El director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, ha pasado sus primeras horas en la prisión más grande de EEUU, Rikers Island. Aquí permanecerá en una celda de aislamiento previsiblemente hasta el próximo viernes cuando vuelva a estar frente a frente con la Justicia al ser acusado de siete cargos tras la denuncia por agresión sexual de una empleada del hotel donde se alojó este fin de semana en Nueva York.

Este lunes la magistrada Melissa Jackson negaba la posibilidad de dejarle en libertad bajo fianza de un millón de dólares. Pero, ¿por qué? ¿Cuál fue la razón de que no se le concediera una libertad bajo fianza? El 'caso Polanski' es un ejemplo de porqué Strauss-Kahn ha acabado en prisión: la Justicia estadounidense no quiere dar la posibilidad de que un ciudadano extranjero acusado de un delito grave pueda salir del país, complicando su regreso para enfrentarse a un tribunal de EEUU.

Cierto es que la juez podría haber impuesto otras medidas de protección como el brazalete electrónico o la retirada del pasaporte, sin embargo, los delitos son de carácter tan grave que se ha decantado por su ingreso en prisión.

El documento que detalla los cargos contra DSK incluye dos cargos de acto criminal sexual en primer grado, un intento de violación en primer grado, asalto sexual, secuestro en segundo grado, asalto sexual en tercer grado y tocamientos.

 Según el diario francés 'Le Monde', el acusado, que ayer se declaró inocente, podrá decidir si tener un proceso por jurado popular u optar por el fallo de un juez.

Dominique Strauss-Kahn puede interrumpir en cualquier momento este proceso por una "declaración de culpabilidad", una figura judicial que permite a la defensa acortar el procedimiento, llegando un acuerdo 'extrajudicial' con los fiscales.

Como se ha declarado inocente los fiscales deberán presentar las pruebas que ratifiquen la acusación a puerta cerrada y ante un gran jurado compuesto por un grupo de no menos de 16 y no más de 23 ciudadanos.

El objetivo de este jurado no es decidir sobre la culpabilidad o inocencia sino sobre si debe realizarse una inculpación formal. Pero todo esto será a partir del día 20, donde el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York notificará formalmente la acusación.

Si el jurado se decanta por la inculpación comienza entonces el juicio que se celebrará en un tribunal de la Corte Suprema de Nueva York. Y aquí es donde empieza el 'juego' de abogados, declaraciones, testimonios y pruebas para el que ya se han empezado a preparar las partes.

Las pruebas físicas y el ADN serán una parte muy importante en este caso de agresión sexual, para identificar al acusado como el atacante. Este lunes, de hecho, los investigadores retrasaron la comparecencia judicial de Strauss-Kahn para buscar más prueba que lo pudieran incriminar, como son arañazos, restos de ADN, sangre...

Además, hay que sumarle la denuncia y la declaración de la víctima, la mujer de origen africano y de 32 años que, según personas cercanas a ella, ahora mismo se encuentra en estado de 'shock'.

Está claro por tanto con que cartas juega la acusación. Pero, ¿cuáles son la de los defensores? ¿Cómo se prepara la defensa en un caso así y con

Mucho se ha hablado de la coartada con la que pretenden sacar de este atolladero a DKS. Según publicaban varios medios franceses, Strauss-Kahn estuvo comiendo con su hija presuntamente a la misma hora que se supone se cometió el delito (12.30 horas). Sin embargo, después la policía aseguró que el delito se cometió a las 12.00, con lo que el director del FMI sí que pudo coincidir en la habitación con la empleada de Sofitel.

El otro argumento que baraja, según la radio francesa 'RMC', es poner en duda la credibilidad de la víctima, a la que identifican como Ophelia, una mujer guineana residente en Nueva York y con una hija de tres años. Para ello, la defensa intentará presumiblemente echar por tierra su buena reputación, centrándose en que se trata de una mujer "muy atractiva", con la que se sorprendió el acusado, y así tratar de probar que detrás de su denuncia hay un interés material.

Si sumamos todos los cargos de los que ha sido acusado, Strauss Kahn podría enfrentarse a 74 años y tres meses de prisión, según 'Le Monde', aunque las penas son muy variables. Hay muchas opiniones que coinciden que este ha sido el modo de actuar de Strauss Kahn por mucho tiempo, y todo sabemos que en Europa se tiende siempre a culpar a la víctima de las violaciones como la culpable, pero New York no es Paris, y este buen sinvergënza permanecerá tras la rejas, al menos por unos días. Con individuos como estos dirigiendo en los centros financieros, no me extraña que la economía mundial se halle en tantos problemas.