ME EQUIVOQUÉ CON ISRAEL, PENSABA QUE ERAN MÁS LISTOS

Tengo que reconocer que, a veces, pocas, tener razón me jode un montón y odio decir "Ya lo había dicho yo", me suena muy prepotente, lo malo es que me pasa con demasiada frecuencia, ya que el mundo está muy loco y como dijo el poeta de cada diez cabezas una piensa y nueve embisten. 

Me estoy refiriendo a la Guerra de Gaza, que es un disparate que lo vi desde lejos, con la misma sensación de la frustración que produce ver cómo se va a producir un accidente de carretera con un autobús lleno de niños y no poder evitarlo. Y anticipar un espectáculo dantesco de montañas de niños ensangrentados y muertos, visión para mi tal vez lo peor que puede ver un ser humano.

Dentro de mi ocupación habitual de ejercer de profeta más o menos loco predicando por esos desiertos del mundo, en la medida de mis pocas posibilidades y de mi escasa credibilidad hice lo que pude, escribí a  la Embajada de Israel en Madrid, al Gobierno de Israel y creo recordar al New York Times y al Washington Post, y con seguridad lo colgué en todas mis redes sociales habituales. Resultados cero.

Tengo con Israel  una gran simpatía muy larga. Era muy niño cuando se fundó el Estado de Israel en 1948, 6 años, pero recuerdo muy bien el aspecto venerable de Ben Gurión, a Golda Meir, una mujer al frente de un Estado, en la zona no se veía desde Cleopatra, a ese general tuerto Moshé Dayán que pudo con todos, los isrelitas no habían tenido un día semejante desde Josua y las murallas de Jericó, tres mil años antes, y esas cosas del Destino, también una guerra de seis días, y como lector empedernido entre en contacto muy joven con las vicisitudes del pueblo judío durante la II Guerra Mundial en Alemania, y todos los horrores del Holocausto. 

Mi autor predilecto sobre esos temas fue León Uris cuyas obras leí una y otra vez, recuerdo muy bien Éxodo tanto la obra literaria como la peli y Mila 18. Y sufrí y amé las penas del pueblo judío y los campos de concentración, alguno visité en Alemania mucho tiempo después. Y lloré con Ana Frank como tantos niños de la época. ¿Es consciente Israel de que hoy está produciendo Anas Frank palestinas por miles? Y confieso con un poco de rubor que no tuve los mismo sentimientos por el pueblo palestino.

Es difícil no sentir admiración por un pueblo que representa el 0,2 de  la población mundial y que ha recibido el 20% de los Premios Nobel, de unos 900 otorgados hasta el momento, es decir unos 180 premiados judíos. 

Estuve en Israel y a pesar de ser agnóstico hice con humildad y muchos recuerdos de mi educación religiosa el Vía Crucis pensando en aquel Hombre que por ese mismo camino llevó la Cruz y apoyé mi cabeza dolorida y mi mente inquieta en el Muro de las Lamentaciones donde soñé con el Cantar de los Cantares y el Arca de la Alianza que detrás de esas paredes estuvo. 

Y fui recibido por un judío sefardita que me dio la bienvenida y al decirle que no era judío  que era español se río en mi cara y me dijo que estudiase mejor la historia de mi familia. A saber, lo que fueron mis mayores y siendo originario de España, lugar donde tantas culturas y etnias se han cruzado, y siendo bilbaíno, vasco, muy español y con un apellido ilustre prerromano vaya Vd. a saber. Lo que si siento es un estremecimiento gozoso cada vez que por el mundo me he encontrado con judíos sefarditas que me han hablado en ese bellísimo castellano medieval y he sentido que eran tan españoles como yo. Muchos en Estambul.

Una vez leí que todas las sociedades con presencia importante judía son prosperas y donde no hay judíos las sociedades son atrasadas. No sé si será cierto, pero el autor lo argumentaba en referencia a la expulsión de los judíos sefarditas de España en 1492, y a este hecho responsabilizaba el retraso español crónico en el comercio y en la Banca que nos ha acompañado durante siglos y una de las causas principales de la caída del Imperio español. Con la ironía subyacente que Andrés Cabrera y su esposa Beatriz de Bobadilla  eran descendientes de judeosconversos, él tesorero del reino y ella la mejor amiga de Isabel la Católica, la reina que firmó la expulsión de los judíos de España.

