El estado de Florida ha prohibido el 41% de los textos escolares de matemáticas alegando que promueven la ideología de género y el concepto de que Estados Unidos es una sociedad racista.

Es solo un paso más dentro de la cascada de prohibiciones de libros en Estados Unidos, que ha llevado a expurgar de las librerías públicas de una serie de estados y condados controlados por el Partido Republicano.

Entre los volúmenes prohibidos están, por ejemplo, los best-seller 'El dios de las pequeñas cosas', de la escritora india Arundhati Roy y 'El guardián entre el centeno' de J.D. Salinger, además de la novela 'Beloved', de la Nobel de Literatura Toni Morrison o el cuento infantil 'And Tango Makes Three' ('Y Tango los transforma en tres'), que narra cómo dos pingüinos macho adoptan a un bebé, una historia, por cierto, basada en hechos reales, dado que los pingüinos macho del zoo del Central Park neoyorkino son famosos en EEUU desde que en 2004 se descubrió que practican la homosexualidad (la controversia del sexo de los pingüinos viene de antiguo, ya que en 1911 el explorador polar británico George Murray Levick calificó de "depravado" el comportamiento sexual de esas aves).

Y precisamente Nueva York ha reaccionado a esa tendencia. El sistema de librerías públicas de la ciudad, que cuenta con 92 locales, ha anunciado que va a hacer disponibles al público de manera gratuita varios de los títulos prohibidos. Eso significa que cualquier persona mayor de 13 años de edad podrá acceder a los libros a través de la app de la librería pública de la ciudad, sin necesidad de ser miembro de ella ni de ser residente en el estado de Nueva York. La iniciativa, sin embargo, es muy limitada. Solo estará en vigor hasta el 13 de mayo, y por el momento apenas incluye cuatro libros.

Ésa es una cifra minúscula cuando se la compara con los 729 títulos cuya prohibición en bibliotecas públicas fue demandada ante los tribunales en 2021, según datos de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (ALA, según sus siglas en inglés). Es la cifra más alta desde que la ALA empezó a contar las acciones judiciales para limitar los títulos accesibles al público en las bibliotecas estadounidenses, en 2000, y refleja un aumento tremendo en relación a los 156 casos de 2020. Así pues, la controversia sobre los catálogos de las librerías públicas es uno de los frentes más activos de las guerras de la cultura en Estados Unidos.

Y eso es lo que queda de manifiesto con la medida de la biblioteca pública de Nueva York, una ciudad demócrata en un estado demócrata, que así, indirectamente, se enfrenta a los territorios conservadores en los que las prohibiciones se extienden.

La lucha tiene varias motivaciones. Por un lado, está el claro cambio de los contenidos de las bibliotecas públicas en las últimas dos décadas, a medida que el matrimonio homosexual ha sido legalizado y la ideología de género se ha ido extendiendo. Por otro, el interés político de ciertas figuras, como el gobernador de Florita, Ron de Santis, que es un serio aspirante a la candidatura republicana a la Casa Blanca en 2024, en capitalizar el debate.

Indirectamente, el presidente de la biblioteca de Nueva York, Tony Marx ha confirmado esas líneas de debate ideológico al proclamar que "los recientes intentos, a veces con éxito, de prohibición de libros - especialmente de títulos que exploran raza, LGBTQ+, religión e Historia - son extremadamente preocupantes".