ROSARIO DE SANTA FE ARGENTINA

A esta ciudad que me cobija como un regazo materno. Tibio nido…

Mi guarida…Desde que era un niño. Yo elevo mi canto de alabanza.
Con versos que dan pábulo a los sentimientos que me inspira.

La fuerza genial de mi estro… Aluvión de ideas que me excitan…
Y de tanta vehemencia que me agita, no logro ordenar mis pensamientos
que giran cual molinos de vientos, impidiendo plasmar lo que me incita...

Más sin embargo, todo lo que siento...Es superior al caos que me origina,
la sensación de esplín que me domina y suave pero enérgico lo logro...
Logro destruir lo que me impida, expresar este sentir que me conmina.

Entonces, mi inspiración brota rauda...Pasando al papel lo que me anima...
Me anima... Mi cariño por la vida que voy viviendo cada día a su amparo,
donde logro advertir que mía...Se ha hecho costumbre muy querida...

Pasear...Por mis calles rosarinas, descubriendo a cada paso la hermosura...
De esta ciudad que en galanura, compite con urbes universales citadinas.
Menciono, como ejemplos: ¡El parque nacional del monumento a la bandera…!

El Norte. Alem  y Urquiza. Con vista al Paraná que los bordea y los abraza.

Este río que serpentea a trancas a lo ancho y acaricia los paseos ribereños.

Construidos a lo largo… ¡Aledaños a sus costas, contenidas por barrancas...!

Majestuoso…Se observa un paisaje de ensueño hacia las islas de enfrente…

Plagadas de esteros. Observadas por las torres de la urbe. Gigantes de acero...
Que impávidos se remontan hacia los cielos como faros de luz litoraleños.

La ciudad, enclavada donde se besan la llanura santafecina y el litoral…
Fue creciendo como flor en el desierto.¡Bajo un sino floreciente y pujante...!

¡Enigmàtica y prolífica semilla que creció y se multiplico exuberante …!!!

No nació, como aquellas ciudades que tuvieron, un fundador que las creara,

esculpiendo en la historia...Ese inefable comienzo de la creación…Y nació sola…
Embrión temerario y audaz…De la mano quizás...De viajeros, que por entonces… 

Detenidos a la sombra acogedora de la fronda, serían los primeros habitantes.

Tal vez, algún gaucho, se hizo un rancho de adobe y se aquerenció en sus riberas…
Y detrás de el, otros y otros...Hasta ir formando un pequeño villorrio a su vera.

Rosario… ¿ Como naciste...? Nadie sabe... Y sin embargo, algunos historiadores...
Intentan explicar tus orígenes…Sin saber a ciencia cierta...Cual...Fue tu esencia.
Lo cierto es que un día…Apareciste de la nada...Y te convertiste en una  aldea…

Después poblado...Con un caserío desperdigado a lo largo y a lo ancho  de ese río…
Que te abraza...Te rodea zigzagueando…Y se aleja...Como serpiente plateada…
Buscando el cobijo, del dulce mar de la plata... ¡Que le da amparo en su seno…!!!

¡Sus barrancas majestuosas, te dejaron en la historia...!Allí…! Donde ese genio…
Con el toque creador de los audaces...Te dejara como ofrenda… Ser el lugar…

Donde naciera...Nuestra enseña patria... ¡La bandera celeste y blanca...!!!

Nadie sabe tampoco...El origen de tu nombre. ¡Yo solo sé que te llamas Rosario...!
Y quizás... Nació de una plegaria que una vieja criolla musitara.. Y se hizo eco…

¡En la paisanada que fue poblando tu tierra virgen, con destino de grandeza ..!

Rosario... ¡Tus orígenes inciertos te saludan enjundiosos…!!! Y…Parafraseando…

Al inefable Borges escribiéndole a su  Buenos Aires..."A mi  se me hace cuento…

Que  Alguna vez naciste…Te juzgo tan eterna...Como el agua y el aire."

Autor:

Ignacio Camaño

Rosario Santa Fe Argentina

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