ASÍ ERES PARA MÍ

Me lo dijo la víspera de la reunión familiar. Definitivamente se marchaba. Era una decisión muy meditada –me explicó-, no quería hacerme daño pero si renunciaba a sus deseos, sería peor para los dos. Viviríamos en una mentira que, cualquier día, dejaríamos de soportar y entonces el daño sería irreversible. Había reencontrado a Carlos y estaba segura de su amor por él, nuestro matrimonio era un error.

Le pedí que fingiese durante unas horas, mis padres eran ya muy mayores y sentían una gran ilusión por celebrar aquellas bodas de oro. Nos reuníamos todos los hermanos con sus respectivos cónyuges e hijos. Nosotros, no teníamos ninguno, estábamos solos y en aquel momento, pensé que había sido una gran suerte.

Su avión partía a las nueve de la noche destino Los Ángeles así que sería fácil disimular nuestra ruptura, podríamos pasar el día junto a ellos sin ningún problema Después, no sabía cuando, ya les explicaría a todos la verdad pero no quería amargarles aquel día tan especial.

Llegamos a casa de mis padres cuando ya estaban todos allí. Mis hermanos. Julio, Ángel y Bruno con sus respectivas esposas y cada cual con sus hijos y mi hermana Maribel, embarazada del segundo con su marido. He de reconocer que tanto Cristina como yo, tuvimos que forzarnos para aparentar felicidad, sin embargo, lo conseguimos, nadie adivinó nuestra desavenencia.

A la comida, servida por un Restaurante de fama por expreso deseo de mis padres, no le faltó ningún detalle y cuando ya estábamos esperando el café, se ofrecieron los regalos y mi padre tomó la palabra.

"-Tengo 78 años-dijo-. Y nos miró a cada uno de nosotros como si esperara una respuesta que nadie se atrevió a pronunciar, sólo sonreímos.

Al llegar a esta edad –continuó-, no sé si es porque ya se tiene poco futuro, pero se recuerda mucho el pasado y es muy común hacer un balance de lo que ha sido tu vida. Y como yo soy una persona muy corriente, en esta fecha tan memorable para mí, he estado haciendo balance de todo lo que he vivido y tengo que reconocer que ha habido de todo. Cosas de las que me arrepiento pero que, seguramente en igualdad de circunstancias, volvería a repetir y aciertos maravillosos por los que doy gracias al cielo ya que nunca sabré si lo conseguido ha sido por propio mérito o por la misericordia del universo.

Mis errores no los quiero recordar ¿para qué? Forman parte de mi vida y, después de tantos años que me han proporcionado una experiencia invaluable, los considero como un estupendo aprendizaje. Y los aciertos se resumen en uno-."

En aquel momento, miró a mi madre con una ternura que jamás había visto en sus ojos, y dijo:

"-Ella. Esta mujer que está hoy a mi lado y que ha formado parte de mi vida, es mi mayor acierto. Sin ella, sin su compañía, mi vida hubiera sido una cadena de errores uno detrás de otro, pero esta hermosura que tengo a mi lado- dijo acariciando el rstro emocionado de mi madre-, ha sido la que cambió mi destino."

Y dirigiéndose a ella en exclusiva, como si nadie más estuviera presente, siguió diciendo mientras la miraba:

"-Tu has sido la gloria de mi vida, la ilusión en la decepción, la dulzura en el rigor, la esperanza en la desesperanza, la alegría en mi tristeza. El apoyo, la luz en la oscuridad, las estrellas en noche cerrada, las aguas mansas en la galerna de mi corazón, el sosiego en la batalla diaria, la ternura, la comprensión. El halago y el estímulo. Eres para mí la rosa más perfumada, el misterio donde se esconde mi alma, la sabiduría que comprende mis equivocaciones, el perdón de mis errores. Eres el mismo cielo, el sol y la luna, el universo entero porque sin ti, mi vida no sería nada. Hoy no estaría aquí, ni estos hijos nos acompañarían, ni podría decir estas palabras, ni mi corazón rebosaría amor. Un amor que de tan profundo, duele… con un dolor exquisito, que sólo comprende quien lo siente. Todo te lo debo a ti y porque eres todas esas cosas para mí, te entrego toda mi vida.

Yo sé que cuando muera, que llegará ese momento, nunca nos separaremos, estemos donde estemos, seamos lo que seamos. Si árbol, serás mi rama. Si mar, serás mi ola, si piedra mi textura y mi forma, si estrella serás mi luz, si cielo mi inmensidad, si amor… seremos los dos uno… Así eres para mí, bella esposa mía. Y como un regalo, por muy valioso que fuera, no sería suficiente para demostrarte mi cariño, sólo te daré un beso, porque con él, te entrego todo lo que soy, es la mejor manera de expresar lo que siento por ti."

Y sin más palabras, besó a mi madre con un largo beso en la boca.

Cuando terminó, todos teníamos lágrimas en los ojos y una sonrisa en los labios. Mi hermano mayor fue el primero que comenzó a aplaudir y todos continuamos mientras mis padres se abrazaban.

A las seis de la tarde nos despedimos y acompañé a Cristina hasta el aeropuerto. Fuimos en silencio, No pronunciamos ni una palabra. Al llegar a la sala de embarque, me miró, tenía lágrimas en los ojos, me acarició la mejilla y dijo:

-Ese amor sólo se encuentra una vez cada mil años…

Y se fue.