AMISTAD MÁS ALLÁ DE LA VIDA TERRENAL
José y Mario, nacen en un barrio rural de Galicia, crecen juntos, se hacen amigos, comparten juegos, asisten al mismo colegio del pueblo . La amistad entre ambos va con ellos vigorosa.
De mozos cumplen el servicio militar en lugares de destino diferentes, al finalizar el mismo regresan a su terruño, se enamoran de mozas de pueblos cercanos, se casan y cada uno forma su familia, trabajan en el campo, tienen vacas, ovejas cerdos, siendo su profesión de ganaderos el único sustento para ir sacando a su familia adelante.
Con el paso de los años , sus hijos, se casan , unos deciden aventurarse en la emigración , otros se quedan en el pueblo cogiendo el testigo del padre.
José y Mario cuentan con ochenta años de edad, los dos viven viudos desde unos años atrás, la amistad entre ellos sigue manteniéndose fiel , disponen ahora de más tiempo de solaz para pasear, recordar aventuras vividas, anhelos no logrados, para al calor del fuego de la lareira, reírse placidamente de cuentos de picardía y de otros que recuerdan de su niñez.
Una mañana de primavera, José se yergue de su lecho y ante la imagen de un cuadro que tiene colgado sobre la pared de la Sagrada Familia, reza su Avemaría de cada día por la mañana , son las nueve de la mañana , se viste y calza, y baja a la cocina a preparar su almuerzo, que consiste en leche hervida con pan de la hornada semanal, ya dispuesto a sentarse a la mesa para descansadamente desayunar, recibe la visita de su buen amigo, amigo de Mario también , llamado Vicente, que lo saluda así: ¡hola José! -¡buenos días Vicente!¿que te trae tan temprano por aquí? -¡vengo José a darte una muy triste noticia, esta noche ha fallecido Mario! - ¡Dios mío!, ¡pero si ayer se sentía muy bien, de nada el se me quejó! - ¡me dijeron José, sus familiares que fue a consecuencia de un infarto del corazón!,¡ recibe amigo mío mi más sincero pésame, que yo sé muy bien del fuerte lazo de amistad que os unía! -¡gracias Vicente, te lo agradezco mucho, pero la edad ya longeva no perdona, de una cosa u otra, nos tenemos que ir yendo a ese lugar ignoto al que llamamos Edén, yo me disponía a desayunar, mas, antes me dispondré a rezar por su alma , que a mi juicio no necesitará de mis plegarias ya que siempre ha sido un hombre bueno para con todos!, -¡pues te dejo José , y sigo con esta triste noticia, encomendada por su familia, ya nos veremos más tarde en su sepelio! - ¡gracias Vicente, hasta entonces pues!.
Ausentado Vicente del hogar de José , luego de ser despedido cordialmente por éste, acompañándolo hasta la puerta principal, ya de vuelta a la cocina, José se dispone a ponerse de rodillas en el suelo, para rezar con fervor por su buen amigo Mario, en ese flagrante momento, oye la voz de Mario que lo llama desde la solana del hogar, sorprendido José , se yergue del suelo y se encamina hacia la puerta que da a la era, la puerta está dividida en dos partes, típica puerta de los hogares rurales de Galicia, que con la modernidad que tanto impera en el mundo, se va quedando en la extinción , a excepción de unos cuantas que logran mantenerse en la forma y calidad de las maderas autóctonas de Galicia.
