Entrevista para El Libro Durmiente
Eva García Sáenz.- Nació en Vitoria aunque vive en Alicante; trabaja en la Universidad de Alicante. Tras publicar su primera novela “La Saga de los Longevos” en Amazón, se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales. Durante meses se ha mantenido su obra en el “top ten” de Amazón superando el nivel de ventas de los best sellerstradicionales; se ha editado en formato papel y ya se ha traducido al inglés. Es una firme promesa de la narrativa actual.
¿Qué diferencia a los escritores frente a otros campos artísticos o humanistas?
Creo que lo que nos diferencia es que somos contadores de historias, y eso requiere un proceso, un formato determinado, una estructura. Un pintor, por ejemplo, cuenta una historia en una sola imagen estática. Nosotros debemos desarrollar la historia a lo largo de 120.000 palabras.
¿Cuándo decidió decantarse por la escritura? ¿Quiénes han sido sus modelos o maestros?
No hubo una decisión, mi inconsciente salió al rescate en una época en la que el trabajo que ejecutaba diariamente era mecánico y desmotivante. Nunca decidí: “voy a escribir una novela, voy a convertirme en escritora profesional”, simplemente mi cerebro comenzó a idear personajes y tramas y cuando ya no cabían en mi caja craneal tuve que ponerlo sobre papel.
Modelos y maestros tengo muchos, todos los autores que leo, en realidad. He aprendido mucho de los libros sobre escritura de Ray Bradbury, Stephen King, etc…, pero Dennis Lehane me da una lección de cómo mantener la intriga en cada novela, o Margaret Mazzantini de cómo meterme en un personaje aunque lo abomine… cada escritor es un maestro de los que le leen.
¿Cuáles son los géneros literarios que desarrolla y en cuál de ellos trasmite mejor sus ideas? ¿Pertenece a una escuela, corriente o tendencia determinada?
Nunca pienso en el género cuando se me ocurre una trama o una premisa dramática. Son el mercado, las editoriales y los lectores los que necesitan y se empeñan en ponerle el cascabel al gato, o en etiquetar una novela como “histórica”, “ciencia ficción”, o “novela negra”. Para mí es un gran problema, porque la historia me lleva por donde la historia necesita ir, y no me importa tocar varios palos, pero eso desconcierta mucho y sé que es un hándicap. Pero siempre voy a escribir sin ceñirme a ningún género, no tengo la intención de limitarme a mí misma ni etiquetarme.
¿Para ser escritor hay que ser buen lector? Aconséjenos 3 libros imprescindibles.
No hay que ser un buen lector, hay que ser mucho más que eso: un bibliófilo, un bibliófago, un obseso de los libros, un adicto a las letras.
En cuanto a aconsejar libros, leo tantísimo que puedo aconsejarte los tres últimos que me han gustado, pero dentro de tres meses te aconsejaré otros: “El legado de los huesos”, de Dolores Redondo; “Lo que el día debe a la noche”, de Yasmina Khadra, y ”Ashford Park”, de Lauren Willing.
¿Qué precisa para ponerse a escribir? ¿Cuáles son sus rituales, si tiene alguno? ¿Hay algún secreto que le convierte cada noche en escritor?
Necesito tener un cuaderno o un portátil delante, no espero a que todas las condiciones sean ideales para escribir, porque eso no llega nunca. No tengo rituales, creo que cuanta más parafernalia se le ponga al tema, más nos alejamos de cumplir el objetivo, que es sumar palabras, ni más ni menos. En cuanto a secretos, no hay ninguno: trabajo, trabajo y trabajo.
¿Cuál es su forma de trabajo: usa un mapa o brújula, improvisa o planifica? ¿Se deja llevar por las musas o camina totalmente a ciegas?
Antes planificaba cada escena con meses de antelación, y hasta que no tenía completa la escaleta de escenas de la novela, no comenzaba con la escritura. Ahora soy más flexible y confío más en que en algún lugar de mi subconsciente la novela ya está escrita e iré averiguando algunos detalles por el camino, pero la labor de planificación (es decir, el mapa), sigue siendo fundamental.
En cuanto a las musas, no tengo el placer de conocerlas. No las espero, simplemente escribo, sufro, sudo…
¿Cuáles son los hitos relevantes que destacaría en su aventura literaria?
Lo más relevante en mi caso ha sido que el éxito me lo proporcionaron las opiniones de miles de lectores. Sin ellos no estaría contestando a esta entrevista. Se lo debo todo.
Las editoriales ¿son el campo de batalla del escritor? Los premios ¿son males necesarios en la carrera de un escritor?
Cada editorial tiene una filosofía y una manera de trabajar. Yo he aprendido mucho con ellas. En cuanto a los premios, creo que son una opción más.
Díganos brevemente… ¿qué intención le mueve al escribir: es un escritor con vocación de entretener, de divulgar, de formar?; ¿es un escritor de su tiempo o un escritor comprometido con su tiempo?
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