Y es muy difícil no admitir que las tres culturas, judía, cristiana e  islámica, los Hijos del Libro, nos hace ser hermanos culturales con nuestro padre común en Abraham y la Biblia como guía espiritual, para mí la mejor historiografía de la Historia de la Humanidad. Y además en la herencia griega y romana, con diferentes articulaciones, pero no es el momento de ampliar esta línea de pensamiento. Permítaseme la licencia jocosa de decir que para mi la mejor visión de la Hustoria judía es La vida de Brian.

Lo que si es cierto es que en las sociedades islámicas siempre ha habido una fuerte presencia judía en puestos de gran responsabilidad en una convivencia armónica y provechosa. Yo lo alcancé a ver brevemente en Melilla y Marruecos, hasta que los enfrentamientos de Israel con sus vecinos árabes vació de judíos los países islámicos. Una pena para todos ellos. Todos perdieron.

Mirando para atrás de lo que pudo ser y no fue creo que aunque tuviesen bastante razón los palestinos en su oposición al establecimiento judío se equivocaron por no buscar una integración pacífica en el naciente Estado de Israel. Hubiesen conseguido formar parte de una nueva Nación   democrática, próspera y pacífica, mucho mejor en libertades cívicas y económicas que en los países del entorno y mucho mejor que su vida bajo los ingleses. Hubieran sido parte de la única democracia de la  zona, un maravilloso ejemplo para los países circundantes. 

Por cierto, ninguno de  los países del entorno ha querido que los palestinos viviesen en sus países, llevaron su guerra con Israel a todos ellos y en ninguno han sido queridos ya que han sido una fuerza desequilibrante. Véase la experiencia de Jordania en guerra civil con Hussein en el Septiembre Negro y los desequilibrios provocados en Líbano y en Siria. En fin, son temas demasiado importantes para ser tratados con demasiada ligereza. Y la oposición de Egipto ni te cuento. Es solo el fondo de escenario para lo que quiero decir.

Y lo que quiero decir es que el Gobierno de Israel se ha equivocado gravemente. No se puede hacer peor ni a propio intento. Ha entrado al completo en la trampa que le ha tendido Hammas como un animal enloquecido sin medir las consecuencias y está llevando a Israel al máximo descrédito internacional. Creo que no me equivoco mucho al pronosticar un retraso en relaciones internacionales, especialmente con el mundo árabe, pero no solo con él, de más de cincuenta años.

Las generaciones nuevas no conocieron y por tanto no recuerdan el Holocausto judío pero ven y recordarán el Holocausto palestino durante toda su vida. Diariamente día y noche están viendo la destrucción de Gaza, los niños muertos, las madres llorando, la desesperación de las gentes en directo y por televisión en sus casas.  E Israel se está ganando a pulso el repudio internacional.

Y no recuerdan, aunque es lo primero que deberían haber tenido presente, que en las democracias occidentales, sus socios de obra y corazón, el Poder está en la opinión pública y la opinión pública sobre todo de los jóvenes están ya pensando que Israel es más asesino indiscriminado que Hammas. Que ha perdido toda legitimidad en la aplicación de esta Ley del Talión feroz y desenfrenada de mil por uno. Y si los líderes occidentales ven en peligro su propio cargo por su apoyo a Israel, les darán la espalda sin dudar un solo momento. Israel puede entrar en zona peligrosa por su propia incompetencia.

Por supuesto yo no soy un especialista en el Arte de la Guerra, ni siquiera un estudioso, soy solo un aprendiz de filósofo bastante bueno en conceptos generales y en ver el desarrollo de los acontecimientos desde bastante lejos, no siempre de manera acertada, hay que decirlo, pero que en este caso lo vi con claridad desde el minuto uno. Y para que no se quede en palabras luego os pondré dos trabajos míos sobre el tema con sus  fechas que demuestran lo que digo. Pero antes os diré lo que yo hubiese hecho. Solo la línea maestra.

