1. La caída del mundo clásico:
Desde la caída del imperio Romano de Oriente, acaecida en el siglo IV d.J.C., hasta llegar a la Europa medieval del siglo XII, el conocimiento atesorado por el mundo grecorromano, tal como si fuera un gran ser colectivo que intuyera el naufragio, fue buscando nuevas “rutas de conocimiento” que preservaran la esencia del saber tan arduamente logrado.
Dichas rutas, que han ido dejando sus huellas en la arena del tiempo, conformaron rutas entrelazadas que algunas veces fueron caminos de ida y vuelta; sendas a veces claras y otras un tanto difusas que dieron lugar a nuevos núcleos de saber, los cuales actuaron como verdaderos polos de atracción para las culturas limítrofes. En este sentido, alrededor de las otrora grandes ciudades, o bien, aldehuelas perdidas en el desierto, fueron creándose pequeñas comunidades de monjes y eremitas, de rabinos o sabios sufíes, que preservaron cuidadosamente los viejos códices y manuscritos que habían sido salvados de la ruina del mundo clásico. En dichos lugares, aparecieron de nuevo, personajes del saber, filósofos de reconocido prestigio, retóricos y teólogos, místicos y acaso maestros de un saber secreto que pasaron por la historia inadvertidamente; en suma, pensadores comprometidos, soñadores incansables que dejaron a su paso estelas de conocimiento convencidos de las enseñanzas e ideales que portaban.
2. Nuevas rutas del conocimiento tas la caída del mundo clásico.-
Cuando el emperador Justiniano ordenó el cierre de las escuelas de filosofía griegas en el año 529 d.J.C., los filósofos y todos aquellos que se consideraban discípulos de la sabiduría atemporal la aventaron en todas direcciones, de modo que ésta fue recorriendo nuevas rutas, descubriendo nuevos horizontes. Al desmoronarse el mundo clásico, parte de sus enseñanzas fueron acogidas por otros pueblos próximos que se hallaban ávidos de saber. De este modo, el saber fue cambiando sus ropajes viejos para amoldarse a nuevas formas de pensamiento, otras lenguas y costumbres, otros seres, tratando de preservar sin embargo su inequívoca esencia.
3. Núcleos del saber.-
El conocimiento clásico, al igual que las caravanas que cruzan el desierto, se asentó primeramente en las comunidades cristianas de Anatolia, Capadocia, Antioquía y Siria(en las ciudades de Harrán oEdesa, Alepo y Damasco…), pasando posteriormente hacia Persia (el Irán actual) y Mesopotamia (en donde florecían las ciudades de Bagdad yBasora…), o bien, hacia el viejo Egipto (entorno al foco principal deAlejandría).
Cuando posteriormente el mundo árabe llegó a su esplendor entre los siglos IX al XI d.J.C., dicha cultura sirvió de gran atanor en el que se amalgamaron varias corrientes de pensamiento, que a través del norte de África, cruzando el desierto líbico e Ifriquiya(la actual Túnez), se expandió hasta implantarse en Berberia, (el Magreb actual, en las ciudades de Telcem, Fez, Marrakesh) y en Al-Andalus (la España musulmana, dando lugar a ciudades del saber tan relevantes comoCórdoba, Toledo y Granada).
4. Una poderosa amalgama de ideas.-
Las ideas provenientes del mundo griego, sobre todo de Aristóteles y Platón, una vez matizadas por el pensamiento de los nestorianos y de las comunidades cristianas, nutridas además con la filosofía neoplatónica y el saber de los sabios persas, fueron entonces absorbidas por el Islam. Ello no implica que aquellas ideas fueran asumidas completamente por el pensamiento musulmán, pero las controversias y debates teológicos que provocaron en su seno enriquecieron sus principios, a la par que los comentarios y textos filosóficos que generaron nos han permitido conocer indirectamente las fuentes clásicas.
En consecuencia, debemos a la cultura árabe el que se hayan preservado los textos más relevantes de la antigüedad clásica, que posteriormente, al ser traducidos al latín y a la lengua hebrea en las diversas Escuelas de Traductores favorecieron su divulgación, dando lugar finalmente a la filosofía europea medieval y al florecimiento de las nuevas universidades.
