Nostálgica ondina de la espuma de tus besos

me deshago en las huellas que propagaste sobre mi cuerpo,

meciéndome en la armonía de tu piel y mi deseo, 

destituyendo zozobras por ardientes anhelos

en esta soledad vociferante de tu recuerdo

siempre fiel a los ayeres que saciamos en silencio…

Tantas ilusiones que nacen y mueren

sin saber de memorias sobre el tiempo,

tantos instantes que agotan sus quehaceres

en palabras abatidas sobre el viento,

tantos besos ajados entre hieles

que desconocen el asilo del sentimiento,

tantas noches derrochadas sobre pieles

que rebaten el aroma de un "te…

Cómo duelen los crepúsculos solitarios

en la medianía de corazones abandonados,

¡cómo duelen las espinas del pasado

sobre salivas yertas de besos ensangrentados

que resurgen de entre las sombras peregrinando un amparo

entre denuedos enmudecidos en palabra y llanto

porque el alma no perdona ante otro…

Hay versos que acarician el alma

como manos que se arrugan en el viento,

hay bostezos de insomnes madrugadas

como labios que ansían un beso

porque un comienzo pronuncia un "acaba"

en cada tramo de nuestro sendero

dejando la huella firme de las andanzas

sobre la arena de llanuras y…

Hoy me sabes a lejanía sonora

sobre cadenciosos acordes de nostalgias,

¡hoy te nombro entre la noche de mi sombra

sintiendo a la lluvia hendiendo el alma

pues nada sostuvo la memoria

de mansos instantes y certeras miradas

que gritaban latidos de amor y gloria

sobre las penumbras que ciegan y…

Otra vez tú...

silencio.

Alarido perpetuo que hoy gime tu nombre

sin saber de ti

ni de de los pasos que te retienen

ni de los que te trajeron a mi vida

ni de las llagas que…

Cae la tarde

y... llueve.

Llueve en los párpados que se atrevieron a mirarte

y a confundirse con el anhelo de tus versos.

Llueve sobre la lluvia que me distancia de ti

y de las fruiciones respiradas en algún fascículo ya caduco.

Llueve en las esperanzas de ser en tu pecho

algo más que una inspiración transitoria.

Llueve en la…

Si hace falta

masticaré silencios con sabor a tu beso,

¡ahogaré mi llanto sobre esquinas que te nombran…

A veces juego a recordarte entre los versos que el tiempo esparce sobre mi costado. Parece que ese sutil olor a Crossmen con el que impregnabas tu piel y mi deseo, yace perenne en lo más recóndito de un corazón que no se resigna al olvido ni a latidos foráneos de tu cuerpo. Aún pervivo en ti, sobre ti, desde ti, entre ti... aunque las distancias marchitas nos observen desde una realidad que no creo ni vivo en ausencia de ambos. No me acostumbro a no tenerte…

Puedo hablarte de ese silencio

que signa su huella en el centro del alma,

contarte los otoños que perecieron

tras la despedida de tu mirada,

invitarte a degustar mis anhelos

ahora que el tiempo abrazó la calma

entre los párpados lacrimosos que no te vieron

cuando eras recuerdo, noche tras…

Entiéndelo, necesito amar sin prisas. Han sido muchos los deseos derramados en ciegas pasiones, las caricias extraviadas en pieles insensibles que solo saben de momentos, los madrugones a las ocho de la tarde indagando al agasajo de mi entrepierna, los sudores rotos en versos robados a la…

No me acostumbro a la soledad sin nombre. Sin tu nombre. Es más fría en este invierno prematuro de mi boca que solo besa los instantes compartidos y los deseos que expiran tras tus huellas. Me extingo con ellas y sobre ellas. Inevitablemente, espontáneamente... naturalmente. Porque los…

Eres una criatura extraordinariamente maravillosa. El hombre perfecto. Eres el fresco aliento que necesitaba esta vida marcada por la asfixia de carencias y excesos. Eres el verso que estremece cada pliegue de mi cuerpo para entregarse incondicionalmente a tus antojos. La rima maestra. La…

Dispersándome en los antojos de tu cuerpo

cual febril amante ardiendo de deseo,

anhelando cada éxtasis enhebrado en tu aliento

para mermar las codicias de este pecho hambriento.

Y derramaré mi esencia en cada poro de tu empeño

sacudiendo los gozos en la cadencia de jadeos,

¡y seré para ti manjar de frutos nuevos

en la vendimia acaudalada de fruiciones y regodeos,

y seré para ti oasis fecundo de besos

en la conjunción perfecta de tu boca sobre mi…

¡Anquilósame en las paredes de tu tedio
donde esbozaré pigmentos de amor y anhelo,
deslízame sobre la fronda de ese desaliento
que seré bálsamo de espino fresco,
condénsame en los susurros de tu silencio
para ser palabra entre la caricia de un beso
y coróname amante seductora de tu reino
cuando la alborada musite trazos del recuerdo!

Mas abastéceme con el agua de agraciados sueños
¡que soy planta anejada a los caprichos de tu cuerpo!

Pensándote

en cada brizna emancipada del viento,

¡en los umbrales de ecos nuevos

cuando tu savia cobra vida en mi beso

entre las cadencias rebeldes del recuerdo!

Sintiéndote

en los pálpitos nostálgicos de mi pecho,

¡en cada lágrima que bosquejan estos versos

cuando late tu ausencia en la grima del silencio

entre los vestigios desolados de ansias y anhelos!

Amándote

en los crepúsculos ociosos de tu cuerpo,

¡en los aludes…