Un periodista caza una colección poco conocida hecha por el escritor y además erudito bibliotecario argentino, Jorge Luis Borges: La biblioteca de Babel
Una de las historias más conocidas de Jorge Luis Borges, La biblioteca de Babel, trata sobre un universo compuesto por una biblioteca que contiene todos los libros posibles y que preexiste a la humanidad. Las interpretaciones son tan numerosas como los lectores que se acercan al texto, pero además, el mismo nombre fue usado por el argentino para una colección que aunque poco conocida, parece interesante de explorar.
Borges es de los autores, ensayistas y bibliotecarios más eruditos que ha habido. De ahí que una recopilación como la suya es, cuando menos, digna de consideración. Sus gustos, además, poco tenían que ver con la opinión de la mayoría, pues de vez en cuando decía cosas como que la traducción al inglés del Quijote era mejor que la versión española o que apreciar a Baudelaire era cosa de imbéciles (sus palabras).
En 1979, Borges editó una colección de 33 volúmenes en español de cuentos fantásticos y decidió ponerle el mismo nombre que su cuento, La biblioteca de Babel. Cada volumen está dedicado a un autor (incluyéndose a sí mismo en el número 2) o a una distribución geográfica (como la de cuentos rusos o argentinos). En una pieza para The Rumpus, Grant Monroe lo intenta rastrear y consigue con éxito armar la colección en base a una lista hallada en una página web en español, a pesar que el texto impreso está prácticamente extinto.
Lo interesante del caso es que además de recomendar los mejores relatos fantásticos – su propia especialidad – de sus autores favoritos, también nos recomienda algunos traductores que le parece que hicieron un mejor trabajo al llevarlos al español. Borges incluso tradujo algunos materiales de la lista personalmente.
Al leer sus razones, nos damos cuenta que Borges admiraba sin reservas a Rudyard Kipling, G.K. Chesterton y Franz Kafka, mientras que consideraba burocrático a Gustave Flaubert, tedioso a Tolstoy y a T.S. Eliot más allá del desprecio.
Para mala suerte de Monroe, muchos volúmenes no están en inglés. Los que encuentra en línea, los comparte en la lista completa que añade a su texto. Si siguen la información de la página pueden hallar más información para los textos en español.
Por cierto, la imagen de arriba es un bosquejo de Erik Demazieres de La biblioteca de Babel.
Complementa con Funes el memorioso y la neurociencia o la idea que Borges toma de Lugones, que todas las palabras son metáforas.
¡Necesitas ser un miembro de Creatividad Internacional para añadir comentarios!
Participar en Creatividad Internacional