John Le Carré, un espía de la vida real que se convirtió en el escritor de tus thrillers favoritos

John Le Carré rodeado de algunas de sus obras: Un traidor como los nuestros (Eone), El Topo (Deaplaneta), La casa Rusia (Universal) y El hombre más buscado (EOne). 

John le Carré falleció el pasado 12 de diciembre a los 89 años a consecuencia de una neumonía, dejando un legado de historias inolvidables. Ya sea por sus novelas, o por las series y películas adaptadas a lo largo de las últimas décadas, su nombre ha pasado alguna vez por tu vida y la de varias generaciones.

El espía que surgió del frío, El sastre de Panamá, El jardinero fiel, El topo y El infiltrado, son solo algunas de las historias que han deleitado a los cinéfilos y televidentes durante años. Sin embargo, su mérito no solo radica en su capacidad de palabra, sino en su experiencia como agente secreto del MI6.

David Cornwell, como se llamaba en realidad este hombre nacido al suroeste de Inglaterra, fue una especie de James Bond diplomático que escribía novelas sobre espías bajo un seudónimo, debido a la naturaleza secreta de su trabajo. Arriesgó su carrera para cumplir su sueño de ser escritor y tras el éxito internacional de su tercera novela, abandonó el servicio secreto para dedicarse de lleno a sus historias. Han pasado más de cincuenta años desde entonces y a sus 89 primaveras deja una filmografía pocas veces vista en la carrera de un escritor con la mitad de sus novelas adaptadas al cine y la televisión.

En resumen, si fue responsable de algunas de las mejores historias de espionaje del último siglo fue porque él mismo fue agente del MI6.

David John Moore Cornwell nació el 19 de octubre de 1931 en el pueblo costero de Poole. Tuvo una infancia difícil tras sufrir el abandono de su madre cuando tenía 5 años y crecer junto a un padre violento y estafador. Curiosamente, fueron las estafas y mentiras de su padre lo que llevaron a interesarlo en el mundo de los secretos y el espionaje. A los 17 comenzó sus aventuras estudiando idiomas en Suiza y dos años después se unió a las Tropas de Inteligencia británicas como interrogador en una base austriaca. Así inició sus servicios en las unidades secretas llegando a trabajar en secreto para el MI5 (el servicio de inteligencia británica que se ocupa del sector nacional) cuando solo tenía 21 años, espiando grupos de extrema izquierda mientras estudiaba en Oxford.

John le Carré falleció el pasado 12 de diciembre a los 89 años a consecuencia de una neumonía, dejando un legado de historias inolvidables. Ya sea por sus novelas, o por las series y películas adaptadas a lo largo de las últimas décadas, su nombre ha pasado alguna vez por tu vida y la de varias generaciones. El espía que surgió del frío, El sastre de Panamá, El jardinero fiel, El topo y El infiltrado, son solo algunas de las historias que han deleitado a los cinéfilos y televidentes durante años. Sin embargo, su mérito no solo radica en su capacidad de palabra, sino en su experiencia como agente secreto del MI6.

John Le Carré rodeado de algunas de sus obras: Un traidor como los nuestros (Eone), El Topo (Deaplaneta), La casa Rusia (Universal) y El hombre más buscado (EOne). Imagen de John Le Carré (Krimidoedel, GNU Free Documentation License)

David Cornwell, como se llamaba en realidad este hombre nacido al suroeste de Inglaterra, fue una especie de James Bond diplomático que escribía novelas sobre espías bajo un seudónimo, debido a la naturaleza secreta de su trabajo. Arriesgó su carrera para cumplir su sueño de ser escritor y tras el éxito internacional de su tercera novela, abandonó el servicio secreto para dedicarse de lleno a sus historias. Han pasado más de cincuenta años desde entonces y a sus 89 primaveras deja una filmografía pocas veces vista en la carrera de un escritor con la mitad de sus novelas adaptadas al cine y la televisión.

En resumen, si fue responsable de algunas de las mejores historias de espionaje del último siglo fue porque él mismo fue agente del MI6.

David John Moore Cornwell nació el 19 de octubre de 1931 en el pueblo costero de Poole. Tuvo una infancia difícil tras sufrir el abandono de su madre cuando tenía 5 años y crecer junto a un padre violento y estafador. Curiosamente, fueron las estafas y mentiras de su padre lo que llevaron a interesarlo en el mundo de los secretos y el espionaje. A los 17 comenzó sus aventuras estudiando idiomas en Suiza y dos años después se unió a las Tropas de Inteligencia británicas como interrogador en una base austriaca. Así inició sus servicios en las unidades secretas llegando a trabajar en secreto para el MI5 (el servicio de inteligencia británica que se ocupa del sector nacional) cuando solo tenía 21 años, espiando grupos de extrema izquierda mientras estudiaba en Oxford.

