Copyrighted: Marián Jaén
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No es solo el título de una bella película donde se relata una historia de amor atípica, —lo que no quita para que llegue a ser conmovedora—; si no también el titular que enmarca la conclusión de miles de relaciones que suceden a diario en cualquier ciudad del planeta.
Y es que nunca es sencillo despedirnos de algo que significó tanto para nosotros y con lo que no tiene sentido continuar…. No hay un manual estandarizado que nos dicte cuales son los pasos a seguir en una ruptura. Si, comprendo que hay un millón de libros de autoayuda que tratan sobre ello en las estanterías de las librerías, aun así, a la hora de la verdad dudo que eche una mano a quien lo necesite. Solo nos pueden dar opiniones, intuiciones…—cómo yo; más que nada por que cada persona es un mundo, y cada historia ha de hallar su camino.
No hace mucho cené en casa con unos parientes que hacia tiempo que no veía, y para ser honesta, me quedé pasmada ante lo que viví. Y es que si creces en la creencia de que las parejas perfectas existen, siendo ellos una muestra perfecta, y tras el tiempo descubres que llevan tres años separados, te choca. Al menos he de decir en su defensa que tras el divorcio habían conseguido llevarse tan bien cómo durante su matrimonio: Compartían la custodia de su único hijo adolescente, vivían a unos metros uno del otro y según los que los rodeaban, jamás habían discutido ante los suyos. Por lo cual, era inevitable la siguiente cuestión: “Y si os lleváis tan bien, ¿ por qué os divorciasteis?.”A lo cual me respondieron: “Por algo muy sencillo. Cuando nos dimos cuenta de que el amor se había terminado, antepusimos el respeto por toda una vida compartida, por nuestro hijo, antes de continuar con algo que a la postre, solo nos traería dolor. Por eso la separación era la única solución”.
Aquello me demostró que un divorcio no tiene por que ser algo doloroso, que destroza a toda la familia; si no un paso más hacia un camino distinto. No sé si mas feliz, pero es el que nos toca transitar en ese momento. Más que nada por que el que una historia haya terminado entre dos personas, no tiene por que afectar a unos hijos, abuelos y demás familiares.
No tendría que excavar mucho para encontrar un caso que me sirva de antitesis. A diario, hay miles de ellos en las noticias: Progenitores que secuestran a sus hijos para que no se los quiten tras el divorcio, o las que los utilizan cómo arma arrojadiza durante este. Mujeres que mueren a manos de sus ex-parejas, victimas de la violencia de género. Si, entiendo que muchos se estarán echando las manos a la cabeza al incluirlos todos dentro del mismo paquete, sin embargo es lo que pienso.….
Si soy consciente de que son cosas casi opuestas, pese a que existen un nexo de conexión entre todos ellos: El fin de un cuento de hadas, que para algunos se suponía eterno y el mal concepto de ese sentimiento que los violentos llaman amor… Vamos a ver que yo sepa este nunca ha significado posesión, exclusividad. El amor no coarta, no mina nuestras libertades. El amor no hace daño. Te completa.
De acuerdo, a lo mejor mi visión resulta un poco más dulcificada de lo usual; pero, ¿Qué quieren?. Soy una romántica sin solución, y a estas alturas de la película cambiar sería más que complicado.
En fin, que me estoy yendo por las ramas; centrémonos.
Creo que ante todo esta una concepción bastante anticuada de lo que es el amor. El la maté porque era mía, no tienen ni sentido ni razón de ser en el mundo con el que nos toco batallar. Porque en cuanto ese emerge, lo que te unió a esa persona sale por la ventana. Los seres humanos no somos objetos, no formamos parte de una decoración de vida que se construye a gusto del consumidor, ni somos la guinda a una trayectoria flamante, —o al menos en apariencia—. Las personas somos eso, personas, simple y llanamente, que transitamos por este mundo de locos tratando de sobrellevarlo cada uno según nuestros medios. Y tal vez por eso mismo, todo aquello que nos lastime, que nos haga mal deberíamos de excluirlo; al fin y al cabo la vida es, — ya no dos días —, sino día y medio, y desperdiciarla sería no solo una pena, si no una pérdida de tiempo.
Comprendo que muchos opinen que no es tan simple ponerle fin a una historia, que en ella influye el nivel cultural, los hijos, los condicionamientos sociales, el temor a la soledad, etc, etc, etc. Y si, no va en exceso desencaminado, pero también estarán conmigo en que es mejor enfrentarse a un futuro cambiante, duro, que hacerlo con miedo, mirando atrás, o especulando sobre que a medio plazo te conviertas en un número en una estadística. Solo eso debería de estimularnos para tirarnos a la piscina.
En cuanto a la pasión o como poner fin a una historia que se terminado; no hay nada establecido, — por mucho que sea repetirme con todo esto —. Cada historia ha de encontrar su final y nosotros hemos de permitir que esto suceda, antes de seguir aferrados a ella y terminar haciéndonos daño. Aunque para eso tendríamos que apartar nuestros miedos y despedirnos cómo buenos amigos.
Al fin y al cabo el amor es eso, amor, y no tiene por que pasar de un cuento de hadas a una película gore si n pasar por la casilla de salida… Aún así soy de la opinión del que y vivieron felices y comieron perdices que nos vendieron de niños nos ha hecho más mal que bien, ya que cuando encontramos a esa persona especial, somos bastante ilusos. Lo primero que no viene a la mente es que todo va a ser fácil, sencillo, y que no habrá problemas que enturbien nuestra felicidad…. Y no hay peor error que ese… Con sinceridad, nunca he sido de las que afirmen en piedra que la vida sea un camino único, ni que exista una sola con la que estar. Por lo que si no hemos hallado al indicado, quizá lo que toca es seguir buscando antes de empeñarnos en algo que no tiene sentido. Por muy estresante que esto sea, por mucho que te agobies, y por mucho que a veces termines hasta… lo que no tienes de la soltería. Y es que bajo mi punto de vista es mejor estar más sola que la una, que involucrarse en una historia que no te haga revolotear mariposas en el estomago. Y es que tiene que ser así, absurdo, arrollador, atolondrado, y lo que se salga de ello, tiene otro nombre.
En cuanto a mi experiencia personal, lamento apuntar que en este tema soy un fraude. Ya que predicar con él ejemplo se me ha dado peor que mal desde que vine a este mundo. Jamás he sabido cómo hacerlo; a lo mejor por que nunca las he visto venir y siempre he terminado por darme el tortazo más grande del mundo, o simplemente por que como me han repetido hasta la saciedad, soy demasiado confiada, o acaso es por qué para mi los hombres son para mi el mayor de los misterios que nunca he llegado a comprender, ni a conocer de verdad.
En mi descargo solo señalaré que cuando hecho la vista atrás y reviso mi historial sentimental, me percato de que nunca he estado enamorada de nadie. Cómo ya he señalado unas líneas más arriba el amor tiene que ser loco, impetuoso, y te tiene que quitar el poco sentido común del que todos hacemos gala, y yo nunca he conocido esas emociones; mejor dicho, nunca me he cruzado con una persona que me haga sentir así. Por lo que desconozco cómo reaccionaré si algún día, mi vida es atravesada por él
Pero prometo mantenerles informado.
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