Fantasías que invaden tu cabeza, te llevan a otro mundo, y siempre regresas a la misma pregunta… ¿No sería bueno que se cumplieran?... 

Pero estás parado frente al espejo inmóvil, no observas tu figura, sino los sueños que hay detrás de ella, y una vez más… Te lo preguntas.

Si toda tu vida se sostiene gracias al tiempo que te rodea… Esperas a tus amigos, a las consecuencias, a un amor, a ti mismo después de un gran descubrimiento, podrías saber que no fueron necesarios tantos años, procurando alcanzar cosas que de una u otra forma no definen quién eres frente al resto…

Naciste en un sitio que fue tu hogar durante la mayoría de tu juventud, adoptaste la hermosa idea de que algún día también podrías lograrlo… Una familia propia en la que esta vez si… elegirías con quien formarla, y aún te encuentras esperando el momento adecuado, te convencieron como a los demás, de que todavía no has probado suficiente de todo… De besos, caricias, rutinas, dinero, mentiras, placer, miedos, locuras, tristezas, sonrisas, abrazos, golpes…Calle.

Entonces te sentaste a esperar que todo siga su curso, menos tu vida… Quizás algún día alguien te grite desde algún rincón que “ya has tenido suficiente”, pero el tiempo ya no bastará, y verás tu hora llegar despacio, la sentirás mientras te susurre al oído una dulce verdad… Perdiste la oportunidad de querer mejorar tu destino.

Ahora, dicen, que cuando te enfrentas a ese gran final, en unos cuantos segundos la biografía de tu existencia se te pasa frente a los ojos… ¿Que verías?

Tuviste buenos momentos, así que sabrás recapitular las mejores caricaturas frente al televisor, que alguna vez también te han aliviado la soledad, rememorarás las antiguas y hermosas sonrisas del ser que más amas, aun si ya no se encuentra contigo, odiarás haber perdido cientos de minutos enojado con alguien que no valía la pena, tal vez te arrepientas de no haber violado alguna regla, o saltar desnudo en tu cama sintiéndote completamente libre.

Descuida aún no ha llegado ese día, pero de seguro estás muy cerca, o lejos, quién sabe, dicen que llega siempre de la misma forma para todos… Por sorpresa.

Lees las noticias y no te sientes identificado, sin embargo, hablan de que a la vuelta de la esquina unos asesinos desaparecieron a un tipo que quizás en ciertas ocasiones te ha saludado, pero es sábado y en lo único que piensas es en salir con tus amigos, y tomar y olvidar por un rato que este lunes debes volver a tus rutinas, y lo único que olvidas es lo que en verdad importa ¿Por qué siempre regresas por más de lo mismo?

No sabes mentir, pero has sido un buen aprendiz, y día a día, las mentiras piadosas te fueron convirtiendo en un profesional, no sabías beber, aunque eso ya es un pasado inocente perdido en la calesita de tus mejores tardes en la plaza, ya no eres una criatura, ni tampoco una persona madura, solo sigues buscándote en el espejo, sin saber que no hace falta describirte físicamente para entender quién eres y a qué has venido…

El amor golpeó a tu puerta en más de una ocasión, sin embargo, te pareces a esos optimistas que siempre creen poder conocer a alguien mejor la próxima vez, así que le restas importancia al tema, y prefieres a tu familia por sobre todas las cosas, es admirable, no obstante, la descuidas a menudo, no dices te quiero las veces que hagan falta, pensando que ya lo saben, que no es necesario… ¿Realmente no lo es?

Si das vuelta la página cuando cansada tu alma ya no soporta un mal día, y procuras recordar cuando fue el ultimo momento feliz que tuviste, seguramente te cueste reconocer la palabra felicidad… Imaginas lo improbable que suena, entonces lo ignoras y repites en tu interior “ya vendrán días mejores”…

Llevas siglos queriendo terminar algo, que aún no has comenzado, siempre recurre a tu mente la idea de que hay cosas más importantes por hacer, que todavía eres joven, y tienes el mundo a tu favor… ¿Estás seguro?

