



Él no es más sobre tu semblante

solo tiene la fuerza para apisonarte

o limar tu…

El mar nos mira celoso

codiciando las humedades de nuestros cuerpos,

¡Ráfagas de viento irrumpen zalemas y gozos

distrayendo tu mano sobre mi pecho

despintando el carmín en su amotinado esbozo

y trazando la distancia de mi ansia y tu anhelo!



Te has marchado

y el ultraje domeña sentir y entendimiento.

¡Se diluyen achares en este océano

para asentar su cólera sobre el recuerdo!

Amainan mareas, bosteza el viento

en ese…

Si pudiera descifrar el enigma de tus ojos

escribiría el poema de esa mirada,

¡Exhalaciones morenas de antojos

que signan mi ritmo y tu pausa

cuando despunta el trueque de blanduras y abrojos

en la desnudez etérea de versos y palabras!



Y dime, ¿cuál es el alivio de esta incesante adivinanza?



Enloquecen mis labios en la hoguera que prende y mata

dilatando deseos en persuasiones de dos fogatas,

¡Ay

dónde está el secreto de mareas que…

¡Y pasarán los días sobre nuestras cabezas

y morirá otro otoño bajo tu mirada

y se extinguirá otro acorde de sirena

en la marea sinuosa de tu savia!



¡Y morderemos los labios que hoy nos besan

tragando memorias en silencio,

y gemiremos nostalgias impresas

en los latidos desbordados de mi pecho!



Pasará

porque somos prisioneros del tiempo,

¡Porque habitamos glorias efímeras de cielos

porque soy ahora pero no luego...

Y…

Ámame

aún en los boscajes yertos de mi alma

¡En los crepúsculos sangrantes de ciegas miradas

entre los bostezos achacosos de estas manos solitarias

que se enhebran en tu cuerpo sobre noches cabizbajas

mendigando la zalema de quiebros y nostalgias!



Y es que de ti yazco preñada

cuando los silencios anulan las palabras

en las orillas clandestinas que forjan mis lágrimas

tras gemir tu apariencia en el vacío de la nada.



Ámame

sin…

Si piensas que el amor es un juego

comienzas perdiendo la partida.

¡Es entrega absoluta en hiel y beso

entre los sorbos agridulces de la vida,

caminar por senderos paralelos

compartiendo jazmines y espinas,

doblegando soberbias sobre un sentimiento

que solo entiende de agasajos sin medidas!



¿Habla de límites en el tiempo

cuando anula gozos por heridas?



El amor no cuantifica momentos

sino rosas que por instantes…

Después de tanto tiempo... apareces.

¿Dime con qué ojos te observo

si blandiste ampollas en mi vientre

obstinando congojas sobre el recuerdo

disgregando el denuedo de mi simiente

convirtiéndome en esclava del silencio

y vistiéndome sombría en cada aura que reverdece?



Acabó nuestro momento

entre brumas que ahogan y muerden

¡Dime con qué manos te tiento

si hurtaste los brazos donde germinaban claveles!



Después de tanto…

Perdona si solo sé amarte de esta manera

dilatando todos los poros de mi sangre

¡Perpetuando tu nombre en el tráfago de mis venas

y cediéndote la vida en cada nimbo de un instante!



Quizá no sea avezada del sentimiento

pero tampoco novicia en los paladares de un beso

¡Perdona si solo sé amarte a corazón expedito

gozando de los compases de tu pecho

sintiéndome nereida en los salitres de tus océanos

amordanzando canguelos en cada vertiente de tu…

Hoy que se escurre la llovizna por mis dedos

que solo bosquejan nubes negras,

porque solloza mi alma angustias y lamentos

en esta borrasca de vorágines y tolvaneras.



Hoy que enmudecen por instantes mis versos

que no saben hablarte de amores ni cadencias,

¡Quiero ensordecer la potencia acérrima de este silencio

que se escuece entre la cordura que aún me sustenta

zarandeándome en su duelo, sacudiendo mi paciencia

sobre esa llovizna que…

Arrecian tus recuerdos

en la inútil dádiva de mi sosiego.

¡Me haces falta, amor

en cada hálito que sacude mi cuerpo

el mismo que tiembla evocando tus besos

en cada vaho inhalado en el viento

el mismo que ahoga la esfera de este agónico silencio!



