Necesito tu regazo 

para derrumbarme en él, 

quiero volcar todo mi dolor 

sobre tu pecho de mujer, 

recibir la miel 

que alivie mi sufrimiento, 

quiero que beses mi frente 

y acaricies mi rostro 

y limpies con tus dedos 

mis amargas lágrimas, 

consuélame el corazón, 

libérame de la angustia, 

arráncame esta vieja ansiedad 

con el dulcísimo roce 

de tus manos de ángel, 

déjame que duerma 

sobre la paz de tus…

A mi amada

     Lupo olfateaba las croquetas de pollo cuando se freían y esparcían su suculento aroma, su estómago se revolucionaba, era la comida que más deseaba de todas y, sin embargo, nunca la probaba porque estaba reservada para los miembros humanos de la familia. Lupo, la noche que se comía croquetas de pollo en casa, lloraba desconsolado añorando el placer de embucharse media docena de un bocado. Pero la más pequeña de casa se dio cuenta del por qué de aquellos…

Quiero besar toda tu cara,

quiero darte un beso

en la comisura de tus labios

y en tus párpados entornados

y en tu orejita graciosa

y en medio de tu frente

y junto a tu nariz

y en tu barbilla de diosa

y en tu pelo de carbón

y en tus hermosas sienes,

quiero llenar de besos

tu luminoso semblante,

quédate muy quietecita

mientras mis labios lo recorren

que quiero que mi niña sienta

toda la miel de mi pecho

y que su…

Tic tac, tic tac,

el reloj te nombra,

cada segundo de mi vida es tuyo,

mi tiempo es tu reino,

le has dado

consistencia de eternidad,

lo has hecho gozoso e inocente

como las vacaciones de un niño,

tic tac, tic tac,

todo lo que traen los días

tiene tu sabor y tu huella,

todo es miel, todo luz

fluyendo como en un río,

tu nombre abarca

el Universo entero

haciéndolo mi paraíso,

tic tac, tic tac,

todo mi aliento…

A mi amada

     Había esperado cuarenta y siete años para conseguir pareja. Era una mujer bellísima y bondadosa pero él estaba en un sinvivir permanente porque para él era tan imprescindible conservarla a su lado que, a cada instante, estaba imaginando motivos de ruptura. Unas veces estaba celoso, otras, creía que la había decepcionado en algo y había provocado la disminución de su amor, otras, pensaba que ella era muy extraña y, pese a sus desvelos por complacerla en todo,…

Estás plagada de lunas llenas,

te brillan por todo el cuerpo

y también en el aliento,

estás deshecha en luz,

el infinito es tu materia,

eres ingravidez y silencio,

alma de aro,

las noches de tus ausencias

mi pecho presiente

tu claridad de plata

escondida en la tiniebla,

regresas en tu ciclo

arrastrando un mar de estrellas,

que ensancha mi corazón.…

Para ver tu rostro de hada, nací, 

nací para llevarte a mi hondura, 

nací para besar tus manos, 

para acariciar tus mejillas, 

para abrazarte fuerte 

y juntar mi pecho al tuyo, 

nací para entregarte mi raigambre, 

para ser tuyo, 

para meterte en mi sangre 

y perderme en tu infinito, 

nací para vivir tu paraíso, 

para que me arrancaras 

mi sombrío peso del alma 

y contemplar 

tu divino resplandor, 

nací para beber tu…

Hay gotitas de miel en tus ojos 

y en tus labios 

y en tu barbilla y tu nariz, 

hay gotitas de miel en tus brazos 

y en tus manos 

y en todo lo que esconde tu pudor, 

hay gotitas de miel en tus muslos 

y en tus rodillas 

y en tus pies y tu pelo, 

hay gotitas de miel en tus mejillas 

y en tus sienes 

y en tu frente y tus pestañas, 

tu miel penetra mis entrañas, 

da dulzor a mi corazón, 

hace sabrosa mi vida, 

hay gotitas de miel en…

A mi amada

     Hubo una vez un loco empeñado en que el amanecer era su única y exclusiva responsabilidad y se levantaba todos los días muy temprano, salía al campo en la oscuridad de la noche y, con una tremenda angustia porque era buena persona y no quería que le faltara la luz a la gente y a los animales y las plantas, mirando hacia el este a través de la negrura, aguardaba que saliera el sol pensando que solo eso era lo que permitía amanecer. 

