EL PRIMER CONTACTO.

José I. Velasco.                            01 - 09 - 2017.

El Comandante Ron Breidy, sentado ante la pantalla de la nave estelar Nowtilus III que viaja más allá del centro de la Galaxia de la Vía Láctea, observa que tras sonar la alarma se ha encendido el piloto verde y su parpadeo indica la existencia de seres vivos en un planeta cercano. Aprieta el botón del control automático de las antenas direccionales y aparece marcado en la pantalla el planeta que indica lo más importantes de la misión: la existencia de vida y la obligación de luchar para establecer ese contacto. Ron empieza a dar órdenes de inmediato.

--Atención toda la tripulación. Señales de algún tipo de vida en un planeta próximo. Teniente Lewis, prepárese para descenso, con equipo completo de seguridad. Su atmósfera no es aceptable para los humanos. Tratamiento con ellos dentro de las norma más severas de las acordadas para las relaciones con los alienígenas.

--A sus órdenes, mi Comandante.

Después, con la nave madre fija en la órbita del punto señalado de presunta vida desconocida, se lanza la nave de exploración. Lewis la dirige, atraviesa la atmosfera y queda apoyado sobre un altozano que le dejar ver la superficie. Sale de la nave y empieza a observar las señales en su sensor, pero no puede ver vida en el lugar señalado. No hay visión del ser físico aunque en su pantalla haya signos vitales. El terreno es muy irregular y tiene zonas de piedras diferentes con niveles altos y bajos, terrenos arenosos y alternancia de aspectos de todo tipo en las zonas.

Avanza para llegar hasta la zona oculta del terreno que no puede ver, aceptando la paradoja de que vea una cosa en el equipo electrónico que no coincide con lo que perciben sus ojos. Avanza y sigue sin apreciar nada, por lo que grita ante una situación que no comprende.

--¿Será posible? --se pregunta en voz alta--. Hay señales de vida pero… ¿dónde estarán los no terrícolas?

Sabe que hay algo en lo que no piensa y que debe existir un intríngulis que no localiza. Si lo consigue, se dice, su nombre pasará a la historia. Pero si ocurre lo contrario quedará como un oficial pegado a una etiqueta que le señala como ¡inútil para la exploración en superficie!

Lewis permanece caminando, buscando sin encontrar nada. Mira en todas direcciones. Un extraterrestre tiene que ser al menos del tamaño de un humano, más o menos. Pero no se aprecia absolutamente nada. De súbito tropieza con una piedra, cae hacia delante y queda tendido en el suelo, con el casco pegado a una zona de suave arena. Allí, a la altura de sus ojos, separado una escasa distancia del cristal de la escafandra, hay un ser diminuto, del tamaño de un ratón con forma de canguro-humanoide que le saluda levantando un brazo y aprecia que le hace un gesto facial que él interpreta como una sonrisa que le dedica con claridad.

Tiene claro, intuye, que no le tiene miedo, pero sí muestra una alegría manifiesta de verlo. No sabe el porqué o el cómo, pero está seguro de lo que puede apreciar. En unos segundos Lewis ha controlado su sorpresa inicial, ha recuperado su capacidad de oficial con mando y le corresponde con un gesto sonriente, un movimiento de la cabeza de aceptación y el saludo humano de mover la mano enseñando la palma.

En su pensamiento ante lo que está viviendo, se pregunta:

--¿Quién es y de qué mundo viene?

La respuesta le llega telepáticamente a su cerebro de inmediato. "Me llamo Gotrany, del planeta BJ2OUR4, y soy un oficial náufrago del espacio, que vivo gracias a mi velocidad en saltar al arder tras la implosión nuestra nave. ¿Puede ayudarme? Se me está acabando todo y no me queda casi nada ni de aire ni de comida."

Lewis tarda unos segundos en elaborar la respuesta tras ser consciente que le ha llegado directamente a su cerebro. Y responde de forma que cree que conseguirá lo mismo, simplemente pensando y así tal vez le pueda escuchar por el mismo sistema.

--Eres bienvenido a nuestro planeta la Tierra. Recibirás todo lo que necesites de nosotros. Te llevaremos y serás perfectamente recibido y atendido por los humanos."

      Lewis se alza, con todo cuidado lo recoge y cuidadosamente lo lleva hasta su nave, lo asegura para el viaje de regreso hasta la nave madre. Puede observar mientras prepara la salida, cómo el i