LA MUÑECA

(Monólogo)

(Autor ignorado) 

(Recuerdo de la infancia)

¿Ya estás aquí, picaruela...?

¡Buenas tardes, linda alhaja! ¡Jesús!

¡Por ver esta caja, no estudié nada en la escuela!

Supe yo que estabas aquí. Ansiaba venir volando. Veremos.

¡Estoy temblando! ¡Abriré la caja!

Si fueran cintas, hay que ver lo que esconde la caja.

(Se saca la muñeca) ¡Ay qué bonita! ¡Qué rizos tan hechiceros!

¡Qué bonitos labios rojos! ¡Y más que todo, unos ojos,

brillantes como un lucero!

¡Rico el vestido de moda! Qué sonrisas... qué semblante...

¡Es usted muy elegante!

¡Me gusta usted toda, pero toda, sí señora! Entiéndalo bien, toditita.

 es usted rete bonita, más bien dicho, ¡Encantadora!

Ya que cayó en la red, de mi cariño sin tasa Aquí tiene usted su casa.

¡Yo soy la mamá de usted! No una mamá impertinente,

ni terca, ni regañona,

Sino muy buena persona, muy amable, y muy decente,

Porque usted vale un pirul, por elegante y bonita,

¡Muy bien señorita, desde hoy nos vamos a hablar de tú!

Ya es justo de comenzar, ya sin apenarnos por eso A ver, vamos a ver.

Dame un beso y dime cómo te va, ¿Estás bien? ¿Vienes contenta?

¿No quieres otro vestido? ¡Dime la verdad!

¿Te han querido donde estabas de venta?

Sé que ahí te consentían, te vestían y te peinaban.

Pero mira no te amaban, pues la prueba está que te vendían,

Yo que con amor profundo, siento que te estoy queriendo,

no te cambio ni te vendo, por todo el oro del mundo,

Y es cierto, ya lo ves. Mucho sufrí por tenerte, y te amaré hasta la muerte.

¡Sin condición, ni temor! Conmigo vas a comer,

Y a dormir y a padecer. Juntas hemos de comer.

Juntas hemos de dormir,

Siempre serás honrada, Por condición y placer.

Pues sin honra una mujer,

Creo yo no vale nada. Estudiarás sí señora, Lo mismo que estudiaré

Así más tarde serás, una buena profesora.

Yo estudio con el afán, porque sábelo que ansío,

De dar al trabajo mío, sosiego, ventura y paz.

Mañana muy tempranito, te daré tela y encaje,

Para que te hagas un traje, muy sencillo y muy bonito.

Me dio de cuelga mi hermano una máquina muy bella.

Aunque coserás con ella, también coserás a mano.

Porque es muy bueno que aprendas, lo mismo que aprendo yo.

Eso es muy justo y me dará mucho gusto Que en labor todo lo entiendas.

La máquina es natural, es muy sencilla.

Pero aunque tengo mi almohadilla, mi aguja y mi dedal,

Hago sola aunque despacio, lo que la máquina haría,

Hay que ser pobre, hija mía, aunque se viva en un palacio.

Hay que llenar cada instante, con alguna ocupación.

Pero basta de sermón, ahora estás muy elegante,

Tu sombrero es de la forma que me gusta. Es muy nuevo.

Mañana mismo te llevo, al paseo de la Reforma.

Ahí te vas a lucir entre todos,

Al verte ya me figuro, todo lo que han de decir,

Miren qué rubia tan joven, lleva en el coche esa chica.

Es una niña muy rica. ¡Cuidado, no se la roben!

¿Cuánto dinero, habrá dado por ella?

¡Cincuenta pesos!... Y te enviarán muchos besos,

cuando pases por mi lado.

Y al mirarte junto a mí, dirán. ¡Tuviera una niña como ella!

¡Tuviera una rubia así!  Pero cuídate de todos,

no te deslumbren sus trajes

Ni tampoco sus carruajes. Quiéreme a mí solamente.

Y a mí nada más, pues si a otra quieres,

nos vamos a disgustar seriamente

Nunca tus labios de grana, los juntes más que a los míos.

¡Así qué besos tan fríos!

¡Parecen de porcelana! ¡Duros y fríos!

¡Eres nieve, vida mía, de cabeza a los pies! Reposa aquí entre mis brazos.

¡Duerme tranquila, mujer! (Yo me quedo pensando)

¿Y si se me llegara a caer.?

¿Y si se me hiciera pedazos? ¿Y si fuera arrojada al cesto de la basura?

¡Ah ya comprendo el mal de mi madre! ¡Todo!

¡Con razón me ve de un modo, que muestra ansiedad y susto!

No vuelvo a causarle enojos. Solo dicha le daré.

Y con besos secaré, las lágrimas de sus ojos.

Ven niña, junto a este ángel que adoro,

Si mi madre me hubiera faltado, tú no estuvieras aquí.

FIN