Su vida, desde que su…

Hay quienes prefieren

la muerte a esto

o el sufrimiento o la esclavitud

o el vacío o la vanagloria,

yo no quiero más que esto,

vivirlo cada minuto,

arrancar de mi tiempo

todo aquello que no seas tú,

no quiero que mi vida tenga

otro fin que sí misma,

la existencia es

miserable banalidad

si tú no reinas en ella,

a ti te la ofrendo toda

para poder liberarme

de su carga insoportable.…

El dulce rizo de tus labios 

les da apariencia de orquídea 

y tus pestañas enormes 

se comban para ofrecerse 

como pétalos de azucena, 

tus ojos son de ángel bueno 

y parecen margaritas, 

y tu nariz, una rosa 

entornada y blanca, 

tus orejitas de niña 

se dirían antirrinos 

y tus cándidas mejillas, 

albos claveles, 

tu barbilla tiene curvas 

con la gracia del gladiolo 

y tu pelo, niña mía, 

son tulipanes negros; 

todo tu…

Las abejas no tienen nada,

tan solo su panal,

¿para qué querrían dinero

si no se hace miel con él?

Los pájaros no son los dueños

más que del cielo abierto,

¿para qué querrían dinero

si no sirve para volar?

Las mariposas no tienen

más que la primavera,

¿para qué querrían dinero

si el dinero no abre las flores?

Los hombres nacemos

tan desnudos como morimos,

¿para qué queremos dinero

si no nos ayuda a amar?…

¿Cómo es posible 

que solo haga dos años 

que te conozco 

y que ni siquiera seas 

de mi propia tierra 

si no hay nadie en este mundo 

tan metido en mis entrañas 

como tú, preciosa niña? 

Debe ser que un ángel 

te trajo al mundo 

para despertarme este amor 

y te formó 

a medida de mi corazón 

porque quería hacer la prueba 

de si podría bajarse 

el Paraíso a la Tierra.…

En tu rostro tienes miel

y, si me pongo a mirarte,

no encuentro ninguna parte

que no me dé gozo en él.

Eres la niña más bella

de cuantas hay en el mundo,

me tocas lo más profundo

con tus destellos de estrella.

Te he nombrado emperatriz

de la tierra de mis sueños,

la meta de mis empeños

es ser contigo feliz.

Te quiero como a mi vida,

eres ternura infinita,

amarte me debilita

como si fuera una…

Un fuego vivo me quema 
y, en mi doliente agonía, 
goza tanto el alma mía 
bajo llama tan extrema 
que, aunque por mi vida tema, 
quiero que me siga ardiendo 
y, en mi pecho, más la enciendo 
contemplando tu semblante 
de hermosura subyugante 
para adorarte muriendo.

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Como un sol que amanece 

liberándose del horizonte, 

como gotas de rocío 

que se deslizan sobre la hierba, 

como montañas verdes, 

como ríos poderosos, 

como una tibia brisa 

que lleva el perfume de abril, 

como caballos altivos 

galopando sin jinete, 

como pájaros que danzan 

con sus alas en el aire, 

como flores que reciben, 

generosas, a los insectos, 

como agua que mana 

de un manantial claro y puro 

así es el corazón de un…

A mi amada

     A Jorge nunca le había parecido que, en el mal, hubiera la más mínima ventaja, como piensan las personas que desean la posesión y el dominio para sentirse valiosas. Él siempre había pensado que, en el bien, estaba la única fuente posible de verdadera felicidad. Huía de causar daño injustificado a nadie e, incluso a la hora de juzgar a los demás, tenía mucho cuidado de que no le condicionaran los prejuicios que conlleva el interés personal. Su único espacio de…

Vive infinitas veces la muerte 

el alma que ve cerrarse 

la puerta de su hondura 

con el pestillo de la culpa; 

no hay descanso para el aliento 

que añora sin encontrarla 

la miel de la inocencia; 

¿para qué se arranca el bien 

del regazo de un corazón, 

para qué se carga un pecho 

con la sombra del desprecio, 

por qué no se permite 

ser hombre a un hombre, 

por qué se le golpea 

con fría y ciega violencia 

para que muera por…

Estás abierta y, por tu puerta, 

asoman torbellinos de belleza, 

tu tierno abismo 

perturba mis sentidos 

que me empujan a entrar en ti, 

el sueño te ausenta 

de tu desnudo cuerpo, 

descansas sobre el lecho 

sin que el pudor esconda 

las estrellas de tu hermosura, 

tanta miel manifiestas 

que mi pecho se conmueve, 

daría un mundo por poseerte 

pero has de seguir durmiendo, 

sin más, me inclino hacia ti 

para rozar suavemente 

la…

Tus muslos, amada mía, 

son obra de las abejas 

que habitan el Paraíso 

pues llevan la miel más dulce 

que jamás probó una boca, 

permite que los abrace 

y apriete contra mi rostro, 

quisiera sentir la brisa 

recostado sobre ellos 

dormitando entre las flores 

de un campo en la primavera 

y dejar que la tarde pasara 

como si fuera un siglo 

en el río de la eternidad; 

te quiero subir la falda 

para que mis ojos vean 

lo que…