Sean Penn estrena en la Berlinale el documental 'Superpower', un recorrido en primera persona por la guerra de Ucrania de la mano de Zelenski

Sean Penn (Santa Mónica, 1970) es ya parte de la guerra de Ucrania. O por lo menos de su imagen internacional. Cuando cayó el primer misil, el 24 de febrero de 2022, él estaba allí. Y los telediarios del mundo dieron cuenta de ello entre la sorpresa y la sospecha, muchos de ellos con un indisimulado gesto condescendiente.

Pero él se ha mantenido firme. Y sigue ahí. No era postureo o, de otro modo, lo era de una forma tan extrema y casi suicida que el postureo como tal cobraba, de repente, una dimensión moral. ¿Quién lo iba a decir?

Ahora, acaba de presentar en la Berlinale su largo trabajo de filmación y compromiso bajo el título de Superpower. No es exactamente un documental en sentido tradicional donde el narrador desaparece. En verdad, es más bien al revés. Se trata más de un diario en el que el propio Penn se inmola en una permanente exhibición de sí mismo con un objetivo: fijar la atención en él para que nos fijemos en lo que ocurre tan lejos.

Suena contradictorio y, en realidad, es el mundo que hace tiempo que dejó de tener sentido. Nos atiende en pleno festival y aparece vestido como en la película. Él, en efecto, sigue ahí, en la película.

Usted conoció a Vladimir Putin personalmente y habla de ello en la película. Me pregunto si en algún momento sintió hacia él la misma fascinación que parecen haber experimentado otros...

Bueno, aquél fue un encuentro casual en el festival que dirigía Nikita Mikhalkov. Sabíamos que Putin iba a ser el invitado de honor y acudimos a la cita Jack Nicholson, yo mismo y algunos otros. Recuerdo que nos metieron en un convoy y pasábamos por las aldeas a toda velocidad. El personal de seguridad de nuestros vehículos iba gritando por las ventanillas y la emprendían a bastonazos con cualquiera que osara a cruzarse en el camino. Era una demostración de poder innecesariamente agresiva y gratuita. La sensación general era de cualquier cosa menos de fascinación. 

Desde que empezó a rodar en Kiev en febrero de 2022 a ahora, y después de tantos viajes al conflicto, ¿cómo diría que ha cambiado usted?

Diré que fue en Ucrania donde me sentí más cerca de la idea de Estados Unidos que admiro y que, desgraciadamente, mi país ha ido perdiendo todo este tiempo. Hablo del valor de la comunidad. Ves cómo se cuidan unos a otros mientras están siendo acosados y ahí, en ese gesto de protección mutua, descubres el verdadero sentido de la democracia. Hay espacio para criticar, para debatir, y presencias cómo muchos ucranianos critican abiertamente a su presidente. Pero lo hacen de forma libre y sin miedo, porque saben que a la hora de la verdad pelean y viven por lo mismo. Saben lo que es la libertad y parece claro que no van a renunciar a ella.

¿Cómo imagina la salida de la guerra? En la película se habla constantemente de la victoria ucraniana, de ganar la guerra. ¿No cree que ésa es la peor actitud posible frente a una potencia nuclear como Rusia? ¿No cree que habría que cambiar un vocabulario tan agresivo por otro que incluya palabras como acuerdo, paz, reconocimiento mutuo?

Vamos a ver, esta es la historia de un país invadido por un país agresor. Esta es la historia de civiles masacrados, de niños asesinados con sus madres, de familias rotas. La conversación no puede girar sobre intercambio de territorios ni de cuántos crímenes de guerra está el mundo dispuesto a perdonar. No. Eso no es así. Lo que se debería estar hablando es cuánto estamos dispuestos a sacrificar todos nosotros para que estos héroes ganen la guerra y nosotros con ellos. Sólo ganando la guerra habrá luego paz. Ésa es la única salida.

¿Por qué le interesó tanto Zelenski mucho antes incluso de que empezara la guerra? ¿Qué vio en él que muchos de ucranianos fueron incapaces al principio?

Lo fundamental es que es una persona que habla de cosas perfectamente comprensibles para todos: de la ira, de las injusticias. Es un hombre corriente que un buen día decide seguir su instinto de ayudar a los demás. Luego le vi mantenerse firme frente a gente como Trump o el mismo Putin...