José se haya con su amigo Mario que está sonrientemente apoyado en la parte de la puerta de abajo, que tiene el cerrojo puesto, ¡hola Mario!, ¡vaya broma más pesada esta de Vicente, pues ahora mismo me disponía a rezar por ti, ya que hace tan sólo un rato que me vino a decir que habías fallecido anoche de un infarto al corazón! - ¡efectivamente así es! ¡ mi cuerpo lo está velando mi familia! -¡Mario! ¡vamos ver !¿que pretendéis tú y Vicente? ¿matarme a mi de un infarto?, ¿como vas a estar muerto, si estás aquí hablando conmigo? -¡por muy incoherente que a ti te parezca, José , te aseguro que es la pura verdad!, -¡mira Mario , déjate ya de tonterías y pasa a la cocina si quieres, que yo voy a desayunar! -¡no José! ¡ escúchame, es cierto lo que te estoy diciendo , y vengo a pedirte algo! ¡ pero...! ¡por favor José , escúchame , yo no puedo llegar hasta el Edén por una deuda que dejé pendiente a Elías , el zapatero , que le quedé a deber 0.60 € , te ruego que tu vayas a saldar esta deuda mía para yo vivir en paz en el infinito! -¡sabes que te digo Mario, que te adentres y que desayunes si es que no has desayunado, yo voy a desayunar, porque hay que ver que par de dos y que bromas tan pesadas, ahora que ya vamos viejos, parece que nos da por estas bromas tan horrendas!, -¡desayuna José y luego cumple a rajatabla lo que yo te pido! -¡si hombre si , ha ,ha, ha!, ¡ hay que ver en que damos!.
Mario se aleja y José vuelve a la cocina, se sienta a la mesa y desayuna su desayuno ya frío, desayunando piensa para si que tanto Mario como Vicente están por gastarle la broma de lo más desagradable que puede haber, pensando en ello , no termina todo el desayuno y adopta la decisión de ir hasta el hogar de Mario para despacharse a gusto con él !, abre la típica puerta de dos hojas de su hogar, y al salir a la era , vislumbra en su prado y los colindantes unas pasadas muy marcadas, se allega a las primeras, que son el linde de tierra y hierba de su era ,y observa con gran sorpresa, que son pasadas de pie humano, y toda la forma es como si la hierba estuviese quemada por el fuego , así , unas trás otras , hasta perderse en un atajo luego de los prados.
Su confusión es ingente, jamás en su vida ha visto nada igual, se dirige hacia el hogar de su amigo Mario, y al llegar ya ve la mesa mortuoria para recoger las condolencias, luego la capilla ardiente situada donde era su habitación , los familiares compungidos velando el cadáver de Mario, que viste la misma ropa que la que tenía cuándo con el habló hace tan sólo una hora.
José se arrodilla ante el cuerpo sin vida del amigo, y reza con gran devoción , hecho esto, se despide de los familiares y se dirige hacia la zapatería de Elías, llegando le pregunta que si tiene Mario algo pendiente con él, le responde Elías que tan sólo son 0.60 €,
ya que el no tenía cambio para cobrarle. José tenta de pagar los 0.60 € , a lo que Elías se niega aludiendo que no tiene importancia, que eso le puede ocurrir a cualquiera, ya que la muerte , por lo general no avisa de su llegada.
José le ruega que le cobre esos 0.60 €, ante la firme insistencia de José , Elías cobra esa cantidad. Se despiden gentilmente luego de hablar penosamente por la gran pérdida de un ser tan entrañable como lo fue Mario, en toda su estadía.
José yendo camino de su hogar , oye la voz de su amigo, no le ve, sólo oye la voz de su amigo Mario ¡gracias José ! ¡ahora ya estoy en el Edén , y mañana estarás tú conmigo! -¿yo contigo? -¡si, por lo que yo sé , luego de mi entierro, tú fallecerás estando durmiendo y pasarás al Edén, y aquí seguiremos en nuestra amistad! -¡siendo así Mario, hasta mañana pues!-¡hasta mañana José !.
José lleva su vida normal, nada dice de lo sabido, ni a sus hijos, nueras y nietos, y tal como Mario le dijo, acude al entierro, de regreso cena se acuesta reza como suele hacerlo desde niño a la noche y al levantarse, y durmiendo se muere. Su cuerpo al igual que Mario es velado y llorado, mientras ellos siguen en su amistad, ahora ya infinita.
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