Marcovaldo o las estaciones en la ciudad

Italo Calvino

Traducción de Dulce María Zúñiga

Ediciones Siruela, Madrid, 2023, 143 páginas.

   Nacido en Cuba (Santiago de las Vegas, 1923), Italo Calvino fue, según Cesare Pavese “una ardilla de la pluma”. Una definición abierta que el lector captará sin duda una vez que se familiarice con sus copiosas fantasías barrocas. Y este libro  Marcovaldo o las estaciones en la ciudad es un apetitoso bocado que conduce a captar la imaginación tan poderosa del escritor Italo Calvino que hizo famoso a Calvino, un proceso que se inicia con El vizconde demediado.

   Marcovaldo no es propiamente una novela, tampoco una antología, si bien tiene una poco de ambas, ya que se articula en dos series de relatos con el mismo protagonista, mas publicados en fechas distintas, lo que permite observar la evolución del escritor.

   La primera serie compuesta de diez pequeñas novelas se acerca más al terreno de la fábula. La segunda, en cambio, a pesar de tratar los mismos temas  -temas relacionados con la sociedad urbana- se aproxima de forma irónica a la narrativa del absurdo.

  Este compendio de historiad, escenas, fábulas nos muestra, a base del empleo de un lenguaje sencillo, las andanzas de un moderno Cándido perdido en la ciudad. Marcovaldo, padre de cuatro hijos y obrero de una fábrica inhóspita, se siente prisionero en la urbe y su mente anhela las bondades de la naturaleza que no puede disfrutar encerrado en los muros de la ciudad. El héroe o antihéroe de esta historia en cada relato del libro vive una pequeña aventura que le permitirá disfrutar -al menos así piensa- de los beneficios de la naturaleza. De este modo el lector lo hallará, durante una noche de verano, intentando dormir en el parque como una forma de emular un campamento en el bosque, a pesar de los ruidos  y luces de la ciudad. Así mismo seremos sus compañeros en su lucha contra un cartel luminoso que le impide gozar del cielo estrellado. O nos reiremos ante sus esfuerzos para usar las avispas como remedio natural universal contra todo tipo de dolencias.

   Un libro que admite múltiples lecturas, incluso como literatura infantil, pero adornado, como toda fábula, con un mensaje o moraleja, si bien presentada de forma sutil y elegante. Literatura sencilla pero no intranscendente fruto de una imaginación desbordada, productiva y original, organizada, como ya quedó señalado, en veinte relatos, como indica el subtítulo, que se ajustan a las estaciones de forma rotativa: primavera, verano, otoño, invierno… Todos giran y están protagonizados por este trabajados de clase baja, padre de familia y dotado de una especial sensibilidad que le impide sentirse a gusto en medio de la ciudad con sus ruidos, sus rutinas, su ritmo acelerado.

                                                                                              Italo Calvino

   Por eso Marcovaldo ansía y busca frente a este mundo gris y mísero que le desagrada profundamente formas reales o imaginarias de escapar y de conectarse con la naturaleza, si bien esta no parece estar por la labor. Y así Marcovaldo sale casi siempre escaldado en las distintas experiencias.

   La estructura de cada uno de los relatos es siempre la misma: planteamiento en el que se muestra el ambiente opresivo de la ciudad, intento de escape por parte de Marcovaldo y desenlace desgraciado para él y para su familia. Una estructura muy simple que sin embargo no hace que el libro se haga repetitivo  al lector, ya que cada relato está adornado por un torrente de imaginación y sensibilidad. Y de una prosa que logra divertir y provoca amargas carcajadas. Simplificación pues de la forma narrativa de manera que la obra se convierte en algo plenamente legible por todo tipo de lectores.

Francisco Martínez Bouzas

Brújulas y Espirales