5. La filosofía clásica como fundamento de las ideas del Islam.-
Los primeros pensadores musulmanes, principalmente los teólogos, anhelaban dar una fundamentación filosófica a sus ideas y preceptos, pues algunas nociones religiosas estaban expuestas continuamente a la duda o al debate. Conceptos tales como “la predestinación o el libre albedrío”, “la visón trina de la divinidad”, o bien, la idea de “Dios como una unidad”, necesitaban de una formulación filosófica. A causa de su expansión, a partir del siglo VII, el mundo árabe entrará en contacto con otros pueblos limítrofes, conociendo sus concepciones filosóficas y religiosas, adoptando finalmente como referencia las concepciones del mundo clásico grecolatino.
Es en la filosofía helenística donde los teólogos musulmanes hallaron respuestas a las cuestiones fundamentales que les preocupaban, siendo las ideas neoplatónicas las que mejor se adaptaban al pensamiento musulmán, (por ejemplo, con su concepción de lo Uno que permitía explicar “la unicidad divina de Dios”) aunque pronto fue ganando importancia también para los teólogos el pensamiento aristotélico.
Aristóteles fue, finalmente, el pilar fundamental en que se cimentó la filosofía árabe, tras librarlo previamente del barniz “neoplatónico” de sus comentaristas, pues en realidad no se había tenido acceso a sus obras directas. De él extrajeron los filósofos musulmanes principalmente la capacidad de complementar correctamente “la razón y la fe”, eterno debate que ha perseguido a “las religiones de Libro”, y que aflorará posteriormente en Averroes y en Santo Tomás de Aquino. En cambio, fueron las comunidades místico-filosóficas sufíes, las cuales trasmitían el conocimiento de boca a oído en base a una sólida cadena de maestros y discípulos, las que preservaron sobre todo las ideas de Platón y del Neoplatonismo alejandrino.
De este modo, el pensamiento aristotélico y platónico llegó hasta la Baja Edad Media propiciando un renacer de las ideas, aunque preferentemente las de Aristóteles.
Según Mircea Eliade, será a partir de los siglos IX y X cuando la filosofía árabe llegue a su cima, y entonces se trasmitan las perlas de la filosofía griega “a través de las labores de los cristianos de Siria, bajo el patrocinio de los Califas y de las elites de Bagdad”.
6. La filosofía islámica y otras vías de conocimiento.-
Conviene tener en cuenta que la filosofía o falsafa, como expresión de conocimiento tuvo en la cultura árabe una duración limitada. Aunque en la ribera oriental del mundo islámico la filosofía árabe se desarrolló entre los siglos IX hasta la mitad del XI, en el occidente andalusí se asentó más tardíamente, entre la segunda mitad del siglo XI al XII.
No obstante, hay que señalar que en el mundo islámico el términofalsafa se aparta ligeramente de la concepción que se tiene en occidente sobre el término filosofía, pues no se considera como una vía racional de comprensión de las grandes verdades del pensamiento, sino un camino más profundo, vivencial e intuitivo. Es por ello que otras vías de conocimiento confluyen junto a ella, algunas veces en armonía y otras en franca rivalidad, tal como ocurre con la teología (el kalam) y la teosofía (hikmat ilahiya). De hecho, aunque kalam (teología) es un término árabe que en realidad significa “el discurso” o “la palabra”, acabó refiriéndose tan sólo a la teología.
Por otra parte, en el pensamiento musulmán es difícil distinguir también entre falsafa (filosofía) y hikmat ilahiya (teosofía), palabra que designa el conocimiento de la divinidad mediante el desarrollo profundo y la iluminación interior. La teosofía es un término que se usa incluso con preferencia sobre la falsafa en el mundo islámico, pues veía encarnado en el teósofo el ideal del sabio completo, filósofo y místico. Bajo esta visión, la filosofía islámica no es pues un mero ejercicio especulativo racional sino que, más cercana a las concepciones clásicas, implica una búsqueda profunda de la propia conciencia en pos de la sabiduría; búsqueda que no desdeña las vivencias teológicas, ascéticas o iniciáticas.
En esta concepción de la filosofía, no ha de extrañarnos tampoco que grandes filósofos sean considerados a su vez como místicos sufíes, o viceversa, pues siendo tan amplia e integral su visión de la sabiduría, en todos ellos se vislumbra un decidido impulso en pos de la verdad, adoptara esta una u otras formas.
http://raysan2012.wordpress.com/2013/11/13/rutas-del-conocimiento-p...
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