“Parece que la astrología nos enseña el fatalismo: ¡No escaparás a tu destino! La astrología (entendámosla como metáfora de la vida) dice algo mucho más sutil: ¡No escaparás al tema de tu vida!”.

Y es que la vida y las preguntas que surgen de ésta: el amor, la amistad, la religión, la educación, la ética, la inmortalidad, son temas fundamentales en el trabajo literario de Milan Kundera, un checo nacido el 1 de abril de 1929, quien después de haber sido pianista de jazz, decidió estudiar Literatura estética, para terminar en las aulas de la Facultad de Cine en la Academia de Praga.


Un autor que ha sido tachado de repetitivo sin tomar en cuenta que su obra gira en torno a la vida; la que el checo toma como un ciclo, uno interminable, una prueba y error sin fin en cada una de las relaciones humanas: porque la vida se construye siempre con los mismos materiales, y la ilusión de iniciar una “nueva” se revela siempre como una variación de lo ya vivido. Kundera es fiel a una temática y a las pequeñas variaciones que constituyen la vida.

El amor, eje en el que gira el hilo de sus novelas, resulta espera-deseo-preparación-arrepentimiento. Sus personajes se empeñan en ejercicios eróticos en cuyo fondo prevalece la certeza de encontrarse, de demostrar que “el amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien” y de esta forma retoma, una vez más, los temas que dan vida y forma a su estilo literario: ser amado es permanecer inmortal para esa persona, el deseo insiste en realizar acciones insospechadas, el deseo mueve, la ética se cuestiona, pierde todo cimiento ante el mismo y la necesidad de trascender, no por un medio religioso pues Kundera mantiene una extraña actitud hacia Dios. No lo niega, pero lo siente lejano. En cada una de sus novelas realiza una descripción del hormigueo insensato de los hombres que se sienten abandonados por Dios, un mundo de miseria en el que Kundera invoca indirectamente su presencia.



Su primera novela, La broma (1965), fue traducida a doce idiomas y obtuvo en 1968 el premio de la Unión de Escritores Checoslovacos. En 1968 publicó el libro de cuentos Los amores ridículos.

Ha obtenido galardones por sus obras: La vida está en otra parte (1969), premio Medicis a la mejor novela extranjera en Francia, y La despedida (1975), premio Mondello al mejor libro editado en Italia. En 1981, el conjunto de su obra recibió el Commonwealth Award en Estados Unidos. En 1982 recibió el premio Europa-Literatura. En 1983 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Michigan y en 1985 recibió el premio Jerusalén.



Su libro más vendido, La insoportable levedad del ser (1984) ha sido llevado al cine. Otras obras suyas son La inmortalidad (1990), La lentitud (1994), y los ensayos El arte de la novela (1961) y Los testamentos traicionados (1995). Su última novela, La identidad, fue publicada en francés en mayo de 1997. -

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