Ahora bien, una mañana despiertas y algo inimaginable ocurre, te sacude, te mueve de lugar, te tira al suelo, y se te hace difícil procesar la sola idea de poder levantarte, más que nunca te sientes el centro del universo, y no hay en el mundo una sola persona que comprenda por lo que acabas de pasar, crees que es injusto, que no hay otra opción que sentir celos de la suerte de los demás, pero no buscas ayuda, al contrario te estancas, y recuerdas los días en que todo iba bien, y no quieres reconocer cuanto te hace falta un abrazo, porque eres fuerte y esas cosas son para los débiles … ¿Será cierto?

Sabes que recurrir a esa gente que te aprecia, a la familia que siempre estuvo en los momentos en que debía estar, va a ser lo más difícil, y cuando por fin tomes valor, acercándote despacio de vuelta al hogar, del cual buscaste durante tantos años huir, lo más probable es que encuentres que todo sigue igual en cierto modo, y que también ha cambiado en cosas bastante significativas, tal vez sientas culpa por habértelas perdido… Entonces podría ocurrir…

Puede, como en una película, que la vida pase frente a tus ojos, e impensadamente sientas cuanto duele verla, porque en la mayoría de esas imágenes estabas ausente, todos disfrutaban el momento… ¿Y tu?... ¿Dónde estaba tu mente en esos días?, has vivido bajo anestesia la mayor parte del tiempo, ignorando lo que a tu alrededor sucedía, el dolor y la felicidad de los que te rodeaban eran un estorbo, solo pensabas en ti, en la comodidad “de no apegarse tanto a las cosas”, cuando es lo único que necesitarías con el inmenso miedo que sientes, de seguro estarán allí para brindarte su ayuda, pero lleno culpas no podrás permitirlo.

E invadirán tu mente con amor, las caricias, las manos que pasaron sobre tu piel millones de veces, inclusive aquellas que pertenecieron a gente de las que ya no recuerdas ni el nombre, pero las sentirás más hermosas que nunca deseando poder saber algo de ellas, aunque ya no estén, y mil bocas se abrirán al mismo tiempo dibujando olvidadas sonrisas, y todas eran para ti… Hubiese sido bueno que dijeras más veces “te quiero” a la gente que realmente amabas, porque los logros que se hacen presentes en tu memoria son como páginas blancas, repletas de excusas… Ahora lo entiendes…

Temías tanto que llegara el gran día, ese destino del que nadie puede escapar, que te concentraste en vivir sin dolor todo el tiempo que fuera posible, sin embargo, esto le restó mucho valor a tu vida, y entonces ahora piensas, quizás… ¿Acaso no es lo mismo morir que no vivir la vida?...

Esa mañana que llegó y te lanzó al suelo, no era el día en que tu alma cruzo el umbral… Tan sólo fue una mala experiencia convertida en el más preciado de tus trofeos… Una segunda oportunidad…

Así que aún estás a tiempo, termina lo que nunca empezaste, sonríe como aquellos que disfrutan hacerlo a tu lado, escucha el dolor de los que en verdad te aman, y que allí estuvieron siempre, ahora… Ellos también te necesitan…

Y de una vez por todas, olvida el egoísmo, los seres que no pertenecen a tu entorno, en cierta forma si habitan el mismo mundo, y también tienen sentimientos, metas, obstáculos, historias, por eso no dejes que la indiferencia se apodere de tu actitud frente a la vida, y ayuda al más débil si se cruza en tu camino, nunca sabrás cuándo tus manos estén de nuevo abajo y las de este extraño puedan levantarte…

Si alguna vez las rutinas, despojaron a tus viejos anhelos, procura recuperarlos, porque existen personas que intentan convencerte de que eres una maquina, dispuesta a darles satisfacción, a cumplir horarios, a no enfermarse, pero es sangre la que corre por tus venas… No dejes de sentirla…

Duerme poco, solo lo indispensable, y deja las demás horas para aprenderte los nombres de todas esas manos que una vez te acariciaron, respira, y suspira… No te pierdas en un sueño eterno, mejor cierra los ojos y no dejes de desear… “Que puedas mantenerte bien despierto”.