Santiago Segura, actor y ahora director se reinventa con 'Sin filtro', su nueva comedia ahora en rodaje que cuenta con Maribel Verdú como protagonista de una historia probablemente feminista

Torrente pesa mucho. Y no lo decimos en sentido literal, que también, sino en relación al peso que ha tenido en la carrera como director de Santiago Segura. 

El tipo que participaba en concursos televisivos para financiar sus primeros cortos pasó a la memoria colectiva como el jevi satánico y de Carabanchel de El día de la bestia. Pero su verdadera campanada fue el poli guarro que apatrullaba la ciudad con la misma soltura con la que arrasó en la taquilla de 1998.

¿Ha muerto José Luis Torrente? No, pero casi: «Cuando Stallone hizo las primeras cinco de Rocky lo dejó, y tardó 14 años en hacer otra. Y a mí me parece que la sexta está muy bien. Espero poder hacer algo parecido», dice Segura entre toma y toma de su nueva película detrás de las cámaras, que está rodando estos días en varias localizaciones de Madrid. Hablamos de Sin filtro, remake de una comedia chilena homónima, un auténtico taquillazo en su país dirigido por Nicolás López, al que el propio Segura produjo su primera película, Promedio rojo.

Sin filtro, que inicialmente iba a llamarse Empoderada, cuenta en clave de comedia romántica las andanzas de Paz, según Maribel Verdú, la actriz encargada de interpretarla, «una pobre mujer superada por las circunstancias. Es una tía que es muy buena gente, que aguanta, aguanta y aguanta hasta que no puede más y decide buscar ayuda». 

Y es que va al consultorio de un santón hindú interpretado por el propio Segura, que le facilita a Paz una poción para liberar tensiones y la acaba convirtiendo en una persona «sin filtro», incapaz de guardarse su opinión, por dolorosa que ésta sea. 

El chalet adosado de Aravaca en el que tienen lugar estas entrevistas pasaría desapercibido si no fuera por los camiones que lo rodean. En el jardín, junto a una piscina, se vive una calma tensa: la acción está de puertas adentro. Junto al combo se encuentra Santiago Segura, más relajado, confiesa, que cuando le tocaba ejercer de director y protagonista en la saga de Torrente.

Su nueva película es, en palabras de Segura, «muy optimista y liberadora. Al final de la película, el espectador sale con una sonrisa del cine. Eso es lo que pretendo». Y teniendo en cuenta su trayectoria, suele conseguir lo que se propone.

Eso sí, que nadie espere el desfile de humor bestia y las tramas cada vez más desquiciadas. «Estoy mejorando mi filmografía, porque me voy a morir y van a decir: 'Este tío no sabía hacer otra cosa que Torrente'».

T sobre las películas de superhéroes, a las que un orgulloso friki como Segura se considera adicto. «Son películas que se borran de la cabeza, pero es como la comida basura, que está más rica».

También es muy del director de cine la rendida fascinación que siente por su actriz principal: «Maribel no es sólo una sex symbol que actúa bien, sino que llega a la marca, se sabe el texto, le dices: 'Menos agresividad, más dulzura y más dinamismo', y te lo clava». 

Ella devuelve los elogios y destaca el buen ambiente que reina en el rodaje: «Que suene el despertador cada mañana y venir feliz a rodar es de las cosas que más agradezco. Y aquí me está pasando cada día». Ambos esperan que Paz sea una más en su larga lista de personajes para el recuerdo: «He tenido la suerte de que casi siempre me ofrezcan este tipo de papeles, como en El laberinto del fauno, Y tu mamá también o más recientemente en Abracadabra... En apariencia pueden ser frágiles, pero cuando llega la hora de la verdad son luchadoras y fuertes. Y pueden con la vida».