Cautiva en la noche de tu ausencia

¡me seduce tu eco, en la esfera de mi silencio!

Te ofrendaré de mis manos el verso

cuando de mi piel seas perpetuo pasajero,

¡te regalaré de mis párpados cálidos aguaceros

cuando de mi lecho seas amante indiscreto

culminando pasiones en el letargo efímero del deseo

clausurando pesares arraigados en mi pecho

que se duele de los tránsitos taciturnos de tu desvelo

cuando se turban las ansias engarzadas a dos…

Te quiero en la palabra de mi silencio

cuando las sonrisas son el reflejo que habla,

¡te quiero en los acordes del viento

que mecen las sombras de dudas y patrañas

porque sin quererlo en todo te siento

arañando fervientes deseos en la alborada,

porque aún despierta te sueño

mendigando besos entre huérfanas madrugadas

cuando dos pieles anhelan el candor de otro cuerpo

que germina del atildado entusiasmo de quien así ama!

Te quiero en mis…

Aunque las auroras canten nuestros deseos

y los crepúsculos derrochen vestigios de besos,

¡alejaré mi esencia de la cúpula de tu anhelo

porque hiciste de mi boca un enjambre de hiel y lamento

mientras estas manos ofrendaban un pecho

colmado de primaveras y de caricias de terciopelo!

Mas todo se diluye sin bocanadas de viento

cuando, entre los párpados, hay dientes de lobo hambriento,

mas todo se extingue si titubea un sentimiento

aun cuando los…

Te hallé entre la escarcha de una rosa en invierno

sobre pétalos marchitos de hiel y desasosiego,

¡te abrigué en mi alma con la caricia de estos besos

que sembraron la entraña de un tibio sentimiento

donde fundimos éxtasis con dolencias del recuerdo

para latir al unísono y al compás de un solo cuerpo!

Mas hoy bajas la mirada y emprendes otro vuelo

lejos del auspicio candente de mi deseo.

Mas hoy te dispersas entre los aromas de otros…

Hay un verso que clama al sentimiento

entre ruegos voraces de esperanza y consuelo,

¡hay ecos que se mecen sobre el viento

para rociarse del bálsamo de un beso

porque la soledad se instaló en mi silencio

avasallando quimeras entre las esquinas del recuerdo,

porque mis ojos no avisaron tu atropello

cuando dos cuerpo acallaban hiel y anhelo!

Hay un instante que pregona su momento

cuando las lágrimas inundan nuestro tiempo,

¡hay un naufragio en…

Las dunas solitarias de llantos pretéritos

hoy son jardines de amapolas y besos.

Porque eres tú,

vida adyacente al clamor de mi deseo

¡palabra rebelde en estos labios que enjugan tu anhelo

para saciarse de ti, de la ofrenda de tu cuerpo,

que cautiva mis ansias al compás del viento

el que sacude nostalgias para engalanarlas de empeños,

el que arrecia entre dos pieles que se fusionan en su jadeo!

Los torrentes de antaño se difuminan con el…

La alborada pregona tu nombre

porque de esta piel eres amante y dueño,

¡el cielo te busca en mis soles

para convocarte a las ansias de este cuerpo

que por ti se encuentra y esconde

entre los pétalos engendrados sobre un beso,

pues quiere ser eterno sobre tus flores

y caricia sosegada en la avaricia de nuestro lecho!

Mi primavera te llama entre canciones

que enarbolan quimeras y deseos,

¡no te sumerjas entre recuerdos y ardores

pues soy…

No existe felicidad eterna en el tiempo

ni saliva que no se extinga en el vocabulario de un beso.

Pero existes tú, de mis retinas hechicero,

¡hombre errante pero de sentires despierto

auspicio de sonrisas y de agónicos recelos

sustento de quimeras y manatial de mis deseos

que reviste de gozos a las ansias de este cuerpo

amoldado a la cadencia de tu éxtasis y…

Ayer ríos circundaban nuestra mirada

entre ruegos vestidos de temores y recelos

mientras que la pregunta se respondía en tu palabra

y la respuesta germinaba sobre mi pecho.

Y quiso la luna caldear la madrugada

para encontrarnos en el desliz de un beso,

y quiso el alba aunar corazón y almas

para aliviarnos en la cópula de ademanes aventureros.

¡Rompimos condena y plegaria

sobre cuerpos que gimen su fuego

haciendo nuestra la rebeldía de la…

Fueron tantas las lágrimas vertidas sobre desiertos,

¡tantos los latidos desangrados entre mi lecho

en noches y albas agoreras de lamentos

que ya no me obceca el poder del sentimiento

aunque sigan exudando heridas de amores sobre mi pecho,

aunque ululen lobos desde el auspicio del recuerdo

porque visto coraza de nieve y acero

si bien soy la misma que te bautizó con su leal "te quiero"!