Todos los expertos en estos temas conocen de sobra -excepto Israel a lo que parece- tal vez el más antiguo concepto de guerra para un enemigo circunscrito en un territorio pequeño dependiente vital del exterior para su subsistencia: el sitio.

Y no creo que exista en el mundo un mejor lugar para aplicarlo que Gaza. Son dependientes vitales en todo, el único trabajo de un ejército moderno era cegar los túneles de comunicación exterior y exigir la entrega de los terroristas, del primero al último para ser ahorcados en el mismo lugar de su crimen, después de un Juicio con las debidas garantías, y la devolución de los rehenes. Y esperar. Y esperar. Y esperar. 

Y sin un solo muerto por el Ejército israelí, ni propio ni palestino, y los terroristas son entregados vivos o muertos o mueren todos por su propia voluntad, tal como sucedió en el sitio de Sagunto, e Israel gana sin derramar sangre. Y no fue ayer, los militares profesionales lo saben desde el 219 a.C., en la Segunda Guerra Púnica con Anibal.

Y dicho lo cual mi demostración empieza con un comentario general recogido de mi obra Humanitas et Universalitas que escribí hace más de veinte años. El asalto y la muerte de 1200 personas por Hammas ocurrió el 7 de Octubre y el 11 de Octubre escribí esto:

EN AMBOS LADOS DE LA MISMA FRONTERA SE INVOCA AL MISMO DIOS PARA MATARSE ENTRE ELLOS

Estos son los orígenes del origen. ¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, cuyo nombre es ciudad de la Paz donde nunca existió la Paz, ciudad de Dios, reina de los cielos, tú, la sagrada, bendecida y maldecida al tiempo, lugar de Fe y Esperanza, de sangre y de desencuentro, tan lejos en su realidad de lo que representaba en la esperanzada imaginación religiosa colectiva, -“todo es más puro y noble en la mente que en la realidad”-, ciudad donde los hijos del mismo Dios sacrifican en querellas a sus hijos al mismo Dios por amor al mismo Dios que nos ama a todos! ¡Eterno y estéril sacrificio del hijo de Abraham, pero sin mano compasiva que detenga el arma homicida! -aun cuando se aduzca el simbolismo del sacrificio como el sacrificio del yo”-, “En su origen los profetas eran hermanos, Ismael e Isaac”. En su origen todos somos hermanos, aunque siempre lo olvidamos, o lo seamos al modo de Caín.

Resulta increíble que un Dios pueda pedir como tributo la vida de un hijo sacrificado por su padre de propia mano, aunque cierto es que en nuestra desoladora historia desde el principio de los tiempos cada generación sacrifica por miles y miles a sus hijos por dioses o por ideas o por intereses o por locuras. Desde luego no es el Dios de Spinoza, que admiraba Einstein, de admirable humanidad y amor y con un sentido moral acorde con la razón humana. “Por muy majestuoso y sobrenatural que pueda parecernos la idea de Dios, si lo que ordena contraviene la Ley Moral, habrá que tomarle por un espejismo. Kant”.

Y en este mismo sentido Umberto Eco dice: “el pensamiento ontológico de San Anselmo de Canterbury, -padre de la escolástica: la Razón es sierva de la Teología-, es estúpido. Dios tiene que existir porque puedo pensarlo como el ser dotado de todas las perfecciones, incluida la existencia. Confunde la existencia en el pensamiento con la existencia en la realidad”. Y como dejó dicho Voltaire “La teología me divierte: la locura del espíritu humano se muestra allí en toda su plenitud”. Más la irónica carga de profundidad en lectura negativa de la azora Al Falaq “me refugio en Dios contra el mal que procede de sus criaturas” que parece olvidar que todos fuimos creados a su imagen y semejanza. “Si Tú mal me devuelves por el mal que yo te hago ¿Qué diferencia hay entre Tú y yo?. Kayyám”. O acaso “¿Fue vanidad del hombre y desvarío/ soñarse imagen de su imagen pura? ¿Es Dios el Dios que en su eternal sosiego/ ni vio su llanto ni escucho su ruego? Espronceda”. Y cierro con un preclaro pensamiento de Kayyám “La Tierra es un mosaico de dioses y creencias/ de clérigos, profetas, sacros libros y textos:/ impiedad, fe, pecado, son solo pretextos/ que los hombres invocan al luchar como fieras.

