A Lluvia Rojo

El mundo es un triste infierno

desolado como el mar,

las infinitas miserias

que sufre la Humanidad

podrían erradicarse

con la buena voluntad

pero siempre prevalece

el egoísmo y el mal

aunque no plazcan al alma

ni le permitan la paz,

es amargo que la gente

muestre tanta necedad,

¿por qué no atienden los hombres

a su instinto de bondad?

Hay manos que se levantan

para golpear o matar,…

El más delicioso afán 

de mi fantasía despierta

no sería tan dulce

como saberme a tu lado,

mariposa de las estrellas,

niña de brisa y luz,

ángel amado y puro, 

el más jubiloso placer,

la más extremada ventura

me desborda en los adentros

cautivados por el gozo

de sentirte propia de mí,

parte de mí,

compañera del camino, 

el fin de todas mis ansias,

el arribo al Paraíso,

el milagro más supremo

es vivirte en la…

La vida es un camino solitario,

apenas vislumbramos

el brillo remoto de algún alma,

estamos condenados a avanzar

a través de una espesa niebla,

no tenemos nada en nuestras manos,

tan desnudos como nacemos,

llegamos a nuestro final,

no somos de nadie

y nadie es nuestro

pero yo sé que tú tienes

aliento de primavera,

que tu espíritu es tan bello

como el de un dulce ángel,

transitar mi sendero

contemplando tu luz,

tu…

Niña mía, hay personas

que me quieren para su provecho

y que cuanto afecto me expresan

es la ayuda para encontrar un bolígrafo

o unas palabras sobre el tiempo,

su frialdad me deja perplejo,

he de confesártelo francamente 

pero no puedo denunciarlas por eso

a la Guardia Civil

y he de aguantarlas en lo que pueda

porque, a decir verdad,

algo sí me dejan vivir

y he de agradecérselo

porque es de justicia

pero la…

¡Qué áspero era el roce de su aliento,

qué restringido, su afecto,

qué frialdad encerraba su alma

insensible y limitada,

con qué mezquindad

me arrebataba el aire y la vida,

qué ajena le era mi felicidad,

qué desesperanza me traía su cautiverio,

su hiriente apremio, su voz demandante,

qué dolor dejaba en mi corazón

su desconcertante crueldad,

cuánto me humillaba y despreciaba,

cuánto me hizo sufrir,

cuánto exigió, amenazó, dictó…

Despierta, pecho mío,
tráeme el sentir de la vida,
llévame por tus senderos de gozo
antes de que llegue el tirano
y me obligue a servirle.

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A Nora Delgado

Es muy helado el puñal
con que el miedo nos ataca
pero su insidia brutal
nuestra esperanza la aplaca
pues ella no cree en el mal.

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¿Qué tiene de normal un alma
que ama la normalidad
y solo busca en las cosas
lo que las hace pequeñas?

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Nunca me han dado un premio

por mis poemas de amor,

la autoridad literaria

no considera mis versos

lo suficientemente correctos,

lo que me haces sentir

vive intensamente en mis palabras

pero los dueños del aire y la vida

dictaminan que no debe existir,

me vuelven la espalda

con su rigor circunspecto

porque mi corazón se equivoca

a su entendido juicio...

Me quedo, niña,

de poeta furtivo

y enamorado ilegal,

no soy…

Eres como un amanecer en mi corazón,
la promesa de tu belleza, niña graciosa,
hinche de claridad y gozo
mis entrañas admiradas
y, cuando te descubres al fin
y dejas que te sienta frente a mí
abierta y claramente,
tu brillo me deslumbra
y el júbilo conquista
todo mi aliento.

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Poco le importa a la autoridad
la esencia de las cosas,
ella solo aspira
a humillar y causar dolor.

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Nada vale ser rey,
solo un gozo
justifica nuestras vidas,
el de haber entrado
en un corazón libre.

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Eres tan bonita, niña,
como inmenso es el mar
o brillante, el Sol,
no hay flores en el Paraíso
más bellas que tu carita
ni ángeles en el cielo más alto
más dulces que tu corazón.

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A Txaro Cárdenas

     -Que sí te quiero, Josefina... -dijo él con impaciencia.

     -¿Ves? Hasta te enfadas al decirlo. No es un amor verdadero, si me quisieras de verdad, me lo dirías con más cariño -dijo ella, haciendo pucheritos.

     -Ven aquí, ángel de Dios, ven que te dé un beso -dijo él, muy cansado de aquella discusión.

     -No, porque me lo quieres dar por lo que yo te he dicho y no porque de verdad te lo pida el corazón -dijo ella cruzando los…

A Susana Escarabajal Magaña

     Siempre se había creído especial, distinto a los demás, su forma de sentir el mundo lo alejaba de los otros, más indolentes, más insensibles, más agresivos y arrojados, mientras él soñaba con lo grande y lo extraordinario, la gente de su alrededor solo pensaba en lo inmediato y corriente, incapaz de detenerse a escucharle hablar de sus inquietudes y vagas aspiraciones porque lo consideraban meras debilidades, extraños desvaríos de idiota,…

Desnuda eres

como un paisaje del campo

o como el cielo despejado

o como el mar inmenso

extendiéndose hasta el horizonte;

cuando el amanecer estalla

o una mariposa alea 

o se abre una flor

o se desata la lluvia

o una ola se amansa y humilla

sobre la dorada arena,

remedan tu desnudez

clara e inocente,

pura y sencilla,

no vuelan los pájaros con tanto gozo

como te recorre mi mirada,

ni es tan abundante…

A Conchi Barba González

De luz y miel son para mí los días

porque, de mi instinto, sigo el camino

y el noble amor me embriaga como un vino

que encienda fuego en las entrañas mías.

No hay en mis venas amarguras frías,

no más que el calor de un placer divino

pues todo es gozo en mi dulce destino

y vivo libre de penas sombrías.

Arribar he podido al mejor puerto,

gran dicha me han dado mis decisiones

pues las guió mi corazón…

Quiero envolverte en mis brazos,
besar tu rostro bendito
y llenarlo de caricias,
mecerte en mi regazo
como si fueras una niña,
quiero apaciguar tu corazón
con la ternura más extremada.

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Nuestro amor está

henchido de claridad

como el reflejo del Sol

en la tibia mañana

sobre el rocío de la hierba

brillando con los fulgores

de la plata reluciente

o como las ramas de un manzano

cuando, cubiertas de flores,

blancas como nubes leves,

resplandecen junto a un camino

un mediodía de abril

o como el cielo de septiembre

al escampar la lluvia

y quedar tan despejado

que deja que lo atraviese

el majestuoso…

Hay un abismo

entre el alma y nuestras obras

y hemos de salvarlo cada día,

cada instante

perturbados por el desasosiego

con que nos hiere el presentimiento

de que hemos errado el camino,

solo nuestro corazón es refugio

contra la fatigosa incertidumbre,

desnudémoslo,

sintamos en nuestro pecho

la inocencia de su voz pura,

sigamos su sendero,

solo su sendero

pues sus palabras de fuego

son las de la verdad.…