Durante los años siguientes trabajó como profesor de idiomas, ascendiendo a oficial del MI5 en 1958. Subió posiciones hasta ser responsable de varios agentes, pinchaba líneas de teléfono, llevaba a cabo interrogatorios y allanamientos y fue en estos años cuando sus experiencias comenzaron a convertirse en historias en papel. Cornwell cumplía sus deberes como agente del MI5, pero en secreto había comenzado a escribir su primera novela, Llamada para el muerto, bajo el seudónimo John le Carré.

A los 29 años ya era agente del MI6, el Servicio Secreto Británico de Inteligencia Internacional, posicionado en Bonn y Hamburgo.

 Durante esos años escribió dos novelas más, Asesinato de calidad y El espía que surgió del frío. Ésta última fue un superventas internacional, y fue entonces, en 1964, cuando decidió abandonar el servicio secreto y dedicarse de lleno a su nueva carrera como novelista. Aunque cabe destacar que su retirada fue forzada dado que al mismo tiempo un doble agente llamado Kim Philby desveló la identidad de varios espías a la KGB.

Su éxito fue tal que la primera oferta le llegó enseguida. La película de El espía que surgió del frío se hizo enseguida, en 1965, nada menos que con Richard Burton como protagonista y obteniendo dos nominaciones al Óscar.

Sus cuatro novelas iniciales estaban protagonizadas por George Smiley, un oficial de inteligencia adaptado en varias ocasiones, inspirado en otro agente del MI5, John Bingham, que fue mentor de Cornwell y otro agente también dedicado a la literatura. Smiley tuvo varias interpretaciones en radio, cine y televisión, aunque las más recordadas son las de Alec Guiness y Gary Oldman.

Llamada para el muerto (1966) con James Mason, El espejo de los espías (1969) con Anthony Hopkins, La chica del tambor (1984) con Diane Keaton y recientemente en forma de miniserie con Florence Pugh, La casa Rusia (1990) con Sean Connery y El sastre de Panamá (2001) con Pierce Brosnan fueron las siguientes adaptaciones al cine; mientras en televisión Alec Guiness triunfaba con la saga Smiley a través de la BBC con las tres adaptaciones de El Topo, La gente de Smiley y El espía perfecto, entre 1979 y 1987.

En los últimos años, sus historias vivieron un renacer glorioso gracias a las aclamadas adaptaciones de El jardinero fiel (2005) con Ralph Fiennes, El topo (2011) con Gary Oldman, El hombre más buscado (2008) con Philip Seymour Hoffman y, recientemente, la exitosa miniserie de El infiltrado con Tom Hiddleston.

Sin embargo, y a pesar del interés de Hollywood, le Carré nunca ha estado muy satisfecho con las adaptaciones que el cine y la televisión ha hecho de sus obras. Esto le llevo a involucrarse como productor ejecutivo en algunas de ellas, pero solo en los últimos años.

La últimas adaptaciones no lograron cautivar al público como hicieron las anteriores. Me refiero a la película de Un traidor como los nuestros y la miniserie La chica del tambor. La primera estuvo dirigida por Susanna White y relataba la historia de un profesor de poesía (Ewan McGregor) que se veía involucrado en una trama de espías y mafiosos cuando uno de los blanqueadores de dinero más poderoso de Rusia le pide ayuda. La película volvía a depender de los maravillosos diálogos de Le Carré, en lugar de enfatizar en la acción, dando por resultado un thriller dramático, elegante y convincente, aunque no tuvo la respuesta deseada. La segunda fue una miniserie protagonizada por Florence Pugh que desafortunadamente pasó sin pena ni gloria por el streaming a pesar de ser una obra cuidada al máximo, de proceso lento pero tan cautivadora como las historias de este escritor.

John le Carré jamás se jubiló del todo. Además de dar a conocer sus opiniones contra Brexit y la presidencia de Donald Trump y Vladimir Putin, publicó su última novela, Agent running in the field, en 2019 a los 88 años. En ella escribía que Putin era un "espía de quinta categoría" que gobierna Rusia con una "banda de estalinistas impenitentes". 

La novela también ataca la política exterior de Trump por ser subordinada a Rusia y culpa al gobierno británico por seguir cooperando con Estados Unidos bajo su presidencia. Incluso, uno de los personajes de la novela se refiere a Trump como "el limpiador de mierda de Putin".