Me haces falta, amor

en estas pieles que se arrugan sobre el tiempo

¡El mismo que repulsa la ausencia de deseos

en el pánico que hoy derriba sobre mi lecho

en la crisálida calcárea que promulga…

 Hueles a sal,

¡Rocío aromático en la embriaguez de mis noches

bálsamo de aliento en las voces que se rompen

consuelo disfrazado de plácidas sensaciones

donde desnudo mi rostro de recios dolores

donde expando mi vida en la holgura de tus albores!



Huelo a sal,

oreos aclarados de penurias y rencores,

¡Exención tajante de nostalgias y temores

liberación reiterada de dos negros fulgores

que son los ojos de mi alma, la faz de tu…

He arañado en tu mirada

un cándido vestigio de sosiego

desgranando silencios sobre estériles palabras

quebrantando los límites del momento...

¡Y no queda nada

en las últimas exhalaciones de este sentimiento

en las gardenias entumecidas y solitarias

que hoy solo suspiran tu recuerdo

porque se ahogan llamas,

porque ruge de penuria mi cuerpo

dilatándose en la invalidez de un mañana

rociado con la savia de tus besos!



Arañé en tu…

Por favor,

¿Dime cómo me acostumbro

a esta soledad que solo gime tu recuerdo

en las arritmias de un corazón enjuto

que únicamente palpita sobre el paladar de un beso?



¿Acaso fui la noche en las caricias de tu lecho?



Hay sangre sobre dos cuerpos desnudos

que se abastecían de labios sin bostezos.

Por favor,

¿Dime cómo acicalar tus sedimentos

implantados en cada galerna de este silencio

que solo se deleita en el tránsito…

Quizá me atreva a escribirte

lo que soy incapaz de confesarte,

¡Sollozo tu silueta en cada sesgo de mi sangre

cuando se arrebola tu recuerdo sobre el aire!



Quizá aún te ame

en cada esbozo despoblado de silencios,

¡Vocifero tu nombre cuando perece la tarde

en los gemidos alborozados de este anhelo

por besarte, por acariciarte

mientras embrollamos hiel y cuerpo

entre las frescas mieles de nuestros enjambres,

entre las auroras…

Aquí tienes mis manos

para retener exhalaciones del recuerdo,

¡Piensa que en su núcleo es evento vano

desperdiciar soportes no adheridos al momento

porque los lapsos también transitan en tu tálamo

y acicalan superficies yertas de besos

aunque atesores su rostro en tu costado

mientras coexisten seducción y desafecto!



Aquí tienes mis manos

ampliando el espectro de tu vuelo

escarbando con ahínco de tus labios

un alegórico "hasta…

Escúchame

ahora que te rozan otros vientos,

¡No soy materia indolente ante el desprecio

sino mariposa frágil que fractura su vuelo

cuando se transforma en pieza ilustre de tu juego,

cuando tu juego asienta las bases sobre el sentimiento

el mismo que palpita fulgores y lamentos,

el mismo que sonrie y doblega sus lágrimas en el tiempo

que será de tus yerros alevoso justiciero

y adversario hostil ante oportunos aciertos

porque amar es algo más…

Frente al espejo

me visto de sonrisas y pétalos,

¡Gracias vida por brindarme el momento

de seguir amando a corazón abierto!



Frente al espejo

hoy me pregunto si tal vez nos veremos,

¡Voy perfumada de jazmines y besos

para embriagarte en el vaho de mi aliento

que grita tu nombre, anhela tu cuerpo

en los vórtices recónditos del sentimiento

el mismo que aborrece cordura y pensamiento,

el mismo que caduca en un solo tracto de…

Aún con las pupilas rotas de hastío

puedo amarte como exige cualquier cuerpo,

¡Sé de tesoros y agasajos escondidos

tras el crepúsculo sangrante de mi tedio

que se duele de besos perdidos

en el lapso doctrinal del tiempo

el mismo que enaltece afectos y delirios

a la vez que merma infectos desatinos!



¿Sabías que el corazón palpita por sí mismo?



Más allá de yerros oprimidos

en los boscajes insondables de ayeres y…

Hoy que se rompen quimeras y anhelos

en este yermo perenne de bocas,

¡Busco la ofrenda piadosa de un solo beso

que anegue de creencias corazón y alcoba!



Quizá fui el germen motriz de tu silencio

cuando tus manos gemían hastíos y zozobras,

¡No tuve el tacto exquisito del terciopelo

para engalanarte de miel y rosas,

para extasiar piel y cuerpo

en el devenir acongojado de tus horas

que clamaban mi nombre sobre el viento…