Malditos seáis todos los que matáis a vuestros hermanos.

Y el 15 de Octubre 2023 escribí esto:

EL CONFLICTO DE GAZA.

El verdadero modo de vengarse de un enemigo, es no asemejársele.

Marco Aurelio.

Tengo la sensación que, como casi siempre, miramos el trapo rojo y no analizamos las situaciones, ya que siempre me viene ese pensamiento terrible de Antonio Machado “En España de cada diez cabezas una piensa, nueve embisten”, y, lo peor, empiezo a pensar que no solo es un patrimonio español, creo que, lamentablemente, nos alcanza a todos.

Por mucho que le dé vueltas, y soy pesadito cuando me pongo a ello, no me cabe en la cabeza la intencionalidad del ataque de Hammas a Israel. No tiene ningún sentido ni real ni aparente. Es un disparate solo al alcance de los locos. Y los terroristas pueden estar completamente locos, pero sus dirigentes no. Como tenemos comprobado mueren los muyahidines, a los dirigentes hay que matarlos. Ellos nunca se exponen.

¿Cuál puede ser la razón de este ataque enloquecido que solo puede estar condenado al fracaso? Desde luego no el aparente de matar algunos pocos israelíes cercanos a la frontera con Gaza, sembrar inseguridad en esos kibutz autosuficientes que son un espejo de incompetencia para los árabes vecinos, esos mismo árabes que en su tiempo fueron los agricultores más cultos y adelantados del mundo.

No, esa no puede ser la razón. No tiene ningún sentido. El único sentido que puede tener es la respuesta terrible que Israel dé a esa ofensa terrible, el llenarles de ira y de ansias de destrucción. No buscan el ataque. Buscan la respuesta sangrienta y exagerada. El que Israel cegado de furia destruya Gaza y que provoque el mayor número de víctimas civiles, sobre todo niños y mujeres, la muerte de personas por hambre y por falta de medicinas en los hospitales. Buscan enloquecer y desacreditar Israel, para colocarles a su misma altura de maldad, ira y venganza. Y poner a Israel como blanco de toda la comunidad árabe del mundo.

Y ponen a la población civil, a los niños, a los ancianos y a las mujeres en vanguardia para soportar y morir en la guerra con Israel, mientras que los dirigentes ya estarán fuera de Gaza. Desde el punto de vista militar solo me viene una imagen a la cabeza. ¿Habéis escuchado la expresión de que ¿“ésto es como cazar peces con dinamita en un barril”? Pues eso es exactamente Gaza. Un barril con dos millones de personas indefensas frente a uno de los mejores ejércitos del mundo. En esta situación unos solo podrán morir y los otros llenarse de sangre e ignominia. Ningún general en la historia militar del mundo se hubiese colocado en esa situación. Tiene que haber alguna otra razón.

Si contempláis la situación política en la zona veréis que la situación política y diplomática de Israel en la región después de tantísimos años se iba normalizando. Varios países de la Liga Árabe había reconocido a Israel: Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos. Y estaba en proceso el premio mayor: Arabia Saudí, el mayor proveedor de fondos para la causa palestina que condicionaba su apoyo financiero al control de los grupos terroristas y un reconocimiento y unas relaciones que chocan frontalmente con los intereses de Irán, la otra gran potencia en la zona, que compiten en protagonismo en el mundo árabe. Si Israel continúa con la guerra Arabia Saudí tendrá obligatoriamente que disociarse de Israel de nuevo y para mucho tiempo.

Si yo fuese Israel pararía la acción militar, ni una vida más civil palestina, muy al contrario aliviaría la situación desesperada de Gaza, Humanidad frente a inhumanidad, hablaría con Arabia Saudí para concederle el mayor protagonismo para buscar la paz en la región sometiéndose a su criterio y al de los organismos internacionales, incluida la Liga Árabe, e incluso proponiéndoles al Príncipe heredero como principal gestor de la situación para colocarle en el camino del Nobel de la Paz y para salvar la relación y buscaría formas de castigar sobre todo a los dirigentes de Hammas. No es el momento de la venganza, es el momento de pensar.

Y, ahora, como de costumbre, no hacerme caso.