Tarantino hecho cómic: "Es sin duda una de las personas más influyentes de la cultura popular

Hablamos con Amazing Améziane, el autor la novela gráfica 'Quentin por Tarantino'

Escritor, ilustrador y diseñador de novelas gráficas": así se define Amazing Améziane, un artista francés que ha realizado más de 23 obras gráficas, aunque al mercado español solo han llegado unas pocas, como Miss Davies, Muhammad Ali o Big Black: Stand at Attica.

Quentin Tarantino es uno de los artistas más influyentes de esta época y desde luego, uno de los personajes que mayor huella ha dejado en la cultura popular reciente. La novela gráfica que Améziane presenta es la historia del director, pero no la clásica anécdota sobre su trabajo en un videoclub y cómo esto forjó la leyenda de Quentin Tarantino, no. Améziane se pone en la piel del director, quien narra su propia historia. Historia que se va relatando a sí mismo, ya que es el director quien se hace las preguntas que verdaderamente importan.

Cuenta su infancia, sus obras pasadas, su presente y su futuro. Revela detalles como la influencia en su vida del segundo marido de su madre, la importancia de ésta misma y cómo el cine y los cómics supusieron un refugio para un Tarantino joven e inadaptado socialmente.

El dibujante francés no hace teorías ni suposiciones, cuenta los hechos y se enorgullece de que la tónica general para el diálogo de esta novela gráfica, haya sido "un 60% conversaciones reales de entrevistas al director y un 40% parafrasear y combinar otras entrevistas de éste".

Así como en todos los ámbitos de la vida existen influencias que nos llevan a ser de una forma u otra, durante la construcción de la personalidad artística uno está expuesto a estilos que marcan la propia obra. En el caso de Tarantino, podemos tomar como ejemplo los spaghetti western o la reconocida -por el propio director- influencia del director francés Jean-Luc Godard, uno de los miembros más importantes de la nouvelle vague.

En el caso de Améziane, como él mismo dice, "la obra del dibujante y escritor Frank Miller (Sin City o Dark Knight) significó un antes y un después en su forma de ver el mundo del cómic y para él mismo, y resulta inevitable ver esta influencia también en la obra de Tarantino".

LA INFLUENCIA ASIÁTICA

Entre toda la filmografía de Tarantino, no son pocos los que eligen Kill Bill -ambos volúmenes- como su película favorita. El legado de la cultura asiática ha dejado una huella inconfundible en la carrera del director estadounidense. Él mismo ha reconocido en más de una ocasión la importancia de Kurosawa (Los siete samuráis) y del cine de kung-fu en la construcción de su estilo.

Parte de la grandeza de Kill Bill es esa famosa escena de animación japonesa que irrumpe en la película y sirve como herramienta para contextualizar, explicar y humanizar a uno de los personajes que el personaje de Uma Thurman ha de matar.

Améziane revela algo muy sorprendente sobre dicho momento del filme, que para muchos es una genialidad del director, y que, una vez más, es fruto de la influencia de otro artista. Este es un tema que llevaba un rato intentando aflorar, la influencia japonesa, en especial la que el mangaka Kazuo Koike ('Lone Wolf') ha tenido sobre ambos. Y es que "esa idea de introducir una escena de anime, está inspirada en la película Lady Snowblood' de Toshiya Fujita, adaptada de la obra homónima de Koike.

Así como en todos los ámbitos de la vida existen influencias que nos llevan a ser de una forma u otra, durante la construcción de la personalidad artística uno está expuesto a estilos que marcan la propia obra. En el caso de Tarantino, podemos tomar como ejemplo los spaghetti western o la reconocida -por el propio director- influencia del director francés Jean-Luc Godard, uno de los miembros más importantes de la nouvelle vague.

En el caso de Améziane, como él mismo dice, "la obra del dibujante y escritor Frank Miller (Sin City o Dark Knight) significó un antes y un después en su forma de ver el mundo del cómic y para él mismo, y resulta inevitable ver esta influencia también en la obra de Tarantino".

LA INFLUENCIA ASIÁTICA

Entre toda la filmografía de Tarantino, no son pocos los que eligen Kill Bill -ambos volúmenes- como su película favorita. El legado de la cultura asiática ha dejado una huella inconfundible en la carrera del director estadounidense. Él mismo ha reconocido en más de una ocasión la importancia de Kurosawa (Los siete samuráis) y del cine de kung-fu en la construcción de su estilo.

Parte de la grandeza de Kill Bill es esa famosa escena de animación japonesa que irrumpe en la película y sirve como herramienta para contextualizar, explicar y humanizar a uno de los personajes que el personaje de Uma Thurman ha de matar.

Améziane revela algo muy sorprendente sobre dicho momento del filme, que para muchos es una genialidad del director, y que, una vez más, es fruto de la influencia de otro artista. Este es un tema que llevaba un rato intentando aflorar, la influencia japonesa, en especial la que el mangaka Kazuo Koike ('Lone Wolf') ha tenido sobre ambos. Y es que "esa idea de introducir una escena de anime, está inspirada en la película Lady Snowblood' de Toshiya Fujita, adaptada de la obra homónima de Koike.