Seda blanca, seda negra
anudando tu cuerpo con el mío,
ven a mi y hazme solamente tuya
sintiendo cómo eres sólo mío:
piel cálida de tu caricia suave
sobre la blanca arena de mis senos.

Ébano de tersura y pasión,
envuélveme en tus besos amorosos
mirándome a los ojos
mientras ardes en mis brazos,
uniendo nuestras almas
tocando el cielo con los dedos


Susurrando al oído un “te quiero”
mientras tú me tomas...
un “te amo” que repitas al final,
a cada instante,
después de recorrer mi cuerpo
haciéndome gemir
con la vibración de tus deseos
unidos a los míos.

Más que un desahogo fugaz
o un capricho pasajero.

Más que pasión: amor eterno.

Fusión de cuerpos y de almas
en un nudo que no ata, ni esclaviza,
que mezcle en una sola nuestras vidas.

Dos cuerpos que se aman y se entregan...

Recorre el calor de tu piel cada poro de la mía.

Que tiemble de pasión con cada beso,
me llenes de caricias imborrables
marcadas como sellos en mi cuerpo.

Que sea solo tuya, solo mío, sin engaños
y el fuego de tu amor crezca y no apague
la luz de tu mirada, si amanece
o el tiempo de tu ritmo si ya es tarde.


Siento tu deseo incontrolable
en cálida apariencia, enamorado...

Quisiera sentir esos misterios
de vida y de pasión cuando te enredas
después de poseerme, en tus adentros.

Ébano y marfil,
cisne blanco, cisne negro
amándose, abrazados, temblorosos
sintiendo el palpitar de aquellos sueños
que un día compartimos convencidos.

Juramentos.

Promesas de amor en pura entrega
Uniendo compromisos en eterno.

¡Ay, amor!, cuánto deseo
tenerte en mi lecho cada noche,
y sea mi pecho tu almohada,
mi aroma con tu aroma confundidos
con cientos de preludios prolongados.

Unión interna, amor sincero
de nuestros cuerpos, ardiendo en frenesí.

Y sea yo la dueña de tus sueños.

Poséeme despacio, lentamente.
Saborea mi piel. Mi miel. Mis labios
haciéndome gemir hasta el extremo
con éxtasis de abril, y aguas de mayo.

Se mío, y seré tuya, mi amor
sin miedo alguno.

Ser única y en ti, ser la adorada;
confiada y feliz en tu regazo.

Blanco y negro.

Ébano y marfil...
cebras de amor entrelazadas
en mágico y sensual amor-deseo
danzar la música febril,
acompasados.

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Anudando tu cuerpo con el mío,
ven mi amor, y hazme tuya
para sentirte mío:
piel de seda acaricia la blancura de mis senos.

Ébano de tersura y pasión,
envuélveme en tus besos amorosos
mirándome a los ojos mientras ardes en mis brazos,
uniendo nuestras almas, tocar el cielo con los dedos
susurrando al oído “te quiero” mientras me tomas...
Un “te amo” repetido a cada instante,
recorriendo mi cuerpo, haciéndome gemir
con la vibración de tus deseos unidos a los míos,
más que un desahogo fugaz o un capricho pasajero.

Más que pasión: amor eterno.
Fusión de cuerpos y de almas
En un nudo que no ata, ni esclaviza.
Une en una sola nuestras vidas.

Dos cuerpos que se aman y entregan...

Recorre la seda de tu piel en cada poro de la mía.
Que tiemble de pasión con cada beso
Y llenes de caricias imborrables
Marcadas como sellos en mi cuerpo.

Que sea solo tuya, solo mío, sin engaños.
Y el fuego de tu amor crezca y no apague
la luz de tu mirada si amanece
o el tiempo de tu ritmo se hizo tarde.

Siento tu deseo incontrolable
En cálida apariencia, enamorado...
Quisiera sentir ésos misterios
de vida y de pasión cuando te enredas
después de poseerme, en mis adentros.


Ébano y marfil,
cisne blanco, cisne negro
amándose, abrazados, temblorosos
sintiendo el palpitar de aquellos sueños
que un día compartieron convencidos.

Juramentos.

Promesas de amor en pura entrega
Uniendo compromisos en eterno.

¡Ay, amor!,
cuánto deseo
tenerte en mi lecho cada noche,
y sea mi pecho tu almohada,
mi aroma con tu aroma
confundidos
con cientos de preludios prolongados.

Unión interna, amor sincero
de nuestros cuerpos, ardiendo en frenesí.
Y sea yo la dueña de tus sueños.

Poséeme despacio, lentamente.
Saborea mi piel. Mi miel. Mis labios
haciéndome gemir hasta el extremo
con éxtasis de abril, y aguas de mayo.

Se mío, y seré tuya, mi amor
sin miedo alguno.
Ser única y en ti, ser la adorada;
confiada y feliz en tu regazo.

Blanco y negro.

Ébano y marfil...
cebras de amor entrelazadas
en mágico y sensual amor-deseo
danzar la música febril, acompasados.

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Nieves Mª Merino Guerra
Las Palmas de Gran Canaria – España
01- Abril - 2011