Acabas de terminar el libro, días tras días has visto quemar tus sueños y entrañas en esas páginas. Entre pausas de la angustia y viles aislamientos, las grietas de tu alma han quedado expuestas como notas adormecedoras de la realidad que  imaginas. Sientes miedo llegar al punto final y repasar todo ese tiempo que frágilmente has repartido dejando sin amor a tus seres queridos, sin esperar recompensa alguna, tan solo la búsqueda del perdón para tus semejantes, o lo que es igual, el perdón para ti mismo.

Durante semanas has sido no más que una sombra sin ritmo, la ciudad y las orillas del océano no alivian el ritmo de tu respiración.  Tu destino no es tu destino, es una herradura de la buena suerte, premedita en las manos, del que la recoja, y la lance al mundo, hasta la pared incierta de un repositorio para libros.

Les han mentido a todos tus seres queridos con la misma mentira de toda tu vida. De que estas bien, de que nada te intimida. Pero en la noche cuando ellos duermen y yaces en la duerme-vela todos tus fantasmas se confabulan para romper tus páginas, vociferando como solo pueden las almas en penas, arrancando de cuajo tus alas postizas. De nada sirven tus argumentos, la promesa de construir un muro más alto, un puente que rompa las leyes de la gravedad, desde tu casa, hacia el mundo.

Y sollozas, he invitas a vagar tu barba por la cara de algún ángel. Quieres volar hasta  al cielo mientras una canción de amor te cobija, te lleva la cuchara a la garganta para pretender que sigues vivo. Ni cerrojos, ni tinieblas, ni la hierba o un trozo de luna pueden aliviar el espanto. Solo el pasado puede salvarte y la noche: el mejor momento para saciar los sentidos

Busca el mejor poema. Aquel que escribiste cuando eras una especie de salto entre la levedad y la inocencia y aguarda por los milagros sin hacer del día una ceremonia para rendir honores al tonel de la cerveza, al cuerno de la abundancia, a la piel del gato. Aspira el humo de ese primer beso que acabas de recibir de tu mujer de veinte años. Llegar es olvidar el significado de nuestra última salida.

“Oración de Cumpleaños II

                        Para Dayron

Transcribo sin preocuparme por la existencia del paraíso

Ayer fue domingo y me puse la misma camisa

recuerdo bien conté los relámpagos a través del techo

y los escondí bajo la cama lejos del alcance del niño

a tientas mi mujer los rescata entre sus manos pálidas

y se los inyecta decentemente una vez al mes para salvarnos,

el turbio rojo le arranca veinticinco cabellos

como suele el humo ahogar los sentidos

Mi madre escribe consejos

Acerca del arte de arañar sobre las puertas

¿acaso los perros aceleran la esperma

que se derrite sobre sus huesos?

Del carajo todos saben:

el cuchillo acercándose al cuello condescendiente,

¿vivirán estos versos, vivirán estos versos?

Recuerdo aquel equinoccio hermano regreso del África

¿Quién sería el que caminaba a su lado?

Tomo crispado la soga de la victima

y la colgó por las ancas del ciruelo del patio,

la sangre hizo un charco de torrente

comiéndose la tierra tras el tajo,

la piel fue desgarrada dejándonos para el festín

el pedazo de ángel con ríos azules resaltando

y en la cabeza trunca dos perlas

como recién extraídas de la profundidad

Todos comimos hasta llenar el saco del alma

Y de los huesos se encargó el viento

llevándose un coro de flautas

Están aquí los años que nadie predijo

el poder esfumado de los días de felicidad

¿Dónde termina el camino y dónde vuelve a comenzar?

A veces me miro y le confieso al otro

También yo quise un día volar hacia lo desconocido

Y dejar en lo desconocido las alas

Por una buena respuesta

¿Será la vida algo que nos estrujan

y un día lanzan al cesto?    

Eduardo Rene Casanova Ealo

Del libro Navegación Impasible, La Habana 2000

(¿el mejor poema?)