La vida me enseñó a amar desde el razonamiento

¡lo que no…

Los besos de anoche se derriten en un frágil recuerdo

que absorbe hasta las pasiones cultivadas entre ambos cuerpos.

Y es que te irás

por la frondosa senda del viento,

¡con los vahos de mi boca disolviéndose en el silencio,

con la sonrisa disfrazada de un impasible lamento

porque jamás fuiste la voz que gritó mi eco

entre los crepúsculos solitarios de este corazón hoy muerto!

Las caricias de antaño fenecen sobre el suelo

y mientras camino,…

Engendro de vida es tu cuerpo

y surtidor de amores los pálpitos de tu pecho.

A ti, mujer,

luchadora incansable en el transcurso del tiempo,

¡amante fidedigna entre los albores de tu lecho

noble a las entregas cálidas con denuedo

madre leal a los frutos de tus sentimientos

trabajadora obstinada por el reconocimiento de sus derechos

amiga en la sombra y también en la lucidez del espejo

sufridora valiente, heroína invicta a látigos de…

Así, ¡así es el amor!

Sintiéndote en mi interior

adherido a los pálpitos de este corazón

sumergido en los anhelos de pétalos sin flor

que miran sin ver su color,

que escuchan sin oír su clamor,

que esperan más allá del dolor,

que sonríen sobre el eco de tu voz,

que sueñan en la cúspide al margen de la razón

entre pasiones celestiales y deseos de fusión.

Así, ¡así es el amor!

Paraíso de sonrisas y albergue de dolor,

¡manantial…

Certeza que invalidas titubeos,

¡dame la respuesta al enigma de su beso

pues siento salivas de amores en suspenso

aún adheridos a los poros de su cuerpo

ensombreciendo la ansias de poseerlo pleno

en estas letanías de sollozos y deseos!

Certeza que iluminas caminos desiertos,

¡otórgame la osadía de penetrar en su silencio

escarbando en las penumbras que obstruyen anhelos

acallando los susurros que claudican en su desvelo

para amarlo con el…

No me pienses en la cópula de ayeres y recuerdos

ni en los meandros caudalosos que atesora el tiempo,

¡no me busques en las sombras de áridos desiertos

ni tampoco en las marejadas de estériles océanos

pues desvié mi tránsito hacia tu desfiladero

y soy presente en la frugalidad de este momento!

¿Por qué ladear la mirada hacia espacios yermos?

Estoy en cada hálito que embebe tu anhelo

removiéndome caprichosa cual oleaje con el viento,

¡estoy en…

Viandante codiciado del albor de tu mirada

¡voy desdeñando surcos huérfanos de besos

buscándote entre una quietud doblegada

que no entiende de propagaciones en tu silencio

porque de ti sacié hiel y savia

en los desbaratos pasionales de nuestro tiempo

encallándote en la fronda de mi alma

como huésped agraciado con la potestad de mis anhelos!

Amante indigente de la brisa de tu cuerpo

¡róciame con la ventura de otra cadencia sobre el…

Si me detengo en el aluvión torrencial del recuerdo

¡seguiré exprimiendo lágrimas sobre la cadencia de mis versos

perdiéndome en los avatares que ya hoy no tienen sustento

dispersando mi esencia de los gozos del momento

porque los ayeres están para esconderlos

entre las borrascas que nos azuzan con el tiempo,

porque el presente está para quererlo

entre las auroras que clarean el azul del cielo!

¡Y caminaré entre las llanuras y las vertientes de mi…

Obséquiame con los éxtasis de tu deseo
en esta noche viuda de silencios
¡transítame con el gozo de tu cuerpo
que penetra por los poros dilatados de mi anhelo
regálame la savia que brota de tus dedos
en cada pálpito de pieles sin desenfreno
pues quiero ser unívoca sirena de tus océanos
para acallar la marejada que brama deleites y empeños!

Desnúdame con el jugo íntegro de tus besos
¡y clávame en ti!, cual arena en su desierto.

¡Es tanta la carga de mi dolor

que no me sostienes, corazón!

Amor,

te he tanteado entre plumas y algodón

para saciarme de ti, ¡impregnarme de tu olor!

sucumbiendo al capricho de tu son

dejándome la esencia en el meollo de tu canción

porque embaucas hasta al más triste soñador

con la luz seductora que emana de tu candor.

Mas de mí huyes avezado y sin contemplación

dejando al vacío sin nombre y a la pena azuzando el temor

de yacer…

Si me hallo tras el beso de tu silencio

ignorando la escarcha que resbala de mis dedos

¡déjame implantar mi esencia en la jerga de tu recuerdo

donde navego ardorosa sobre los surcos de un sueño

que ondea el néctar extasiado de la fusión de dos cuerpos

resbalándose en la penumbra de ocasos y lamentos!

Y si ves que me abrigo sobre las lindes de tu puerto

¡siénteme entibiada entre pliegues de terciopelo

acariciando los ayeres de apetitos…