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Como animal social (cáptese la ironía), me he salido de la granja cibernética a echar un vistazo a eso que llaman "mundo". No quiero dar lugar a confusiones, pues soy de la opinión de que el virtual no difiere demasiado del llamado ""real".

Sólo varían las máscaras y los escudos. 

Una pantalla no difiere demasiado, en mi opinión, de los mecanismos de defensa que alza cada persona que nos encontramos.

Pero sí hay un factor, algo que nunca engaña,…

Hay que ver cómo son los loqueros (sin ánimo de ofender, más bien considérese un apelativo cariñoso de quien considera la locura, en estos tiempos, como una forma de cordura). 

Muy agradecida por su colaboración en mi llamada madurez emocional, en mi propio avance para luchar contra demonios e infiernos. Su guía inestimable tiene su utilidad. Y la tuvo. Y la tendrá.

Pero eso de abandonar mis mundos... No me convence la cosa. No quiero ser masa para convertirme en un pan…

http://sinfasessinfrases.blogspot.com.es/2012/07/sin-ganas-y-sin-desgana.html

"Ya veo que sigues en las mismas: dando corazón y recibiendo soledades".

¿Qué puedo responder al alma cuando se pone impertinente, más que silencio? Pero, líbreme Dios, no puedo quedarme callada. Siempre igual, cuando me ronda la voz interna.

Mira, alma, no me recrimines que aprendí bien la lección. Esto es una condena, días sin vida, vida sin razón. Salud, amor, dinero... y se resume en la nada, en el vacío. Mis gritos rebotan en paredes que no existen. Rebotan en el…

Podría matarme el alma,

ser esfinge,

inerte,

hierática.

Dejar que las aguas

me golpeen,

cerrar los ojos,

coser mis labios.

Podría cubrir de piedras

el corazón,

alabastro,

podredumbre.

Dejar que las voces

de los avernos

me arrebaten,

sofocar las luces

del alma.

Podría olvidarte

y arrancar el amor,

secar las…

Araño las sombras que recorren las paredes que deberían estar iluminadas con tu presencia. No brillan las mariposas ni las flores de papel, no brillan tus ojos en los míos, no brillan las hojas de los árboles ni las aguas del mar.

El techo me refugia del mundo y me lleva en volandas allá donde estés, allá donde tu pecho sé que me aloja, allá donde no existen distancias ni capas de hiel.

Un trozo de mí se esconde entre los besos que guardas, entre las palabras…

Hoy ha pasado un día, como un milenio de infierno. Y trato de amanecer sin congoja, sin la opresión de las rocas de la infamia sobre mis hombros.

Un día y muero cada hora, los minutos apuñalan mi voz. Intento que llegue a tu pecho, tan distante, tan callado, pero quedo en un lamento silencioso, perdido en mi pecho, perdida en mí misma, tan perdida que no me encuentro sin ti.

Cada losa pesa más que la anterior y, como Silvio, mis serpientes aparecen constantes y…

Un susurro no compite

con los gritos de las bestias

ni de las alimañas.

Soy voz tenue

entre la maraña

de la estridencia.

Soy gota de agua

que se disipa al sol

ardiente de los infiernos humanos.

Soy soledad vilipendiada,

soldado que combate

sin pelotón,

sin escudo.

Un susurro no vence

los demonios internos

que afligen a los depredadores.

Soy…

Tus garras son de hielo, asesino de almas, vampiro vital. Tus ojos carecen de brillo, la mirada de un pez, lateral, acuosa, gélida.

La mirada de un pez muerto...

Emulas bien emociones, y llevo esa mirada impasible grabada a golpes en la cabeza. La mirada de la violencia sistemática, de la carencia de humanidad interior, la mirada del sociópata.

Por fin desde el distanciamiento emocional, tras lidiar conmigo misma y con la incomprensión de quienes no han cruzado sus pasos…

Extraña la cosa ésta de la realidad, del transcurso del tiempo, de la relativa consistencia del lo cotidiano. 

A medida que mis tiempos avanzan -el tiempo no existe más allá de lo que queramos realmente concretar-, soy más plenamente consciente de la simpleza de la existencia, de cómo nosotros mismos levantamos barreras que nos coartan.

La vida es de una simpleza atroz, tan terrible que debemos llenarla de impedimentos y subterfugios. No podríamos resistirla sin complicarla,…

Pensándote... llámalo añoranza...

Pensándote... me atreví.

Sus teclas frías, calladas...

Hoy por fin pude

causar distorsiones,

mis dedos entumecidos,

la intuición de la música

oxidada.

Pero pensándote...

me atreví.

Pensándote no pienso

en miedo.

Pensándote en caricias

de tu voz.

Y te pienso y me aniquilo

entre pensarte y tratar

de no…

No te muevas

de donde se siembran tus pies,

aunque tus piernas

quieran correr.

Mas yo quiero volar

y volaré hasta perder

las partidas

que me deban derrotar.

Y volaré, volaré,

seguiré volando y soñando,

pese a lo que digan, lo que hablen

aquellos que parten sus alas

en astillas de sueños rotos.

Siembra tus pies,

genera raíces.

Mas yo las entierro

sobre mis…

Y te pierdo entre bits,

con las teclas en suspenso,

frases perdidas en una nube

de entelequias.

Paseo los píxeles

de tu sonrisa.

El siglo que nace

devora la poesía.

No puedo escribirte en gigas

ni megabytes.

No puedo resonar

los goznes del alma

con los enchufes de la posteridad...

aciaga.

Escribiré mis huellas en tu piel,

mi voz dibujará mundos…