Los sonetos inmaduros catapultados en el lenguaje de tu piel morena y ese mundo escondido entre tus onduladas pestañas marrones, vuelcan la sensualidad vinculada al cataclismo virtual de la lengua. Te han traicionado tus labios; inquieto bar de tempestad a la orilla de la mudez enjuiciando la moralidad al otro lado del espejo, en tu constante ciclo menstrual. Te devoras a escondidas de la vergüenza, con su lengua tragándote. Aterrorizada de tu emancipación  te seduce el eclipse…

En medio de tu pangea

y en tus ojos de reptil

puedo hacer un viaje astral

uniendo los pedazos que perdiste

para ver a mis dieciséis mujeres

infringiendo un orgasmo múltiple,

anudándolos 

en tu estructura craneal,

tirándose de los cabello para arrastrarse

al tiempo que no se halla, 

para…

Hay en tu entrepierna

cadáveres de vaginas sedientas,

cuando chupo tu erecta lujuria

mastico el sabor de la noche

en que no calmaste mi sed

y tuve que humectar

mis labios redondos

con un poco de mí.…

No pude afirmarme de tus caderas mientras caíamos, 

mis brazos se hicieron cenizas 

en la hoguera del miedo. 

Tu aire se volvió sangre, 

caíste donde menos lo imaginamos. 

Tus narices dieron a luz trozos de mis venas, 

mis sonidos iracundos 

y todo a lo que hasta ese entonces pude 

sobrevivir. 

Tú caíste, te reventaste como marea al…

Las sombras como carta bajo el útero, reposan en el silabario de sus pecados y se funden la memoria de hierro. Nos hacemos de arena para fugarnos por la bujía. El ruido se halla en medio del sinsentido; la bala que da justo en el pecho del último poema. La grieta del huerto se estuca en pólvora. Nuestra madre grita vestida de azafrán que las plantas nos devoran el hambre que nos mantiene vivos. Los hombres se apuñalan el cerebro a espaldas del camino, los…

Hace años que la vida va y viene sentada en un péndulo cuesta abajo que tambalea las sensaciones de ayer para convertirlas en la oración del redimido. Arden los misiles mutilados de la lengua, se escoge el sacrilegio para interponer la nostalgia ante el verbo. Las pastillas se adhieren al paladar inmovilizando todo. Se me hace constante la idea de un agujero en donde no se refleja la noche y se fuga por las viseras de la luna mi escepticismo. Existe una estrofa que se manosea con la…

Quiero entrar en tu selva, amada,
atravesar, ávido, tu fronda,
empaparme de tu verdor,
abrirme paso a través de ti;
quiero entrar en tu selva, amada,
llegarme hasta tu regazo exuberante,
hacerme columna viva,
extender ansiosas ramas
en tu aire y tu luz
mientras mi raíz penetra tu tierra.

POR LA CALLE DEL AMOR

Por la calle del amor

de la mano me llevaste

y en la primera leccion

el corazón me robaste…

Eres la noble princesa
del imperio del mar;
estás colmada de la belleza
que te han donado las aguas;
eres pura hermosura,
pura seducción de mi deseo;
amo tu nácar, tus conchas,
tus corales, tus perlas,
amo tus branquias, tus escamas,
tus anémonas, tus algas,
amo cuanto conforma
tu deslumbrante cuerpo de océano;
te amo sin medida ni freno
porque el mar te ha hecho para mí.

Siento el jadeo en tu adentro, pinto piezas papel crepe para envolver esto que pasa por debajo de mi nombre y nadie logra ver. Hay un sol que se ahorca en el ángulo izquierdo de tu boca, se vuelve el lenguaje de siempre. Me hago coreografía de a poco girando en la última ola que vomita la tragedia del manco. La niña de tiza que mató a Pizarnik me habla por las noches, me…

Hay una fragilidad verde,

todo se transforma menos el dolor.

Las hojas siguen intactas

como si el aire anunciara una paraplejia verbal.

La boca que me huye, me hiere.

Los años se suceden entre sí arrastrando mi…

¿Por qué trabas mis alas
cuando remonto las nubes?
¿Por qué detienes la brisa
cuando la ansío en mi pecho?
¿Por qué alargas la noche
cuando espero el dulce amanecer?
¿Crees que puedo renunciar
al goce de la vida?
¿Qué mal hago
saliendo de tu cercado?

Tu materia hiere mi espíritu
y lo mueve
a tu adoración y reverencia,
eres ídolo para la piedad,
templo sagrado;
tu materia es excelsitud,
en tu misma esencia de mujer
palpita la dignidad de un dios.

 que viste del rojo de un paraguas que juega con las manos de una mujer apresurada entre calles de gris, niebla y metal, donde por cada esquina un vagabundo es viejo faro adueñandose del tiempo... (fragmento)

El poemario "Pequeños versos del cuaderno de escritura" esta disponible en las siguientes direcciones

http://splashurl.com/nj5wrvr…

Ven a mí
cuando no me debas nada,
cuando no te lo haya pedido,
cuando no quieras cosas de mí,
cuando no esperes mis recompensas;
ven a mí
con el corazón desnudo
y la palabra transparente,
porque te empuje la vida,
porque me tengas en el regazo
de tu aliento hospitalario;
no me abandones
cuando todos los demás me olvidan
en el fárrago miserable
de las cosas que no importan.

- Voy a batirme por tu ser hasta que gane, a

convocarte, a derramarte, a convencerme,

a andar a pies por los caminos de tu mente,

sin titubear, sin aquejar y sin creerme. Solo

creyéndote, por lo que crees; y lo que eres…

‒ Y voy a asaltar por nuestro amor muros de

lares; y surcaré en vela los mares, para…

A Lluvia Rojo

     Un hombre que caminaba como un autómata se subió al escenario y se sentó en una de las sillas. El público calló expectante mientras el hombre miraba como pasmado hacia el patio de butacas. Comenzaban a oírse risas, el cómico parecía realmente bueno. Al cabo de un rato, al hombre se le abrió la boca y toda la sala estalló en carcajadas. El hombre puso entonces una expresión en su semblante de perplejidad aún mayor lo que aumentó la hilaridad de la gente. Fue…

El tiempo da firmeza al afecto

porque ofrece espacio al hábito

y al entendimiento

pero a ti nunca me habitúo

y cada vez me pareces más ignota,

a ti puedo amarte más allá del tiempo,

eternamente,

desde antes de que llegaras a mí,

colmada toda medida,

con la pasión de un huracán,

a ti puedo amarte

sin atender a las causas,

por pura adoración a tu esencia,

a tu realidad inaprensible,

a tu inexplorable excelsitud,

a ti…

Tienes el pelo platino,
como rayos de la Luna,
en la apacible laguna
de tus ojos, adivino
tu aliento puro y divino,
tus labios son una rosa
roja, entornada y graciosa
y, cuando al rostro te miro,
de puro gozo deliro
pues brillas como una diosa.