Se fue entre la lluvia de mis versos

anhelando el suspiro de una rima solitaria,

enloquecí en la hoguera de su recuerdo

desdeñando luces que prendían a un mañana,

oprimiendo ecos de mis miedos

que por no decirme, solo callan,

sin saber que su boca aún degustaba mi beso

en esos instantes, donde gime el…

Y yo... te recuerdo,

aunque los ojos hospeden distancias

y las distancias avizoren otros cuerpos

te recuerdo...

aunque los cuerpos tiemblen nostalgias

en la nostalgia del tiempo

te recuerdo...

aunque el tiempo desfallezca en plegarias

sobre la plegaria del silencio

te recuerdo...

aunque el…

Esa canción habla de nosotros

así como la escarcha de otro invierno

que empapa de frío pasiones y antojos

y de gélidos guiños las miradas que nos pertenecieron

Si yo te contase de mi tiempo

me hablarías de aquella hora

adscrita al ardor de un beso

y al frenético arrebato de mi boca.

Y si hoy miro

con ojos del recuerdo

te veo y siento

en el aplauso de un beso

expoliando sombras

entre las citas de este cuerpo

que te plañe y nombra

en cada visaje de mi tiempo

el mismo que ajustició

amapolas de sangre y fuego

sobre ajenos manantiales

y foráneos anhelos…

Nada es igual,

las arrugas también yacen por dentro

allí donde la vida comienza a mermar

abriendo paso al recuerdo.

Todo transcurre, nace y muere en esta efímera existencia...

somos materia orgánica que fenece donde acaba el camino.

Todo se congrega y se disgrega para que permanezca la esencia

en la superficie de nuestros pozos difuntos y activos.

Miré el horizonte de tus ojos

y te hallé en la penumbra que destila un sueño

queriendo abrazar un halo de esperanza 

en las estancias marchitas de mis labios.



Pensé las horas que suspiré encontrarte

¡grité los momentos insípidos por tu ausencia!

mas el eco de la gloria acechaba en el tiempo

que…

Hace frío...

en la crueldad de la boca que no sabe de besos

en los aledaños de un corazón dormido

en los párpados que solo visten recuerdos

en los toscos bostezos del amor herido

en las planicies desabrigadas del invierno

en los tiempos que mecen al olvido

en los gozos expirados por un sueño

en…

¿Qué fue del sugestivo efluvio de tu beso

en las cascadas bulliciosas de vetustas noches?

¿Qué suplantó agudas pasiones por vahos de recuerdo

sobre estas orillas estériles de lisonjas y amores?

¿Qué desnudó la omisión entre tu cuerpo

implantando distancias de tientos y nombres?

¿Qué sació las oquedades de…

Eres destello parido del alma

y de anhelos vírgenes inherentes a mi pecho,

eres hálito que viste madrugadas

de tibios abrazos y mejores sosiegos,

eres la certeza que invalida plegarias

de ayeres hastiados en su propio lamento,

eres el verso que comienza y acaba

en cada desplante vagabundo de…

En una plegaria al viento

exhumo congojas ligadas a borrascas

que inundaron de grises apetitos y sueños

cuando pernocté la tortura de tu marcha

Y hoy te nombro en mi silencio

como arañando hieles que perduran en el alma

porque el…

Ingratos los labios que no saben de besos

así como las manos que acarician desiertos

estériles las voces que no braman sentimientos

falaces los oídos que olvidan un "te quiero"

insanas las pieles que se agotan en su aliento

así como los pasos estancados en el tiempo

inertes los párpados que no lloran su…

El alma aflora

en cada pétalo del tiempo

resollando su eco

entre la morada de nuestra estancia,

el alma tose

vestigios de recuerdo

interpelando al sentimiento

cuando llora en…

Porque me grita el dolor de tu silencio

en los copiosos amaneceres de escarcha,

porque te veo entre la sombra de mi espejo

y hay palabras que de pena, callan,

sobre los labios que un día cohibieron

el beso fraguado en las entrañas

hoy lastimadas en la deserción de un "te quiero"

que se perdió…

El tiempo golpea sin clemencia

sobre ese espejo refractario de lo eterno

que a veces soslaya la evidencia

de arrugas hendiendo piel y momento

Que yo te pensaba

y Granada llovía...

y la acera me pesaba

en la huella triste y fría

¡y mi pecho se acallaba

en otro latido que moría

y que quiso deshacerse

hasta de la sangre que lo habita!

En esta noche que nos alberga

donde sobra hasta la piel que abrigo

porque estoy en comunión con tu deseo

y con el juicio que nos desampara,

en esta noche que nos alberga

prefiero sigilo de ayeres

y censura de reproches…

Expira el olvido en la caricia de tus manos

y en ese instante perpetuo de tu piel sobre mi cuerpo,

soy en ti airosa resaca naufragando

en la insobornable borrachera de tu sexo

del que bebo versos y vierto orgasmos

disipando extravíos que nos desunieron…

Tus besos ya no saben a beso

sino a la insipidez desierta de una huella

que transita solitaria por los ademanes del recuerdo

cuando era tu boca, fontana de agua fresca.