A mi amada

     Quiso escribir una gran novela relatando la historia del Paraíso y se le ocurrió pedir consejo sobre cómo hacerla. Un amigo que era sacerdote le dijo que presentara a un Dios de resplandeciente bondad y a Adán y Eva desvergonzados e indolentes porque, si no, nadie entendería por qué acaba Dios haciéndolos trabajar para Él. Otro amigo, político de derechas, le sugirió que hiciera que, en el Paraíso, Adán y Eva fueran libres de coger lo que les diera la real…

En la existencia, el devenir

repite sus acontecimientos

y hace monótonos los días

como registros contables,

la vida va marchando hacia la muerte

y es amargo vivirla

con el corazón dormido y frío,

los hombres

somos demasiado parecidos,

poca diferencia hay

de un ser humano a otro,

cuando se camina por la calle

apenas hay nada que los distinga,

es decepcionante

no tener más significado

que una humilde brizna de hierba…

Quien no contempla la vida

con el corazón

no comprende el mundo,

ni sabe nada

que valga la pena,

ni es feliz,

ni, aunque esté vivo,

existe de verdad,

el alma que desprecia

los sentimientos

muere sin haber nacido,

trae a sus semejantes

dolor y agonía,

se entierra en la amargura

y está en tinieblas

como una noche de tempestad.…

A mi amada

     La primera vez que se enamoró, no estuvo atento más que a la forma de lo que le pasaba. Se sentía congestionado, sin apetito, cargado de abulia y tristeza. Creyó que estaba profundamente enfermo y a punto de morir. Fue al médico y le dijo que no tenía nada grave, tan solo un poco altas las transaminasas. Se sintió más aliviado y se propuso no volver a mirar más a aquella chica porque era un camino hacia la enfermedad.

     La segunda vez, se enamoró con…

Cautivo de la banalidad
es el hombre que no siente,
su prisión es su conocimiento,
ciega jaula de prejuicios,
su pecho frío
vive para despreciar
haciendo de la vida pasatiempo y risa
en lugar de felicidad,
sus semejantes le parecen
criaturas limitadas,
que observa con el despego
de quien solo ama las ideas.

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A Isabel Cánovas

Quieren hacernos creer

los reyes de nuestro tiempo, 

sacos de banalidad, 

que el buen amor vale menos

que recibir sin trabajo

un cheque con muchos ceros

o que pasar una noche

de desmesurado sexo,

que la inocencia no existe,

que el interés es lo bueno,

que, por la fama y el éxito,

deseados del mundo entero,

bien se puede renunciar

al honor de caballero,

que nadie quiere por nada

sino a…

Como lluvia de perlas,

cubre la hierba al amanecer,

las lágrimas parecen

del lucero del alba,

¡con qué ternura las alumbran

los tibios rayos del Sol

cuando asoman por el horizonte!

Pero más puro que el rocío

es tu aliento de inocencia.

Se deshacen en el aire

empujadas por la brisa,

blancas como la leche,

bajo el azul más claro,

¡qué dulcemente las acogen

las alturas excelsas,

libres del lodo y la miseria!

Pero…

A mi amada

     Dios se acercó a Adán y, con tono irritado y rabioso, le dijo:

     -Adán, eres un perezoso redomado. Te he creado los animales, te he creado las plantas, te he creado a tu compañera y tú tienes a más de media creación sin ponerle nombres. ¡Se puede saber a qué esperas, tuercebotas! ¿De modo que yo me molesto en crearte el Paraíso y tú no tienes gana ni de crear el lenguaje? Te voy a arrear fuerte, Adán, que no me haces caso...

