P. ¿Cómo ha cambiado su vida desde el estreno de 'Leaving Neverland'?
R. Te das cuenta de lo difícil que es hacerse comprender en un mundo donde cada vez es menos valorado un trabajo minucioso de documentación. Vivimos en una era en la que la información se trata siempre fuera de contexto o sencillamente se miente sin consecuencias.
P. ¿Le afecta ser la diana de tanta agresividad en red?
R. La mayoría de la gente que te agrede de esa manera ni siquiera ha visto la película. La familia de Jackson no la vio. Muchos de ellos se comportan como miembros de una religión y todo lo viven como un sacrilegio. De todas formas, y de momento, se limitan a gritar.
Michael Jackson y James Safechuck.
P. Pero imagino que también hay una responsabilidad social. El ídolo de Jackson lo creamos entre todos...
R. Sí, de hecho es incomprensible por qué los padres de los chicos les dejaron dormir con un adulto al que apenas conocían. Pero sí, ellos, como todos en alguna medida, fueron víctimas de esa idealización de Jackson. Pero también los fans a fecha de hoy son víctimas de esa creencia 'peterpanesca' de que Michael era asexual y amaba a los niños. Y por eso no ocurría nada porque durmiera con ellos. El mito es tan poderoso que perdura. ¿Qué pensarían todos esos fans si el que pidiera dormir con sus hijos fuera su vecino? Probablemente, llamarían a la policía. Parece que la idolatría alrededor de Jackson ciega. Nadie piensa o quiere pensar que un icono pueda ser un fraude.
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