Detener el tiempo
que sopla feroz
derribando los días y sus dioses.
Dar la mano al presente,
dar lugar al detalle,
un altar que se esconde
en lo cotidiano.
Aprender a mirar a los ojos
al tiempo, sentir
el aliento del cosmos.
Ser consciente,
constante paciente,
como un saltamontes
calculando su salto.
Y saltar al vacío y llegar
a tiempo, llegar
a los demás, cambiar
de a poquito
el mundo.
Creer que entre letras
lo malo mejora si
lo intento,
aunque se escurran las horas
entre mis dedos,
sigo buscando en los versos
una parte de mí.
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