     Pero Adán le…

Mi tierna gallinita,

tu corazón es de ángel

y tus labios de niña,

quiero que no estés triste,

que sepas cuánto te quiero,

que rebosen de mariposas

tus adentros inocentes,

mereces toda la dicha

que pueda caberte en el alma,

no te inquietes

ni te sientas sola,

todo el amor de mi pecho

a ti te lo quiero dar,

pajarito pequeño,

ranita hermosa y chatita,

palomita chiquitina,

florecita presumida,

princesita de…

A mi amada

     Quiso saber a qué sabía el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal; fue a la nevera y dio un mordisco a la primera manzana que encontró. Se preguntó qué había de malo en desobedecer y comer de un árbol prohibido y concluyó que, en sí mismo, nada porque las órdenes pueden ser malas o buenas indiferentemente y obedecerlas no es necesariamente bueno. A continuación, mordió otra vez y reflexionó sobre el mal que había en la desnudez y se dijo que ninguno…

A mi amada

     -No hay que abusar del placer -dijo un hombre a su amigo en una terraza de un bar-; los paraísos te alejan de la realidad y te hacen prisionero suyo.
     -No estoy de acuerdo -respondió el amigo-, lo que ocurre es que, en el Paraíso, la hierba está para regalar la mirada y tú te la fumas.

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A Isabel Olmos

El hombre que empuja al bien
con el arma del terror
se olvida de que el amor,
la bondad y el tacto ven
gran avenencia de quien
recibe una corrección
mas nunca la imposición
pues el rencor que origina
la violencia que domina
enceguece el corazón.

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¡Qué desdén me muestran los otros!

¡Qué elevada es la muralla de sus ojos!

¡Qué pequeño me siento

en sus pechos escarpados!

¡Qué inexpugnables son sus vallados

para mi flaco espíritu!

¡Qué poco significo para sus almas,

qué desprecio despierto en sus corazones,

qué ruin soy,

qué hueco y miserable

para sus alientos helados!

¿No podré arrancar de su mirada

la ira y la indiferencia?

¿Nunca obtendré de mis semejantes…

A Conchi Lorente

     No era exactamente su idea de lo que era divertirse pero se aburría mucho e intentó adentrarse en el mundo del bricolaje. Fue a una tienda y pidió un presupuesto sobre los enseres básicos de un buen carpintero. Cuando le dijeron la cifra total, meditó unos segundos y dijo que no le interesaba, su sentido de la lógica le advertía de que la felicidad no podía costar tanto dinero.…

A José Miguel Gracia

     -He hecho una lista de mis motivos de tristeza y he llegado a los ciento veintisiete... -dijo un hombre a su mujer.
     -Enhorabuena por el récord pero mi consejo es que cambies de deporte -respondió ella.

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A Marina Gracia

     Siempre estaba insatisfecho, buscando un camino para escapar a la frustración y encontrar la felicidad pero un día se preguntó cuál era la razón profunda de que nunca fuera feliz y la razón que encontró fue él mismo.

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A mi amada

     Descolgó el teléfono y escuchó la voz de su amigo de toda la vida:

     -Me quiero suicidar -oyó que decía.

     -¡Ahí va! ¿Y por qué carajo? -dijo él incrédulo.

     -Porque no tengo ganas de vivir -respondió el amigo.

     -¡Pues feliz tú, que has perdido el miedo a morirte! Te has quitado de encima lo peor de la vida -respondió tranquilamente él.…

No haría falta que los campos

rebosaran de frutos silvestres

que me obsequiaran su opulencia

con solo extender la mano,

ni que dejara la necesidad

de apremiar al trabajo

porque cuanto preciso brotara

de las manos de un dios,

no me haría falta que el mundo

regresara a la Edad de Oro,

pues sobrada dicha es que tu alma

roce un poco mi corazón.

No haría falta que mi vida

se abriera a la eternidad

y, hasta el infinito, se…

Fui un niño

castigado con el desprecio,

el desdén y la indiferencia

y aún ahora me siento

demasiado pequeño para los otros,

demasiado insignificante y sucio,

rondo el medio siglo

y aún espero de la gente

una caricia, un halago,

una muestra de aceptación

para sentirme humano

y salir de las sombras

de la culpa y la impotencia,

almas de piedra tropezaron

con mi corazón inocente

y lo golpearon sin piedad

hasta…

A mi amada

Encumbrada dignidad

se adquiere con el poder,

lo mismo un rey que un sargento,

diputado o grave juez

el poderoso conquista

besitos para sus pies,

repleto de vanagloria,

piensa que vale por cien

y que los demás nacieron

para hacerle honor a él

mas, si quieres que te diga

mi más llano parecer,

solo a sí mismo gobierna

el que grande sabe ser.

Tienen familia los altos

que cuidar y mantener…